Es la metodología que anima a crear para entender las necesidades de los usuarios, experimentar y crear soluciones que antes no se habían planteado. ¿Es realmente tan eficaz el Design Thinking como dicen? Varios expertos y expertas dan su opinión sobre esto.
JUÁN ANTONIO BERTOLIN
Director de Espaitec Parc Científic i Tecnologic de l’UJI

El Design Thinking, un enfoque centrado en el usuario para la innovación, se ha consolidado como un marco eficaz para generar ideas innovadoras. Esta metodología, que implica un proceso iterativo de empatizar, definir, idear, prototipar y testear, se basa en la comprensión profunda de las necesidades y deseos de los usuarios.
Una segunda derivada, y mucho más potente, del Design Thinking es la co-creación, que implica colaborar con usuarios y otras partes interesadas en el proceso de diseño de productos y/o servicios. Esta colaboración asegura que las soluciones no solo sean innovadoras sino también pertinentes y aplicables al entorno. La co-creación, conocida también como “user-driven innovation” es la base de los LivingLabs como motores de innovación, donde la co-generación de ideas innovadoras permite desarrollar soluciones de alto impacto, creatividad y profundamente arraigadas en las necesidades reales de los usuarios y del propio mercado. Es el pilar fundamental de la conocida como Cuadruple Hélice: Administración, Empresas, Universidad y Sociedad.
ÁNGEL JIAO HU
Miembro del departamento de Marketing en Start UC3M
En una época donde el cambio es constante, surge el Design Thinking como un faro de creatividad y soluciones centradas en las personas. Esta metodología no solo resuelve problemas cotidianos, sino que redefine la manera en que abordamos la innovación y la mejora de la experiencia del usuario.
El Design Thinking presenta un enfoque creativo, innovador e integra diversas perspectivas que lo posicionan como un motor impulsor de ideas que conectan genuinamente con las necesidades de las personas. Una de las fortalezas notables es fomentar la mentalidad de “think out of the box” e inspirar la creatividad empresarial, punto clave que nutre el ambiente donde nace la innovación.
Esta metodología intenta anticiparse y trabajar con el futuro, su carácter iterativo permite actualizar la usabilidad del producto permitiendo que evolucione con el tiempo. En conclusión, el Design Thinking no es simplemente una metodología, es un cambio de mentalidad, una invitación a desafiar lo establecido y a abrazar la posibilidad de lo nuevo.
JAVIER SANCHO AZUAR
Director del área de Emprendimiento del Parque Científico UMH
Las start-ups, por naturaleza, están constantemente buscando nuevas ideas y generando oportunidades de negocio. También por naturaleza, les suele costar materializarlas, lo que se convierte en un desafío para su supervivencia y competitividad. Es ahí donde el Design Thinking emerge como una metodología poderosa para ayudar a los equipos a poner foco y desarrollar una mentalidad orientada al cliente, minimizando el riesgo de mercado y los costes asociados que supone desarrollar productos novedosos con un valor diferencial.
Se centra en entender las necesidades y deseos de los usuarios finales para desarrollar soluciones innovadoras y efectivas. Aunque se originó en el ámbito del diseño de productos, el Design Thinking se ha convertido en una herramienta valiosa para la resolución de problemas en diversos campos, también en el diseño de nuevos servicios y en múltiples ámbitos, tanto físicos como digitales.
Es una de las metodologías que están desde el inicio en el ADN de los programas de incubación y aceleración del Parque Científico de la UMH, como es la Maratón de Creación de Start-ups. El proceso de Design Thinking generalmente se divide en varias etapas, que incluyen la empatía, la definición del problema, la generación de ideas, el prototipado y el testeo.
LUIS CALANDRE
Director del Creative Campus de la Universidad Europea
El Design Thinking como creador de soluciones e ideas creativas, resulta esencial en un mundo cada vez más volátil e incierto. Herbert Simon lo acuñó en los años 60 como un proceso no lineal de cinco fases: empatizar, definir, idear, prototipar y evaluar. La empatía es clave para comprender las necesidades del usuario, seguida de la definición del problema. La fase de ideación genera ideas creativas, que luego se materializan en prototipos. La evaluación implica recibir feedback de los usuarios y plantear las soluciones.
Este proceso iterativo y colaborativo, sitúa a los usuarios en el centro. Empresas como Netflix, Airbnb y Uber Eats han tenido éxito al adaptar sus servicios según las necesidades de sus clientes. El Design Thinking no solo ofrece una resolución efectiva de problemas, sino que también fomenta la creatividad, la curiosidad y la exploración de perspectivas, haciendo que el proceso sea satisfactorio y estimulante.
IRATI LEKUE
Service Designer y Design Leader en TeamLabs/
Las empresas buscan desesperadamente generar ideas innovadoras, es decir, diferentes maneras de seguir aportando un valor real al mercado. Sin embargo, en una sociedad donde la inmediatez dicta la norma de satisfacción y la posibilidad de consumo es tan infinita, este cometido se convierte cada vez en una labor más compleja.
