Iniciamos este repaso con una mención a las luces de Vigo como sinónimo de la vanguardia kitsch navideña. En este 2020, el alcalde de la urbe atlántica (a estas alturas imaginamos que todo el mundo conoce su nombre, el del alcalde) se ha visto frenado –pandemia mediante– en su impulso lumínico. A cambio, ha obsequiado a sus habitantes con la inauguración de unas escaleras mecánicas que recorren la muy empinada Gran Vía, una de las principales arterias de la ciudad. Hasta aquí nada extraordinario, si no fuera por la cubierta que guarece esas escaleras, pintada con una sucesión de colores que invitamos a descubrir para emitir veredicto. Pero fuera ya de ese éxtasis colorido, invitamos también a disfrutar de la Estatua de los Rederos, obra de Ramón Conde, emplazada al comienzo de ese mismo bulevar, un sobrio homenaje al esfuerzo titánico de los trabajadores de la mar.
Y si nos detenemos en este conjunto escultórico es que porque una visita a la ciudad gallega siempre es una buena inversión anímica y para evocar el esfuerzo que la franquicia ha realizado para escalar la empinada curva de la crisis en este 2020 que ahora expira, para que las heridas del coronavirus no sean demasiado profundas en el tiempo. “El impacto ha sido muy fuerte”, reconoce Miguel Ángel Oroquieta, socio director de la consultoría T4 Franquicias. “Aunque ciertas actividades han tenido una buena evolución, porque están adaptadas a lo que ha ocurrido, vemos cómo a la hostelería, por el simple hecho de los cierres, le ha dio muy mal, al igual que al comercio, éste último con unas perspectivas peores. El balance, al final, diría que es malo, sin ser una catástrofe general. Pensamos que la gente se ha acostumbrado a comprar en plataformas online, algo que repercute en aquellos comercios físicos ya implantados y al que determinados consumidores no volverán, con lo que el retail sufrirá”.
En una línea similar, Pablo Gutiérrez Porcuna, socio y director general de Operaciones de mundoFranquicia, confirma la dureza del ejercicio. “Pero a determinadas actividades no sólo no les ha ido mal sino que han experimentado un muy buen comportamiento, como alimentación, mensajerías, marcas especializadas en higiene y otros servicios especializados… En otros, como hostelería o retail, la caída ha sido generalizada. En cuanto a los números, sí creo que la franquicia, como sistema, ha mostrado de nuevo su fortaleza, por su propia esencia. El hecho de estar arropados por el paraguas de una marca siempre te permite soportar mejor escenarios complejos”.
LA ALEGRÍA -Y TRISTEZA- VA POR SECTORES
Ya lo anticipamos en estos primeros párrafos. La alimentación ha exhibido músculo frente a la crisis. “La distribución alimentaria española ha estado entre las que mejor respuesta han dado en Europa y en el mundo a la situación vivida”, nos explicaba en una entrevista reciente Enrique Martínez, director de Franquicias de Eroski. Aquí ha sido decisiva la apuesta que los grandes operadores ya venían desplegando desde hace unos años por los supermercados de proximidad, con los que llegar a cualquier rincón y donde disponen de un servicio personalizado y un surtido que cubre todas las necesidades.
En servicios a empresas y particulares observamos cómo las reformas descollan, hasta el punto de constituir su propio sector de actividad en franquicia. Uno de los nombres propios de este fenómeno es Aquí tu Reforma. Su cofundador y director general, Enric Aparici, reflexionaba en una conversación con Emprendedores cómo la actividad está experimentando un proceso de digitalización bastante importante y profesionalizando, “algo que era necesario”. Hablamos, en este sentido, “de un segmento muy atractivo, que aporta valor y que debería gozar de más protagonismo del que tiene, no sólo por su impacto económico, sino por su trascedencia emocional –estamos reformando el hogar de las personas– y medioambiental”. También en el universo de los servicios emergen iniciativas que solucionan una problemática real y la transforman en un modelo de negocio con proyección, como Cangurea (canguros eventuales o fijos con referencias, apoyo a la madre en el posparto, ayuda en los trámites administrativos tras el nacimiento, formación, fisioterapia infantil…) y Wayalia (cuidado de personas mayores y dependientes a domicilio).
También aguanta el chaparrón con cierta solvencia el mercado inmobiliario. Javier Sierra, presidente de RE/MAX España, subrayaba cómo la pandemia ha provocado movimientos en el sector. “Muchas personas se han puesto a buscar casas, el descubrimiento del teletrabajo, por ejemplo, es imparable y esto hace que la gente se plantee que va a pasar más tiempo en casa que antes y, por lo tanto, precisa de un espacio más amplio”.
