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YoungEconomy: a la Generación Z ‘les renta’ saber de economía

Profundizamos en las claves de una iniciativa pionera con la que se busca ofrecer a los jóvenes educación financiera de una manera sencilla y práctica.

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Queríamos impulsar un proyecto dirigido a los jóvenes para ofrecerles educación financiera útil de una manera sencilla y muy cercana”. Enrique Díaz de Diego, director de Marketing y Comunicación de Crédito y Caución, relata así el germen de una iniciativa pionera como YoungEconomy. “El objetivo es mejorar sus habilidades en finanzas personales y dar alas a su espíritu emprendedor, porque estamos convencidos de que la Generación Z tiene mucho potencial y que saber de economía ‘les renta’, como les gusta decir. En este sentido, creemos que la educación financiera es un pilar fundamental para que los jóvenes se desarrollen tanto personal como profesionalmente”.

Y su balance ha sido muy satisfactorio. “Hemos contado con profesionales de distintos ámbitos y de todas las edades, como profesores, empresarios, economistas… que han logrado explicar en sólo 100 palabras conceptos complejos como la importancia del crédito o cómo elaborar un presupuesto”.

En total, YoungEconomy ha recopilado 100 consejos muy aplicables, no sólo para los más jóvenes, que se dividen en cinco categorías: emprendimiento, crédito, control de gastos, acceso a la vivienda, fuente de ingresos… 

A continuación, los ganadores de cada categoría comparten diferentes reflexiones, que nos ayudarán a comprender el valor real de un proyecto con vocación transformadora y a conocer un poco más a nuestros jóvenes.

YOUNGECONOMY: LOS GANADORES

EMPRENDIMIENTO. Mirian Izquierdo

Para esta emprendedora, la principal carencia en este ámbito no es la falta de ideas, talento o tecnología, sino la mentalidad. “Muchos jóvenes emprendedores creen que deben esperar el ‘momento perfecto’ para lanzar su proyecto, como si necesitaran tener todo bajo control antes de dar el primer paso; y éste es, sin duda, el error más común”, subraya Izquierdo.

“A lo largo de mi experiencia empresarial, y así lo propuse como ganadora de este concurso, he comprobado que no necesitas saberlo todo ni contar con recursos ilimitados. Lo esencial es empezar con lo que tienes y aprender mientras lo haces”. 

Recuerda Izquierdo que no existe la propuesta de valor perfecta desde el inicio. “Se construye poco a poco, a base de escuchar a los primeros clientes, pivotar, realizar ajustes constantes y mantenerse flexible. A partir de aquí, la clave es atreverse a salir al mercado con una versión funcional, recibir feedback real y evolucionar”.

Cuando no se comprende esta lógica del emprendimiento –advierte–, “terminan atrapados en el perfeccionismo, el miedo al fracaso o la parálisis por análisis, algo que afecta el avance de sus proyectos, pero también a su autoestima y confianza”.

En este escenario, YoungEconomy “no sólo es un concurso, sino también un impulsor real de emprendimiento práctico”, afirma.

CRÉDITO. Senén Quindós

“La mayoría de adolescentes sabe cómo gastar dinero, pero no tanto cómo gestionarlo”. Tras esta reflexión inicial, Quindós explica que muchos no entienden conceptos tan básicos como qué es el interés de un préstamo o cómo elaborar un presupuesto.

“Además, están creciendo en un entorno donde todo es digital e inmediato: compras con un clic, pagos con el móvil, suscripciones que se renuevan solas…, pero sin que nadie les enseñe cómo controlar todo eso. Les falta, en definitiva, educación sobre el funcionamiento real del dinero”.

¿Y cómo impacta esto en su vida cotidiana? “Más de lo que parece”, asevera este economista. “Un adolescente que no sabe gestionar su paga o sus primeros ingresos probablemente será un adulto con problemas para llegar a fin de mes. Sin una base financiera, es fácil caer en errores típicos, como endeudarse sin entender las condiciones”. 

No finalizan aquí los inconvenientes. “También pueden tener dificultades para tomar decisiones clave, como emprender sin entender los números”.

Unos jóvenes a los que YoungEconomy empodera. “Y éste es su mayor valor, al darles herramientas para tomar decisiones más inteligentes con su dinero desde ya. Pero no sólo hablamos de saber ahorrar o evitar deudas; hablamos de entender cómo funciona el mundo, de aprender a pensar de forma crítica y de prepararse para ser personas más autónomas y responsables”.