En los doce años que llevamos acompañando desde TeamLabs/ en procesos de emprendimiento, intraemprendimiento e innovación a jóvenes, instituciones educativas y corporaciones , hemos aprendido que hay dos ingredientes indispensables: uno, un proceso que provoque la creatividad de forma colaborativa, empática y poniendo al usuario en el centro; y dos, una cultura y una mentalidad de trabajo donde la capacidad de aprender de forma ágil sobre nosotros mismos, sobre el mercado y el entorno sea tangible.
Para ello, el Design Thinking o la mentalidad de diseño es nuestro gran aliado. Un proceso que además, aporta orden al caos, y agilidad y flexibilidad a la rigidez, generando el entorno idóneo para la innovación. Pero no debemos centrarnos en el Design Thinking como ese marco que nos permite generar ideas disruptivas, eso nos haría caer en la superficialidad del proceso y en unos resultados poco innovadores. El valor real de esta mentalidad está en realizar una buena implementación que nos permita llegar a la comprensión profunda de dónde está la clave para que esas ideas, además de ser disruptivas, impacten verdaderamente en la sociedad.
JAVIER GONZÁLEZ RECUENCO
Director académico del Máster de Complex Problem Solving de UNIR
No tengo una historia particularmente afectuosa con el Design Thinking, fundamentalmente porque ha sido bastante abusado y malinterpretado (Me pasa lo mismo con Lean), pero si acudimos a los propósitos fundacionales y a la teoría, es una herramienta clave en el CPS y particularmente en procesos asociados a la innovación.
Es una metodología que facilita la solución de problemas, el diseño y desarrollo de productos y servicios de todo tipo dentro de un marco concreto. Esta metodología se vale de equipos altamente motivados, de la innovación y la creatividad como motores, siempre teniendo al ser humano como centro de atención. El DT se presenta como una metodología para desarrollar la innovación centrada en las personas, ofreciendo una lente a través de la cual se pueden observar los retos, detectar necesidades y, finalmente, solucionarlas.
Con lo que al igual que el CPS, el DT es una metodología que permite a los equipos trabajar juntos para encontrar soluciones innovadoras a problemas complejos.
Una vez hechas las paces con el DT, uno entiende rápidamente que no deja de ser una herramienta más en el toolkit CPS. Válida cuando toca, un lastre cuando se la intenta aplicar en todo momento y ocasión.
FABIOLA PÉREZ
CEO y cofundadora de MIOTI Tech & Business School
En el mundo empresarial actual, la innovación es una necesidad imperativa. En este sentido, en MIOTI llevamos el Design Thinking al centro de nuestra estrategia ya que transforma la experiencia educativa al fomentar la creatividad y el pensamiento crítico. Todos nuestros programas incorporan este enfoque, preparando a los alumnos para enfrentar desafíos complejos y fomentando su colaboración.
El Design Thinking se ha convertido en la piedra angular de empresas que buscan reinventarse y destacar en un mercado saturado, y como consecuencia, las empresas que lo aplican no solo crean productos innovadores, sino que también construyen relaciones sólidas con sus clientes al ofrecer experiencias personalizadas y significativas. En el contexto educativo, las compañías que lo aplican suelen integrar un enfoque centrado en el estudiante, donde los profesores se esfuerzan por comprender las perspectivas y metas individuales de cada alumno mejorando la experiencia de aprendizaje.
JOSÉ LUIS ALONSO
Senior Advisor Formación Empresarial, Universidad Francisco Marroquín
Para que el DT sea un marco que genere ideas innovadoras, es fundamental que los que lo apliquen en la empresa, con o sin un facilitador externo, estén acostumbrados a tener la libertad de proponer todo tipo de ideas disruptivas, sin miedos. Ese coraje de salirse de lo establecido, de ampliar la visión más allá de las actividades habituales de la empresa, es imprescindible para que, aplicando distintas técnicas de creatividad, puedan generarse ideas realmente innovadoras.
La cultura interna de la empresa, que permita salirse de lo convencional y proponer sin prejuicios ideas innovadoras, es crucial para que puedan surgir internamente. Posteriormente se matizarán con todo tipo de filtros, tanto internos como sobre todo externos, al testarlas con los clientes, mejorándolas y aplicando lo observado en ese obligado test temprano de mercado. Al final, son los clientes quienes han de validar si la idea innovadora les aporta valor, resuelve un problema existente o si satisface una necesidad no cubierta.
NÉSTOR GUERRA ESCOHOTADO
Innovation Ecosystems Expert. International Speaker. Approach with Lean Startup, Agile and Scale Up. Profesor externo de EOI Escuela de Organización Industrial
El Design Thinking se ha convertido en un enfoque bien conocido donde se prioriza a la empatía y la experimentación para resolver problemas complejos, fomentando la innovación. En la actualidad, esta metodología se está transformando con la incorporación de los Modelos de Lenguaje de Aprendizaje Automático (LLMs). Los LLMs, como herramientas avanzadas de inteligencia artificial, están revolucionando la forma en que se generan y refinan ideas en el proceso de Design Thinking.