Pero incluso en los segmentos más castigados, como la hostelería –donde la cicatriz es grande– surgen proyectos que buscan resquicios para crecer aún en los entornos más hostiles. Y aquí el delivery –ojo, no es la panacea ni el salvavidas del sector pero sí un resorte interesante– ha consolidado modelos de los que ya veníamos hablando, como las cocinas fantasma (dark kitchens). Munch es un buen ejemplo. “Le damos [a cualquier negocio de hostelería] la posibilidad de incorporar un set de marcas virtuales para maximizar el rendimiento de sus cocinas, facilitándoles la solución completa, desde el producto, pasando por el packaging y el software necesario para mejorar la operativa de sus establecimientos”, detalla su fundadora, Sara Serantes. “Trabajamos con 8 marcas y 4 agregadores, en una misma cocina y en un único TPV”. También observamos cómo algunas enseñas, en un ejercicio admirable de adaptación, mutan y ‘absorben’ esta fórmula para crecer. Es el caso de Ricos Tacos, integrada en Mexicana de Franquicias, puso en marcha cinco locales el pasado octubre, a través de cocinas ciegas, mientras que en noviembre inauguraba su primera franquicia con ese formato.
En moda asistimos a la irrupción de enseñas que abogan por espacios alejados de los formatos tradicionales. AlmaDivinity es un buen ejemplo, como explica su CEO, Thierry Campet, CEO de AlmaDivinity. “Potenciados por la Covid, creemos en la fuerza de la comunidad humana, de ahí que no creamos tiendas sino espacios de encuentro que hemos concebido como casas, con un salón, un vestuario y una entrada. A partir de aquí, fomentaremos actividades locales para hacer de ellas un destino social donde la mujer se sienta bien y, si quiere, pueda comprar ropa gracias a nuestras asesoras”. Y en la calle Príncipe, la milla de oro viguesa, abría en diciembre un espacio en el que la firma de moda urbana 4Elementos cohabitaba con una cafetería take-away, un estudio de tatuaje y un salón de peluquería. Quizás el futuro está en las tiendas de moda que no parecen tiendas de moda.
LAS VENTANAS DE OPORTUNIDADES PARA EL 2021
En este 2021 que ya nos espera con los brazos abiertos están depositadas las esperanzas de los diferentes actores de la franquicia. Y todos coinciden en lo positivo de las perspectivas, aun siendo conscientes de las incertidumbres que delimitan el camino. Pero ya hay síntomas de que algo se mueve hacia adelante. “En este último tramo del año hemos visto un repunte de la actividad en cuanto al lanzamiento de nuevas cadenas”, confirma Santiago Barbadillo, director general de Barbadillo y Asociados. “Hablamos de gente que deciden poner en marcha su proyecto, con la vista puesta en que en los próximos meses la situación se tranquilice. Yo espero que todo esté medio resuelto a mediados de año. Otra cosa son los potenciales franquiciados, quienes siguen a la expectativa de cómo puede evolucionar la situación, para dar el paso”.
Oroquieta cree que surgirán oportunidades en el mercado de la restauración. “Y esto es fruto del cataclismo que ha sufrido, al producirse un cierre de actividad muy por encima de la bajada real de la demanda. Así, a aquellos que se han ajustado y pervivido en esta época, a corto plazo, les va a ir muchísimo mejor. Y ya se está viendo, con empresas que están tomando posiciones. No olvidemos, además, que hay mucho local disponible”. Sin abandonar este sector, Barbadillo explica que los negocios nacerán con la premisa del delivery y del take away. “Es probable que muchos diseñen ya desde el inicio una versión reducida del modelo, orientada a fórmulas de consumo como entrega domicilio, y una ampliada, con espacios pensados para consumir en local”. Reflexiona Gutiérrez Porcuna que en hostelería tendemos a espacios más abiertos, con más terraza… “En retail, mientras, vamos al modelo más de Apple, con una flagship store que te acerque una gran experiencia, pero vinculada en todo momento con el comercio online”.
En general –y esto es una mera cuestión matemática–, presentan buenas perspectivas aquellas actividades que han experimentado cierres. “Todo lo que tiene que ver con salud, por ejemplo, va a evolucionar de una forma muy clara, aunque tampoco tanto como podría, ya que el poder adquisitivo de la gente ha caído, algo que se debe tener en cuenta. Y no olvidemos que este tipo de servicios son caros”, concluye Oroquieta.