El primer número de Emprendedores salió al mercado en 1997. Nacía con la vocación de liderar el segmento de revistas de economía y empresas de nuestro país. Y lo ha conseguido con creces. En estos 25 años de Emprendedores hemos asentado la marca, hemos mantenido la revista en papel y nos hemos hecho digitales. También hemos vivido el boom de muchos nuevos negocios que os hemos ido contando aquí y hemos asistido a la caída de otros muchos.
En el plano político en esos momentos el gobierno de Aznar cumplía un año. Era el comienzo de ese mantra del “España va bien” que se repitió hasta la saciedad hasta que llegó la crisis financiera de 2008 y la pandemia y ahora la crisis energética. Años convulsos en algunos aspectos, pero también apasionantes en todo el desarrollo del mundo emprendedor y tecnológico. Aquí te damos 25 claves que retratan muy bien todo ese tiempo.
Así ha cambiado el mundo en estos 25 años de Emprendedores
1.- España se transforma en un país de servicios
En 1997 se crearon en España 95.597 empresas. Una cifra en la que nos seguimos moviendo 25 años después. El récord absoluto se registró en 2006, con 150.108 nuevos negocios. Y el peor dato llegó en 2009 con 79.642 nuevas empresas. Ni con el parón del covid ha registrado una cifra tan baja: en 2020 se crearon 79.925 empresas; una caída del 15,8% respecto al año anterior. En 2021, el emprendimiento se recupera y se crean 101.134 nuevas empresas (un 27,7% más) y este año la recuperación se consolida, con 62.677 nuevas empresas registradas hasta junio, según el INE.
Otra buena noticia es que el tejido empresarial en todos estos años ha crecido considerablemente. En 1997 había 2.438.830 empresas, ahora son 3.366.570 (2021). Eso sí, la mayoría pymes (97%).
El mayor cambio de estos años se refleja en el tipo de actividad de nuestras empresas: los servicios concentran la mayor parte de los negocios (en 1997 representaban el 48% del total, hoy supera el 60%), mientras el comercio y la industria están en franco retroceso: pasan del 32% del total al 21% (comercio) y del 10% al 5,7% (industria).
2.- El emprendedor se convierte en un fenómeno mediático
Cuando salimos al mercado el término emprendedor era casi desconocido. Entonces se admiraba a empresarios de sectores tradicionales capaces de llevar sus negocios a un nivel internacional. Empresarios como Fernández Pujals, fundador de Telepizza y Jazztel, Juan Roig, de Mercadona, Amancio Ortega, de Inditex, Pepe Hidalgo, de Halcón Viajes…
Hoy, lo sexy son los líderes visionarios como Elon Musk, fundador de Tesla, que se permite dar un consejo a nuestro presidente Pedro Sánchez por Twitter: «España debería construir una matriz solar masiva. Podría alimentar a toda Europa» y recibir una invitación para invertir aquí. Cosas de los nuevos tiempos.
Con la pasión que despiertan personajes internacionales como Elon Musk oSteve Jobs, surge la curiosidad por los emprendedores patrios capaces de crear también negocios disruptivos como Miguel Vicente (LetsBonus y Wallapop), Iñaki Arrola (Coches.com), Juan de Antonio (Cabify) o Álex Moreno y David Moreno, los fundadores de Grupo Hawkers, que demostraron que se puede crear una marca internacional en tiempo récord dominando el marketing digital.
En paralelo, surge el fenómeno de cuanto menor mejor, con referentes como Pau García-Milà, que funda su primera empresa con 17 años.
3.- Vivimos la madurez del sector de la franquicia
El año del lanzamiento de Emprendedores nacían en nuestro país enseñas tan reconocidas hoy como PC Coste, Alfa Inmobiliaria, Best House, Don Piso o las cervecerías Gambrinus.
En estos años hemos asistido al crecimiento y consolidación del sector de la franquicia. Cuando salimos al mercado había 571 redes franquiciadoras, que facturaban 717.000 millones de pesetas (4.309 millones de euros). 25 años después, el mercado casi se ha multiplicado por tres en número de enseñas (según AEF, en 2020 había 1381 marcas) y por seis en la facturación (26.154,3 millones de euros en 2010).