CONTROL DE GASTOS. Cristina Fernández

“Uno de los principales déficits en materia de educación financiera entre adolescentes es la falta de conocimientos básicos sobre planificación económica y gestión del ahorro”.

Y muchos no han aprendido a manejar su dinero “porque simplemente nadie se lo ha enseñado”, asegura esta directora financiera.

Unas lagunas que cristalizan en una “gestión pobre y poco eficiente del dinero disponible”, alerta Fernández. “Sin unas mínimas nociones de educación en materia financiera, es fácil incurrir en hábitos de consumo impulsivo, no saber ahorrar o endeudarse ya desde edades tempranas. En cambio, adquirir estas competencias desde la adolescencia fomenta la autonomía, ayuda a ser más independientes y facilita adoptar mejores decisiones como salir con amigos, comprarse ropa o ahorrar para un viaje”.

Estima Fernández que iniciativas como YoungEconomy son clave para revertir esta situación. “Su valor radica en su capacidad para traducir conceptos financieros a un lenguaje sencillo, cercano y aplicable a la realidad de los jóvenes. A través de consejos prácticos, les ayuda a que términos como presupuesto o planificación de gastos formen parte del lenguaje de su día a día, además de transmitirles la idea de que tener control sobre su economía no es solo cosa de adultos, sino algo que pueden empezar a practicar desde ya”.

ACCESO A LA VIVIENDA. Enrique Valle

Como principal carencia, Valle identifica el total desconocimiento de temas financieros. “Y ésta es una materia que debería ser transversal, ya que afecta a muchas otras y es algo con lo que vas a convivir a lo largo de toda tu vida y que vas a necesitar”.

Señala este economista que son pocos los adolescentes con algún conocimiento. “Y hay una cosa que me llama más la atención y es la poca curiosidad por estos temas. Quizás aquí somos los adultos, tanto padres como profesores y sociedad en general, los que deberíamos hacer algo para que sean conscientes de su importancia y, a la vez, que sea algo atractivo, interesante, práctico, incluso divertido de conocer”.

A abordar este desafío contribuye, precisamente, YoungEconomy, iniciativa con dos grandes virtudes. “La primera es tratar de despertar la curiosidad e interés por estos temas en los adolescentes y jóvenes, mientras que la segunda es facilitar de una forma sencilla y atractiva conceptos básicos que les pueden ayudar en su vida diaria”.

Al final, hablamos de conocimientos que van a ir aumentando su presencia y su importancia en la vida de cualquier persona a medida que pasen los años. “Y poseer conocimientos financieros puede hacer que, en los adolescentes, la capacidad de comprensión de otras muchas materias sea mayor y que entiendan otros aspectos de la vida cotidiana”.

FUENTE DE INGRESOS. Santiago Carbó

Reconoce este Catedrático de Análisis Económico que los adolescentes actuales poseen muchas capacidades digitales y en otros aspectos educativos que otras generaciones no tuvieron. “En cambio, presentan una gran carencia en materia de cultura económica y finanzas personales. Y sin embargo, es un campo en el que necesitan tener las habilidades suficientes para tomar decisiones económicas y financieras vitales a lo largo de sus vidas. Si hay carencias, pueden tener una falsa percepción sobre, por ejemplo, unos activos de alto riesgo como los criptoactivos”.

Desconocimientos que también se pueden dar en materia de crédito. “En particular, al adquirir una vivienda, que marcará las finanzas de esa persona durante mucho tiempo, no se pueden cometer errores”.

Los adolescentes, al final, “deben tener claro que ninguna inversión regala ganancias y que todo requiere habilidad, conocimiento y esfuerzo”.

A partir de aquí, YoungEconomy pone el foco en las habilidades financieras de uno de los grupos de población con muchas capacidades educativas y digitales, pero con vulnerabilidades importantes en materia de decisiones económicas, que podrían perjudicar su bienestar por mucho tiempo”, reflexiona Carbó. “Asimismo, transmite esas habilidades y capacidades formativas de numerosas formas, empleando los canales favoritos de los jóvenes para recibir información, interactuar y comunicarse”, subraya.

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