La marca Tintared nació en Granada en el año 2007 de la mano de Jesús Arellano y Rafael Pérez, cuando decidieron montar un servicio integral en el abastecimiento de consumibles y papelería. En poco tiempo llegaron a abrir cuatro tiendas propias en la ciudad. Querían seguir creciendo pero carecían de capital financiero y humano suficientes para abrir más centros, así que optaron por buscar socios franquiciados.
En el primer párrafo se esboza el origen de una franquicia que integra cuatro líneas de producto: consumible (tinta y tóner), papelería, impresión digital y tecnología (informática y telefonía). Son los consumibles y artículos de papelería los que tiran con mayor fuerza de un negocio que, no obstante, mermaría seguramente de reducirse sólo a estos productos. “Aportamos mucha gama de artículo para que, por el mismo precio de una papelería, puedas tener toda una tienda con diversas fuentes de ingresos. Procuramos pocas cantidades con mucha variedad”, resumen Arellano y Pérez.
Éste es el concepto de negocio que ellos trasladan a sus asociados. Una fórmula, la de la franquicia, que adoptaron en 2013 y que en apenas dos años les ha permitido superar los 25 establecimientos, que se distribuyen, especialmente, por Andalucía, Madrid y el País Vasco. El objetivo para el ejercicio actual -comentaban en la última edición de Expofranquicia- es alcanzar entre 50 y 60 aperturas. Una vez satisfecho el reto, se plantearán la internacionalización, mercado donde ya cuentan con algún interesado.
Un mercado maduro
Los impulsores del proyecto se sienten satisfechos de su progresión, teniendo en cuenta que no aportan novedades especiales sino que compiten en un mercado muy consolidado con productos técnicos, “que no son muy golosos”, dice Arellano.
La competencia, pues, parece fuerte, pero también esto puede interpretarse como una ventaja, si lo consideramos un indicador de que sigue siendo un mercado rentable. “Por mucha tecnología que salga, la venta de consumible sigue creciendo y las marcas alternativas, como la nuestra, también”, declara Pérez. Se amparan, asimismo, en estadísticas internacionales para avalar dicho auge, como las de EE.UU (45%) y el conjunto de Europa (35%) de aumento en venta de consumibles los últimos años, frente a un 15% nacional. A partir de estos porcentajes, se concluye que aún queda mucho recorrido.
Una franquicia no al uso
“Lo cierto es que decidimos franquiciar cuando observamos que, con cuatro tiendas, ya teníamos copada Granada”, recuerdan los socios. “Montar tiendas propias, geográficamente alejadas, era inviable, porque hay que estar pendiente y convenimos que la franquicia era la asociación perfecta”.
Posteriormente, cuando se detuvieron a diseñar la estrategia de expansión, optaron por un modelo diferente y flexible para el asociado. Así, renuncian a cobros mensuales y cuotas de publicidad, permitiendo a sus socios el pago aplazado y la adquisición a demanda, con el fin de no ‘ahogarles’ el almacén con el stockage. Otra de sus peculiaridades es que permiten la devolución del producto.
El contrato que proponen es, en principio, para seis años, pero no recogen penalización alguna en caso de abandono. En este supuesto, el procedimiento consistiría en realizar un traspaso donde el nuevo franquiciado abonaría los 3.000 euros de derecho de entrada.
Dos versiones de la franquicia
Los interesados en franquiciar pueden optar a uno o a ambos de los dos formatos disponibles: Tintared y Tintared Plus. El primero de ellos se enfoca a tiendas de hasta 45-50 metros cuadrados y, a partir de esa dimensión, se pasaría a la versión plus, que son tiendas más espaciosas, con mayor exposición de producto y con otras ventajas de maquinaria incluidas en la oferta. El máximo, en este apartado, suelen establecerlo en 100 metros cuadrados.
De todos modos, Arellana y Pérez subrayan que en todos los establecimientos se incluyen las cuatro líneas de producto, aunque en el segundo modelo cobra protagonismo la gama de papelería y los servicios de diseño e impresión digital.
Otro de los compromisos que asumen con el asociado es ayudarle en la búsqueda de la financiación inicial. “Para ello, hemos alcanzando un acuerdo preferente con una entidad crediticia a intereses más bajos de lo habitual”.
El esfuerzo como valor
La inversión inicial media para abrir una tienda Tintared es de 12.900 euros, cantidad que se eleva a 17.900 en un Tintared Plus, donde quedarían recogidos el proyecto ejecutivo, la formación, el canon de entrada, mobiliario, página web y decoración. La adquisición de mercancía se considera aparte.
En cuanto a los requisitos que exigen a sus asociados, descartan “a quienes no parecen conscientes de que van a ser dueños de un negocio y que hay que trabajarlo mucho”.