Un 81,9% de las marcas son de origen nacional y el resto de fuera. El sector de la moda es el que cuenta con mayor número de enseñas, con un total de 242 redes, seguido por la restauración (207 cadenas) y la belleza y estética (113 redes).
Una radiografía del sector que se asemeja bastante a lo que había hace 25 años, con la única salvedad de que hoy ya no existen franquicias de informática.
4.- Y el nacimiento del ecosistema startup
En los primeros 8 años de la revista, no hablamos jamás de startups, aceleradoras ni nada por el estilo. El fenómeno despierta con la creación en Estados Unidos de Y Combinator, la primera aceleradora del mundo y de donde surge el mítico Silicon Valley. Un año después se crea en España la primera aceleradora (Seed Rocket) y dos años más tarde se publica la metodología Lean Startups que marca las bases de lo que es la gestión de la innovación y el crecimiento de los negocios de tecnología.
Hoy España cuenta con 215 incubadoras y aceleradoras, 26 de ellas impulsadas por empresas como Telefónica (Wayra) y 23 por universidades. Pero incluso en un ecosistema tan nuevo ha habido muchos cambios en estos años. Junto con las aceleradoras generalistas como Lanzadera, hemos visto nacer verticales de todo tipo, turismo (Turislab), alimentación (Culinary Action), economía social (Social Nest), ecommerce (EGI Group)… que ofrecen ayuda, formación, coaching, financiación y todo el apoyo necesario para que estos proyectos se establezcan y lleguen a mercados internacionales.
5.- Más facilidades para crear negocios en España
España es hoy un país más propicio para crear negocios. Se ha ido reduciendo paulatinamente la carga fiscal: en 1997 el tipo general del Impuesto de Sociedades era del 35%, en 2007 pasó al 32,5%, en 2008 al 30%, en 2015 al 28% y en 2016 al 25% actual; el mismo tipo al que tributan las pymes.
Y las entidades de nueva creación tienen una consideración especial desde 2013, con un tipo reducido del 15% hasta los primeros 300.000 euros de ingresos.
Los autónomos, por contra, han sufrido subidas en sus cuotas de forma continuada. Hace veinte años pagaban 30.123 pesetas mensuales a la Seguridad Social (180,74 euros), hoy son 294 euros.
En estos años hemos visto nacer la Ley de Emprendedores (2013), que establecía para los autónomos una tarifa plana de50 euros (ahora son 60) y reducciones de cuota hasta los 24 meses.
Y muy recientemente la llamada Ley de startups, la nueva Ley de fomento del ecosistema de las empresas emergentes, que trae mejoras fiscales tanto para los emprendedores, como para los trabajadores e inversores y menos trabas administrativas.
6.- El fenómeno de la globalización
Con Internet y los marketplaces digitales hoy es más fácil para nuestras pymes salir a vender por el mundo. En 1997 solo 28.743 empresas nacionales tenían negocios fuera, hoy son más de 200.000 y el 39% de las pymes vende en el exterior, aunque la mayoría no lo hace con regularidad.
En estos años también se han ampliado los principales mercados para vender. La crisis de 2008 obligó a nuestras empresas a mirar más allá de los tradicionales como Europa, Estados Unidos, Marruecos y México, y buscar oportunidades en países como Turquía, China, Polonia, Japón, Arabia Saudí, Brasil… Tanto es así que hoy Asia ocupa la segunda posición entre nuestras exportaciones, representa el 10% del total, por delante de América del Norte (7%) y América del Sur (7%). La Unión Europa sigue siendo el principal mercado (60%).
La otra cara de la moneda de este fenómeno es que se traslada la producción de las grandes y medianas empresas occidentales a Asia, el Magreb y los países del Este, con nefastas consecuencias cuando se producen crisis globales como la del Covid o la actual guerra de Ucrania y Rusia.
7.- De las empresas gacela a los unicornios
Hace más de diez años, las llamadas empresas gacela copaban los titulares como las más admiradas del mercado. Empresas con crecimiento de entre un 20 y un 25% durante tres años consecutivos, generalmente con pocos años de vida en el mercado, menos de diez empleados, mucho I+D y con visos de seguir creciendo por su proyección internacional.
Hoy, las gacelas casi se han diluido dentro de otro término más ambicioso: los unicornios o empresas valoradas por encima de los mil millones de euros.
