Si un sector destaca por la constante búsqueda de nuevas tendencias, éste es el de restauración. Cada temporada, los emprendedores aspiran a dar con la clave para ser los siguientes líderes de nuevas corrientes tanto gastronómicas como de modelos de negocio. Ejemplos de esta realidad son algunas de las enseñas que disponemos en nuestra guía online de franquicias.
1. Llooly
Bubble waffle (una variante del gofre clásico en forma de burbujas) y stick waffle (en forma de piruleta), productos que se pueden combinar con diversos toppings y complementos. Estos productos son los protagonistas de una de las novísimas tendencias en el mercado de la hostelería, que ahora recoge Llooly en sus locales.
La enseña, que ha empezado a expandirse este año bajo el modelo de franquicias, también dispone de más variedad de postres para disfrutar. Otro de los protagonistas de la carta es el ice roll (helado a la plancha), a lo que suman helados clásicos, refrescos, café, paninis… “Una ventaja competitiva es que el asociado puede enfocar el negocio en aquellos productos que mejor se adapten a su mercado y público”, destaca Pau Ferrer, CEO y fundador de una marca impulsada por una sociedad con más de 20 años de experiencia tanto en la gestión de franquicias como en el sector de la hostelería.
Otros factores diferenciales son que se adapta fácilmente a cualquier ubicación y su gestión es sencilla, con espacios que no precisan salida de humos ni cocina. En este sentido, la central plantea tres formatos de negocio: Isla/Kiosco (a partir de 3×2 metros y desde 19.900 euros), Take Away (un mínimo de 10 metros cuadrados y desde 23.000 euros + obra civil) y Store (desde 40 metros cuadrados, con zona degustación incluida, y una inversión a partir de 25 metros cuadrados”.
2. Tasty Poke Bar
En apenas un año, la cadena de franquicias se ha convertido en una visita obligada en Madrid para disfrutar de una original experiencia culinaria, especializada en comida hawaiana y en el poke, su receta estrella.
Debido «al rápido crecimiento», la cadena considera que están preparados para «dar un paso más», lo que les ha llevado a iniciar su plan de expansión bajo el modelo de franquicia. Desde la central manifiestan que «poseen varias ventajas competitivas que ayudarán a este objetivo», entre las que se encuentran: un concepto innovador de éxito, imagen de marca muy potente, gran calidad del producto, apoyo en formación y apertura inicial y rápido retorno de la inversión.
3. Poncelet Cheese Tavern
En 2004 se abrió en Madrid un local para los grandes amantes del queso, que nació con la pasión y la vocación de fomentar la gran tradición española en la elaboración quesera y convertirse en un escaparate del sector quesero español, tal y como nos han contado desde la enseña.
Otro hito en la historia reciente de la compañía se produjo en el 2010, con la inauguración del Poncelet Cheese Bar en Madrid, «un concepto único a escala mundial, que no sólo ha permitido dar un gran paso en la popularización de los quesos artesanos, sino que también ha aportado a Poncelet un nivel de notoriedad global extraordinario», subrayan. «Poncelet Cheese Bar es un restaurante de quesos artesanos donde degustar una carta diseñada en torno a la figura del queso».
A principios de este año 2017, la cadena lanzaba el modelo Poncelet Cheese Tavern «como el vehículo definitivo de popularización de nuestro concepto». Se trata de un formato «que impulsa el atractivo del queso artesanal con la potencia comercial del modelo ‘taberna’, convirtiendo el consumo informal en la vía de crecimiento del negocio».
4. Ostras Pedrín
“Ostras Pedrín es la reinterpretación del bar clásico en clave sibarita, donde el elemento diferencial son las ostras, procedentes de criaderos propios en España y Francia”, empiezan por explicar desde la central. “Esto permite controlar todo el proceso, desde la producción hasta la venta, con la consiguiente mejora en procedimientos y márgenes”.
La firma, que acaba de desembarcar en el mercado de la franquicia, busca a un franquiciado con perfil gestor y que “se identifique con la filosofía bohemia del concepto”.
Ya en el plano económico, la central no fija un porcentaje mínimo de recursos propios para poner en marcha el proyecto. “Analizamos cada candidatura y establecemos los niveles adecuados para maximizar la probabilidad de éxito de la franquicia en cada ubicación”. Respecto al pay-back, éste se sitúa en dos ejercicios.
La cadena se define como «un lugar donde disfrutar del movimiento interior emocional, donde conocer el slow food, degustar la cocina cercana, el cultivo reconocido, las prácticas respetuosas. La memoria de los alimentos que traen recuerdos de otros tiempos, elaborados por manos artesanas y reinventados por cocineros que han sabido ver en ellos la singularidad de la tradición, proximidad y el compromiso. Un lugar decorado con encanto para crear una metáfora, donde probar la cocina con alma: saludable, sostenible y muy, muy sabrosa».
Sus principales ventajas competitivas son su «alta calidad de los productos, decoración novedosa y exclusiva, proceso de garantía de calidad aplicado a alimentos, productos y servicios, experiencia del equipo de gestor en el sector y por último, nuestros chefs, ya que son los creadores de la extensa carta de Bump Green».