211 franquicias extranjeras –procedentes de 28 países- operan en el mercado español. De éstas, 45 tienen nacionalidad francesa, 39 italiana y 34 estadounidense, aunque también encontramos cadenas con un origen más exótico, como el caso de una que ha viajado desde Islas Vírgenes para implantarse en nuestro país.
A partir de este esbozo internacional, recogido en el último informe anual sobre la franquicia de la Asociación Española de Franquiciadores, te mostramos ahora los aspectos que has de valorar si quieres adherirte a una de estas marcas, ya que presentan ciertas peculiaridades, como sus propios conceptos de negocio, que quizás haya que adaptar al mercado local.
Un nombre que se entienda. Santiago Barbadillo, director general de la consultoría Barbadillo Asociados, advierte que la marca ha de ser la más adecuada, con una pronunciación correcta o atractiva y que no posea connotaciones negativas. “En este caso, tendrán que modificarla o cambiarla para entrar en España”.
Entrada con peajes. Tienes que averiguar si la marca ha amoldado su concepto de negocio al mercado y público local, si lo ha trasladado directamente sin cambios y en qué se ha basado para tomar una u otra decisión.
Experiencia en la mochila. Los expertos recomiendan que esa franquicia haya tenido alguna otra experiencia internacional, ya que esto implica que, en teoría, disponga del soporte preciso en temas legales, en la negociación con proveedores o en logística, entre otras parcelas.
Relación a distancia, relación fructífera. Barbadillo advierte sobre la necesidad de verificar que aspectos como la logística, las vías de comunicación o la relación con la central “no dificulten la buena marcha del negocio”. Relacionado con esto, la formación y el respaldo del franquiciador tiene que garantizar la solidez del proyecto.
Barreras a la franquicia. “Aunque el mercado español no es restrictivo con los productos procedentes del exterior, debemos comprobar las autorizaciones sectoriales específicas que pueda tener la oferta a comercializar”, aclara Barbadillo.
¿En tu país o en el mío? También relacionado con el ámbito legal, como el anterior punto, hay que tener en cuenta la jurisdicción que regirá la relación entre la franquicia y el emprendedor. “Probablemente, será la del país de la central”.
Las cuentas –y la actividad- claras. Recordad que una enseña constituida como una sociedad española está obligada a llevar, en orden y al día, los libros oficiales que registren la actividad. En paralelo, y debido a su condición de inversor extranjero, esa marca ha de efectuar la declaración de inversión extranjera. Asegúrate que la franquicia cumple todos estos requisitos legales.
¿A quién tengo que dirigirme?
Como apunte final, una reflexión de Miguel Ángel Oroquieta, de T4 Franquicias, acerca del análisis que uno ha de hacer sobre su propio perfil, con la vista puesta en averiguar qué tipo de proyecto encaja mejor con su ‘personalidad’ emprendedora. “Puedo ser un inversor con músculo financiero que opte a adquirir una máster para desarrollar el negocio en varias zonas o, por el contrario, mi capacidad económica me sitúa en un ámbito más modesto, lo que conlleva abrir una unidad”. Este autoanálisis nos permite saber adónde dirigir la mirada. “Es probable que una franquicia potente no busque a franquiciados individuales, perfil éste que sí despertará el interés de centrales sin demasiado protagonismo en el ámbito internacional y que buscan dar el salto fuera”.
UN DESAYUNO INTERNACIONAL
En estos momentos estamos preparando la convocatoria de nuestro próximo encuentro mensual sobre franquicias –que será el quinto que celebramos-, donde varios franquiciadores extranjeros nos darán las claves de cómo acometer la entrada en el mercado español, las peculiaridades de éste y los aspectos que has de tener en cuenta al unirte a una de estas cadenas.