Se calcula que en España hay hoy 4.134 de gacelas (el 4,4% del total de nuestras empresas de su tamaño), una dimensión algo reducida por la pandemia; antes eran un 6,3%.
En el club de los unicornios, por el contrario, entran muy poquitas: Jobandtalent, Idealista, Glovo, Cabify, Devo, Flywire, Wallbox, eDreams y Travelperk, entre otras.
8.- Del empleo fijo al freelancer y el teletrabajo
Otro cambio radical se ha producido en el mercado de trabajo. En 1997 términos como el teletrabajo o el freelancer apenas estaban en el imaginario colectivo. De hecho, se hablaba con orgullo de que en la consultora Arthur Andersen (hoy desaparecida) no se apagaba nunca la luz. Esa era la imagen del éxito.
Hoy la crisis económica y la economía colaborativa han contribuido a crear un mercado laboral plagado de freelancers o autónomos que cobran por lo que trabajan y no tienen mayor relación laboral con la empresa.
Así, en estos años el segmento de los trabajadores autónomos se ha disparado. Hemos pasado de 1.900.000 profesionales autónomos en 1997, a los más de 3.300.000 actuales.
Con la búsqueda de un empleo propio ha surgido también el fenómeno de los knowmads, trabajadores generalmente con un perfil tech que viajan teletrabajando por el mundo, como un estilo de vida.
Otro cambio se ha producido con el covid, que ha impulsado el teletrabajo: según el INE hoy lo disfrutan el 9,5% de los trabajadores.
9.- Evolución salarial y stock options
Las crisis han afectado claramente a los salarios del país. Si en 1997 el salario medio se situaba en 15.510,11 euros anuales, en 2021 nos encontramos con una media de 26.832 euros, casi la mitad que en Alemania (52.556 euros anuales) y muy lejos de países de nuestro entorno como Reino Unido (43.978 euros), Francia (39.971 euros) o Italia (34.032 euros).
Si nos fijamos en el Salario Mínimo Interprofesional la cosa mejora. En 1997 el SMI estaba en 66.630 pesetas mensuales (400 euros) hoy se ha más que duplicado situándose en 1.000 euros mensuales; 14.000 anuales.
Y una curiosidad: cuando nació la revista los españoles nos familiarizamos con el concepto de stock options, que hacía referencia al pago con acciones que recibían los directivos de Telefónica y otras grandes empresas como bonus o complemento salarial. Hoy, esa misma fórmula se utiliza en las startups para acceder a talento cuando no tienen mucho dinero para pagar los sueldos que deberían pagar. Se retribuye con acciones y, si la startups funciona bien y multiplica su valor, los trabajadores se enriquecen.
10.- Del comercio tradicional a los ecommerces
Estos años hemos pasado de la hegemonía del modelo de grandes almacenes como El Corte Inglés al gran almacén online ideado por Amazón. En 1997 apenas había 200.000 páginas web (Internet se había abierto al público solo seis años antes) y no existía la venta online. El boom del ecommerce se produce en los 90 con Amazon, eBay y Zappos; en España con Barrabés, Privalia, Idealista, eDreams…
La llegada de la banda ancha y los smartphones han sido decisivos para el consumo online (Apple lanzó el primer iPhone en 2007).
Un sector que sigue en plena evolución: apenas hace unos años que hemos asistido a la fiebre consumidora de comida para llevar y la transformación del delivery con Glovo, Uber, etc.
En volumen de negocio, el sector se ha disparado en los últimos años. En 2007 las ventas online en España apenas suponían 5.911 millones de euros; en 2020 alcanzaron los 58.750 millones, según Statista.
Pero la compra online no parece que vaya a sustituir a las ventas tradicionales. En realidad, representan un 8,7% del total de las ventas en España. Muy lejos de los países más digitales en lo que a compras se refiere con Corea del Sur a la cabeza (el 35,8% de las transacciones se realizan online), seguido de China (27,3%), Reino Unido (24,2%) y Estados Unidos (20%).
