La sociedad actual demanda profesionales adaptados a las necesidades del mercado laboral, algo que no siempre ofrecen los estudios universitarios. Es por eso, que la Formación Profesional se está convirtiendo en una alternativa más ágil y versátil para cubrir estas carencias.
La FP ofrece una formación práctica y ágil: prepara al estudiante para desempeñar un puesto de trabajo en un corto espacio de tiempo. Y además no impide que en un futuro, el alumno pueda ampliar sus estudios en la universidad.
FRANCISCO LÓPEZ VARAS
Director de Formación Profesional de la Universidad Europea

La Formación Profesional en España se enfrenta a un cambio normativo que debería ser clave para impulsar la transformación del mercado de trabajo. Este nuevo entorno educativo tiene como objetivo aumentar la empleabilidad de la sociedad, formado a esos profesionales necesarios para las empresas y aportando valor y talento al mercado de trabajo. El reto más importante será que estos cambios se puedan hacer de una manera gradual y con suficiente antelación.
Es fundamental que los centros educativos de este país puedan adaptarse al nuevo contexto de una manera ordenada, asegurando que todos los recursos están preparados y adaptados a los cambios propuestos. Una de las claves para el éxito de esta transición será que las administraciones públicas se coordinen de forma adecuada y sean sensibles a las necesidades de la sociedad, las empresas, el mercado laboral y los centros educativos. Estamos ante un momento único, en el que la colaboración de todos los agentes que participarán en este cambio será lo que nos hará conseguir los objetivos marcados.
JOSÉ ANTONIO CORTÉS QUESADA
Coordinador académico del Grado en Marketing. Facultad de Empresa y Comunicación de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)

En los últimos años, la Formación Profesional ha despuntado en España convirtiéndose en una opción educativa que comienza a equipararse a los grados universitarios a la hora de elegir estudios superiores. Si bien los datos muestran una tendencia al alza por parte de estos estudios, la Formación Profesional aún tiene un reto muy importante al que hacer frente: su modelo teórico tiene que ir desapareciendo para dar paso a un sistema de enseñanzas prácticas, centrándose en casos reales de cada rama. No hay que olvidar que, en definitiva, este modelo educativo tiene como fin la formación del alumnado para una determinada profesión.
Al igual que UNIR está implementando su “Modelo 4P”, que tan bien ha funcionado en la Facultad de Empresa y Comunicación, la normativa que regula la Formación Profesional debe centrarse en un modelo pedagógico que fomente una serie de competencias prácticas y personales. El objetivo es claro: la formación de futuros profesionales técnicos en cada una de las especialidades ofertadas; dejando los contenidos teóricos, en gran porcentaje, para estudios más académicos.
PEDRO GABRIEL MANTESE MASEGOSA
Responsable de Marketing e IT en Start UC3M

En la era de la tecnología y la transformación digital, el tradicional aula se ha fusionado con un nuevo entorno educativo, donde la adaptabilidad y la actualización constante son esenciales.
La educación ya no es un proceso estático, sino un flujo continuo de aprendizaje. Los profesionales no solo adquieren habilidades al comienzo de sus carreras, sino que las actualizan y expanden constantemente. Esto crea una fuerza laboral más versátil y preparada para enfrentar desafíos modernos.
Asimismo, la colaboración se ha vuelto global. Esta diversidad cultural enriquece el aprendizaje y promueve la innovación. Y sin embargo, a pesar de todos sus beneficios, este nuevo entorno educativo también plantea desafíos. La falta de supervisión física puede llevar a la procrastinación o la falta de compromiso. La calidad de los recursos en línea varía ampliamente, lo que requiere discernimiento por parte de los estudiantes. Al final del día, es como el resto de asuntos de la vida, exige responsabilidad personal.
VÍCTOR NÚÑEZ
Profesor de la UDIMA y director de Éxito Educativo

La FP, por fin, ha emergido como un pilar fundamental en el sistema educativo español y en la preparación de los jóvenes para el mundo laboral. Pero ¿qué ha cambiado para pasar de ser la Cenicienta a ser la niña bonita? Ofrezco tres razones.
Uno de los aspectos más destacados de la FP es su capacidad para mantenerse más cerca del mercado laboral. A diferencia de algunas ramas de la educación tradicional, la FP está diseñada para ser más ágil y receptiva.
Mayor empleabilidad. Los titulados de FP están bien posicionados para ingresar al mercado laboral con habilidades específicas y aplicables en profesiones de alta demanda. Su tasa de empleabilidad supera a los egresados universitarios.
Más diversificación y versatilidad de opciones que la universidad. Los estudiantes tienen la posibilidad de elegir el camino educativo que mejor se adapte a sus intereses y habilidades, y en menos años, lo que aumenta su motivación, sin cerrar la puerta de la universidad.
No hay excusas para no apostar por la FP. Es un imperativo estratégico para nuestra economía y para el sector educativo. Perder su tren es perder el del futuro.
MARÍA JESÚS RETANA MAQUEDA
Directora del Centro de Estudios Profesionales de la Universidad Camilo José Cela (UCJC)
El ámbito educativo se enfrenta a grandes desafíos y uno de ellos es la adaptación de la Formación Profesional a las necesidades de la sociedad. La simbiosis entre la FP y la universidad en un mismo entorno educativo puede proporcionar alguna de las herramientas que lo permitan.
Las personas que apuestan por estudiar FP buscan una formación realista, práctica, adaptada a las necesidades del mercado laboral y que los prepare, en un corto periodo de tiempo, para desempeñar un puesto de trabajo.
En este contexto, debemos ofrecerles un entorno que les permita sacar lo mejor de sí mismos, desplegar todo su potencial y descubrir o profundizar en su vocación. Para ello, es necesario fomentar los espacios colaborativos, que posibiliten la cocreación y la estimulación del talento y la creatividad.
Una universidad moderna, socialmente comprometida y tecnológica, unida a la FP, nos permite crear un ecosistema lleno de oportunidades y conocimiento y en el que formar personas preparadas para los retos presentes y futuros.