La integración de LLMs permite una exploración más amplia y diversa de soluciones potenciales. Por ejemplo, al alimentar a estos modelos con parámetros de un problema específico, pueden sugerir una gama variada de soluciones, algunas de las cuales podrían no ser evidentes para los humanos. Esto amplía el espectro de creatividad, llevando a propuestas más innovadoras.
Además, los LLMs pueden procesar y analizar grandes volúmenes de datos, identificando tendencias y patrones que pueden pasar desapercibidos. Esta capacidad de análisis profundo apoya la fase de definición del problema en Design Thinking, asegurando que las soluciones propuestas se basen en una comprensión exhaustiva del contexto y las necesidades de los usuarios.
En resumen, la evolución del Design Thinking con la ayuda de LLMs representa un avance significativo en la generación de ideas innovadoras. Al combinar la sensibilidad humana con la potencia analítica de la IA, se abre una nueva era de posibilidades para resolver problemas complejos de manera creativa y efectiva.
CAMILA POLENSVAIG
Directora del Grado en Emprendimiento y Gestión de Empresas de la Universidad Camilo José Cela
Empatizar, definir, idear, prototipar y testar. La metodología Design Thinking resumida en cinco pasos que nos permiten desarrollar soluciones a problemas reales. Pero, ¿realmente esta metodología nos ayuda a generar ideas innovadoras?
Hablamos de un proceso que nos permite abordar problemas complejos mediante un marco centrado en el ser humano. Por eso, muchas de las herramientas utilizadas en Design Thinking tienen que ver con la observación y la escucha. Se trata de entender las necesidades insatisfechas o desconocidas de los usuarios.
Además, se trata de una metodología que nos anima a crear para experimentar y aprender. Nos empuja a la mejora continua mediante la definición, redefinición, y evaluación constante.
La innovación llega cuando combinamos las ideas con resultados y, en ese proceso de diseño, miramos el problema desde un enfoque diferente. Si estamos resolviendo problemas únicos, entonces las soluciones que generamos deben ser únicas también.
RODRIGO MIRANDA
Managing Partner de ISDI
No es solo una tendencia, es un estilo de vida, una forma de ver las cosas desde la creatividad y la innovación de soluciones. Lo que nos sirvió para decidir ayer no necesariamente será efectivo hoy y mucho menos mañana, se necesita una herramienta versátil y efectiva. En ISDI, aplicamos el Design Thinking precisamente con ese propósito: ayudar a cambiar la mentalidad y ofrecer un marco sólido para tomar decisiones en ambientes de incertidumbre. Y es que, por si aún no estás familiarizado, permíteme presentarte este enfoque.
Design Thinking en breve:
Se trata de un enfoque multidisciplinario que busca, por medio de la colaboración y co-creación, generar soluciones innovadoras. Su esencia radica en identificar problemas, empatizar con ellos y crear soluciones inesperadas pensando “fuera de la caja”.
Por cierto, esta metodología tiene sus raíces en la D. School de Stanford y fue popularizado gracias a la consultora IDEO. Se inspira también en la Bauhaus, donde se fusionan arquitectura, arte, diseño y un enfoque emocional, así como en el legado del profesional John Arnold, formado en psicología e ingeniería mecánica. Pero no nos quedemos en el pasado…
Design Thinking en práctica:
Habrá quién piense que innovar es un acto mágico que solo ocurre en empresas como Apple o Tesla. Pero, en realidad, la innovación tiene un 10% de inspiración y un 90% de esfuerzo. Es un proceso continuo y metódico, que empieza con la empatía, sigue con la ideación, se concreta en prototipos y finaliza con la implementación. Y a lo largo de este viaje, el Design Thinking ofrece herramientas y marcos que generan confianza y reducen la incertidumbre.
¿Qué caracteriza a alguien que aplica el Design Thinking en su vida y trabajo? Son aquellos intrépidos curiosos, aquellos que enfrentan la ambigüedad con seguridad, aquellos que, en su día a día, evitan juicios precipitados y buscan entender realmente los problemas. Son personas abiertas a nuevas ideas, a colaborar y a explorar.
Pequeña Guía de Iniciación al Design Thinking:
- Empatizar: Ponte en los zapatos del otro. Entiende sus necesidades y motivaciones.
- Visualizar: Dale forma a esas necesidades, captura los detalles.
- Idear: Genera ideas fuera de lo común. Evita soluciones obvias.
- Prototipar: Dale vida a esas ideas.
- Testear: Prueba, ajusta, mejora y ¡repítelo!
Con el Design Thinking, tienes un marco y herramientas que te proporcionarán mayor confianza en tus resultados. Es una invitación a ser ágil y flexible. Y si te preguntas por dónde comenzar, te diré: empieza por ti, por cambiar tu perspectiva y, ¿por qué no?, considera sumarte a escuelas de negocio donde se fomenta este tipo de pensamiento, como ISDI.
Si estás listo para dejar tu huella y generar un impacto real en el mundo, el Design Thinking es tu aliado. Atrévete a mirar el mundo con otros ojos y a ser el cambio que quieres ver.