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El 31% de los franquiciados pide un mayor control por parte del franquiciador

Teniendo en cuenta que a pocos emprendedores les gusta ser supervisados, llama la atención que un signigicativo porcentaje de asociados demande una mayor supervisión desde la central.

30/04/2018  Ana DelgadoFranquicias

Realizado por la consultoría de franquicias Barbadillo y Asociados en colaboración con Bankia, la cuarta edición del Informe de Satisfacción del Franquiciado recopila, en este caso, la opinión de más de 500 franquiciados sobre el sistema de franquicias en general y el trato que perciben de cada central franquiciadora en particular. La selección de los participantes se hace atendiendo a parámetros como los distintos sectores, la antigüedad dentro de la red, su tamaño y la inversión.

Un año más, lamentó Santiago Barbadillo de María, director general de Barbadillo y Asociados, la reticencia de varios franquiciadores a permitir la participación en el estudio de sus franquiciados, aún garantizando la confidencialidad de las opiniones vertidas a título particular. Aún así, la muestra parece suficiente como para validar las conclusiones a las que llega el estudio presentado en la última edición de Expofranquicia. Resumimos a continuación algunas de las principales conclusiones:

Cifras principales

La primera parte del informe recoge estadísticas generales que reflejan la situación de la franquicia en España. Según estas, Restauración mantiene el liderazgo sectorial en cuanto al número de centrales. Sin embargo, en cuanto a número de unidades o establecimientos franquiciados, se impone Alimentación.

En cuanto al número total de centrales, asciende a 1.342, el número unidades franquiciadas se aproxima a 70.000, con una facturación conjunta de 28.000 millones de euros y generadoras de 277.000 empleos. La inversión media es de 97.000 euros, con un derecho de entrada de casi 12.000 euros, un canon de publicidad del 2,2% de media y royalties del 4,7%.

Requerida también en esta parte la opinión referente a las perspectivas de futuro del sistema de franquicias, el porcentaje mayoritario (35%) concluye que se tiende hacia la especialización. Un resultado que Barbadillo de María califica de “bastante lógico”, aunque advierte del riesgo que implica apoyarse únicamente en monoproductos en situaciones de cambio de mercado. Otras opiniones en este ámbito son la tendencia a una mayor regulación (17%) y un progresivo crecimiento de el número de redes (25%). Percepción interesante es también la relativa al nivel de tecnificación de la cadena, donde un 25% lo considera alto, un 30% bajo y un 45% medio.

Debilidades y fortalezas del sistema

Cuando en el estudio se invita a los franquiciados a adoptar una postura más crítica, los resultados más relevantes son:

-La relación no es equitativa: una situación que lamenta casi la mitad de los participantes en el estudio. En este sentido, los franquiciados afirman echar de menos más obligaciones por parte del franquiciador.

-Cláusulas abusivas en el contrato: Aun reconociendo que esta opinión tiende a ser subjetiva, Barbadillo de María aprovechó la presentación del informe para recriminar la inclusión de determinadas cláusulas, “sobre todo en términos de indemnización, a veces con cantidades muy altas, por cualquier incumplimiento. A mí, esto me parece innecesario”, dijo.

-Falta de negocios sólidos: El temor a que sea la central la que falle también salta a la palestra. Normal que ese miedo se produzca, porque de ello depende en gran medida la capacidad de continuidad de los negocios franquiciados.

-Mejoras propuestas: Conocidas ya las principales preocupaciones de los franquiciados en su relación con el franquiciador, entre las propuestas que lanzan para corregir esas debilidades destacan: contratos más equilibrados; mayores beneficios por pertenecer a una red, sobre todo cuando ésta empieza a crecer; participación en las decisiones de cambio e incorporación de mejoras en la central.

Ya en la parte contraria, cuando los participantes son cuestionados sobre lo que más valoran en el sistema de franquicias, las respuestas dominantes son: el apoyo fundamental en la etapa inicial de arranque de la actividad; reducción del riesgo a la hora de emprender y las ventajas de operar bajo una marca reconocida.

La financiación

En lo que respecta a la procedencia de los fondos requeridos por los franquiciados a la hora de arrancar su negocio, las principales conclusiones son:

-El 83% necesitó financiación. Sólo un 12% se financió en su totalidad con recursos propios.

-Las entidades bancarias siguen siendo la principal fuente de financiación. Tres cuartas partes de los que optaron por la financiación, recurrieron a entidades bancarias. La otra vía alternativa corresponde a familiares y amigos. En la mayoría de los casos (60%), los negocios que no se acogieron a la financiación requerían una inversión inicial inferior a los 60.000 euros.

-Acuerdos con entidades financieras. En un 35% de ocasiones, la marca disponía de acuerdos con alguna entidad.

-La inversión inicial fue, en el 49% de los casos, superior a lo previsto. Otro 47% afirma que se ajustó bastante a lo que se esperaba mientras que el 4% afirma que fue inferior. En cuanto a esos desfases presupuestarios, subrayó Barbadillo de María que muchos de ellos tienen su origen en la obra civil de acondicionamiento del local, siendo preferibles los proyectos llave en mano.

Apoyo de la franquicia

Aquí se tienen en cuenta numerosos aspectos, desde la formación y acompañamiento inicial hasta la continuidad de las relaciones con las central. Algunas de las principales conclusiones son:

-Ubicación. Solo el 53% afirma que contó con el apoyo de la franquicia en este apartado. Una opinión bastante generalizada (22%) es que el franquiciador ni siquiera se tomó la molestia de visitar el local antes de la apertura. La sospecha que levanta este hecho es que al franquiciador lo único que le interesa en crecer de manea rápida sin preocuparle demasiado la deriva del asociado. En este sentido, el sistema empeora conforme al estudio del año pasado, dado que son más los que entienden que la franquicia fue poco selectiva.

-Formación inicial. El 61% la valora de manera aceptable, regular o escasa en el 17% de los casos y mala o muy mala en el 22%.

-En el lanzamiento de la actividad. En este punto los resultados parecen mejores, teniendo en cuanta que el 72% de los consultados afirma haberse sentido muy apoyados al comenzar la actividad.

-La fase posterior a la puesta en marcha del negocio. Solo un 59% asegura recibir poyo continuado por parte de la central.

-El suministro de productos funciona muy bien para el 59% de los encuestados y muy mal para un 14%.

-El control por parte de la central. En este apartado se encuentra uno de los resultados más alarmantes, teniendo en cuenta que sólo el 35% de los franquiciados consultados considera que el franquiciador le supervisa regularmente, demasiado cerca de ese otro 31% que afirma que la franquicia no se supervisa. El 34% restante dice que lo hacen esporádicamente.

-Marketing y comunicación. Éste es otro de los aspectos más significativos del estudio, dado que el porcentaje de franquiciados que piensa que la central hace un mal uso del fondo del marketing se eleva al 77%. Para acabar con esta visión tan negativa, Barbadillo de María instó a la transparencia de las centrales y al arbitrio de soluciones pactadas, como podría ser la creación de un fondo de marketing.

-Renovarán o no. Ésta era otra de las cuestiones que se plantearon a los franquiciados, una vez expresadas sus opiniones a lo que un 61% contestó que sí renovarían, un 29% no y un 10% que aún no lo ha decidido.

Ana Delgado