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Oportunidades en las cadenas de yogures helados

La actividad eclosionó y ahora, ya asentada, aún tiene un recorrido interesante. Como claves, la calidad y una oferta que rompa la estacionalidad de este producto. 

21/05/2015  Redacción EmprendedoresFranquicias

Emergieron con fuerza en las calles de nuestro país. Y tras esta irrupción, las cadenas de yogures helados han asentado sus propuestas, ya de forma más pausada. El mercado presenta aún hueco para acoger negocios en esta dirección. La muestra es la llegada de algún operador foráneo y la apuesta de multinacionales por el sector.

A continuación, te mostramos un catálogo de las franquicias que puedes encontrar en nuestra Guía Online de Franquicias.

Yoyogurt. Esta cadena de yogurterías trabaja con un producto natural y de origen italiano, “que se caracteriza por estar elaborado ‘in situ’ y donde el cliente confecciona el producto final”, explican desde la central. “Ofrecemos al asociado la posibilidad de ampliar la gama de referencias para diversificar de este modo el negocio”.

El desembolso inicial aproximado, desde 39.500 euros + obra civil + IVA, y el local, a partir de 25 metros cuadrados.

Yogen Früz. De origen canadiense, la marca gestiona 1.450 locales repartidos entre 46 países. Su modelo de negocio se basa en su sistema ‘ÜServe’ de autoservicio, donde el cliente puede preparar su propia combinación. Además, cuenta con una alianza con la marca Illy Café, que le permite ofrecer en sus locales diferentes alternativas de productos, tales como desayunos, bocadillos, etc.

La inversión inicial parte de unos 70.000 euros y el local, desde 40 metros cuadrados.

Yogurtería Danone. Yogur helado y yogur cremoso con combinaciones de toppings. Ésta es la propuesta que la multinacional ofrece en unas tiendas “avaladas por el prestigio de una marca casi centenaria”, señalan desde la central. “Nuestro producto es único, al tratarse de un yogur helado Danone, especialmente atractivo para personas que disfrutan mientras se cuidan”.

El negocio representa una inversión inicial de unos 68.000 euros –aunque el franquiciador recomienda disponer de 100.000 euros- y se ubica en un local a partir de 20 metros cuadrados.

Pröva-lo. El yogur helado es una de las líneas de producto de una marca especializada en la venta de golosinas y chocolates de importación. La central, que estima un pay-back entre el segundo y el tercer ejercicio, calcula una inversión inicial de 20.000 a 30.000 euros, para un local de 30 metros cuadrados.

Llaollao. Presente en 17 países, la cadena se ha especializado en la producción y comercialización de productos para yogurterías. “Trabajamos con un producto sano, natural en su elaboración, 100% artesanal y con ingredientes de primera calidad a precios competitivos”. Así esbozan, desde la central, el retrato de un concepto que requiere una inversión inicial aproximada de 51.400 euros, para un local de 25 metros cuadrados.

O!Mygood. Los responsables del proyecto inciden en el valor de la carta como elemento para combatir la estacionalidad, algo crítico en esta actividad. “Aquí englobamos cafés, desayunos y yogur de invierno, lo que garantiza la rentabilidad a lo largo del año”. Otros pilares son la calidad y la innovación, “algo que se traduce en la constante I+D del obrador”.

La enseña propone dos modalidades de franquicia: desde 45.000 euros + obra civil (formato clásico, en local a pie de calle de 60 metros cuadrados) y a partir de 47.000 euros (formato kiosco, desde 7 metros cuadrados).

Smöoy. Según sus impulsores, tres son los factores de éxito. El primero de ellos, su producto, “un yogur helado funcional, bajo en grasa, rico en fibras y sin gluten, con una excelente calidad y variedad de sabores”. Otro de los puntales, la experiencia, “encarnada en cuatro generaciones de la misma familia dedicadas a la fabricación del helado tradicional”. Para apuntalar el retrato, “la imagen de marca y un departamento de I+D en progresión”.

Sobre estas bases, se ha diseñado un concepto que requiere una inversión de unos 60.000 euros y un local a partir de 18 metros cuadrados.

Valenciana Shock. Remonta sus orígenes a 1961 y ya desde entonces apuesta por acercar al público experiencias sensoriales, como subrayan desde la central. “Esto es fruto de la combinación entre los mejores ingredientes y el saber hacer de una familia con más de cinco décadas de tradición heladera”. Otro rasgo característico es la innovación, “que se materializa en continuas mejoras en imagen y producto, además de en una carta que evoluciona constantemente”.

Como inversión inicial aproximada, 81.649 euros + IVA + obra civil, mientras el local debe tener, como mínimo, 80 metros cuadrados.

Algunos apuntes sobre el sector

Para empezar, subrayar que en el segmento predominan las marcas con redes consolidadas en España, hasta el punto que alguna está focalizando su expansión en el ámbito internacional. Otro rasgo definitorio hace referencia a la predilección de las enseñas por ubicaciones con alto tránsito peatonal y afluencia turística, lo que da pistas del perfil de su público potencial. Las cadenas, por otro lado, suelen decantarse por locales de reducidas dimensiones, incluido el formato rincón, lo que ‘alivia’ el desembolso inicial exigido.

Como factor competitivo, la calidad ocupa el primer puesto, lo que se traduce en la utilización de materias primas excelentes, el empleo de obradores propios o el componente artesanal del producto. Relacionado también con la oferta, combatir la estacionalidad del yogur helado es otro desafío a abordar. Y esto pasa por desplegar un catálogo de referencias que cubra todas las franjas horarias del día –y del año-.

Redacción Emprendedores