11.- Liderazgo: de la gestión por competencias a la inteligencia emocional
El modelo de liderazgo en estos 25 años ha evolucionado hacia un estilo más basado en las personas y en su necesidad de conciliar trabajo y vida privada. Emprendedores nace en pleno boom de los yuppies, jóvenes preparados para ganar mucho dinero. Luego aprendimos un término que no ha dejado de tener vigencia: la inteligencia emocional.
Se puso de moda en 1995 con el lanzamiento del libro del mismo nombre Inteligencia Emocional, de Daniel Goleman, y ponía sobre la mesa la importancia de la motivación en el trabajo, de la gestión de la frustración y de las gratificaciones, etc. Ideas que hoy están más que nunca encima de la mesa, en un momento en el que por primera vez se habla de la salud mental del emprendedor, dejando atrás esa imagen idílica (o fatídica) del hombre orquesta que puede con todo.
12.- La tecnología lo impregna todo
Sin duda, el mayor cambio de estos 25 años lo ha producido la tecnología. La innovación tecnológica hoy lo impregna todo. Hemos aprendido a navegar por Internet y nos hemos acostumbrado a estar todo el día conectados a un móvil desde el que podemos leer la prensa, pagar en los comercios, comprar, guardar entradas y tickets, utilizar un GPS en lugar de los mapas de papel… Nos hemos acostumbrado a hablar de algoritmos y de inteligencia artificial aplicada a todo, hemos aprendido lo que es la cadena de bloques (blockchain), el Internet de las cosas, el big data, la impresión 3D…
Hemos asistido al nacimiento de las fintechs, las foodtechs, las edtechs, las proptechs… o la aplicación de la tecnología a todos los sectores de actividad, incluida la alimentación.
Estamos en pleno boom de un modelo de robótica que combinado con inteligencia artificial podría hacer real la película Terminator.
La movilidad se prepara para hacer extensible a todos los ámbitos el coche autónomo y ya hemos asistido al primer vuelo comercial a la luna.
Y hoy parece que aquel entorno de realidad virtual que fracasó hace muchos años, Second Life, será posible mucho después gracias al metaverso.
Todos estos cambios en solo 25 años. Por ponernos en contexto, cuando nació Emprendedores no existía Google (faltaba un año para su lanzamiento).
13.- De la televisión a las redes sociales
En 1997 no existían las redes sociales. La televisión era el canal que más audiencia concentraba, con una tasa de penetración del 90,7%. Un nivel que empieza a caer a partir de 2003 de forma constante, hasta llegar al 83,3% de 2021. Aún así, significa que el 83,3% de los españoles todavía ve la televisión y le dedica 213 minutos diarios. No está mal para ser un formato tan “viejuno”.
Detrás de la caída de la televisión está internet y las redes sociales, que concentran al 86% de la audiencia. En 1997 apenas había en España un millón de internautas; hoy somos 33,1 millones de usuarios: el 93% de los españoles.
La penetración de Internet ha cambiado también la forma en la que nos informamos. En 1997 el 37% de los españoles leía periódicos, hoy un 14%. Algo similar sucede con las revistas, que entonces consumía el 54,7% de los españoles; hoy un 22,5%.
14.- Una publicidad muy fragmentada
La inversión en publicidad va acorde con estos cambios de consumo. Hoy los medios convencionales (televisión, radio, diarios, revistas, publicidad exterior, internet y cine) reciben menos ingresos (46,9%), que los no convencionales (marketing directo, emailing, promociones…) que ya se llevan más de la mitad del pastel (53,1%).
Además, la televisión ya no es el canal que más dinero recibe, sino los soportes digitales: en 2021 ingresaron el 45,6% del total de convencionales, seguidos de la televisión (32,6%), la radio (7,6%), los diarios (6,9%) y la publicidad exterior (6,3%).
Las revistas aparecen ya en sexto lugar, representan un 2,2% del total de la inversión convencional y en número totales apenas 120,1 millones de euros. Un poquito más que en el ejercicio anterior (110,5 millones).
En los medios no convencionales encontramos la hegemonía del marketing telefónico (representa el 24,8% del total), seguido del emailing (23,7%), el merchandising (8,8%) y el branded content, que con un 6,8% sube a la cuarta posición.
15.- El streaming y los podcasts: una nueva industria de contenidos
Emprendedores sale al mercado el mismo año en que se crea una empresa que ha cambiado por completo la forma de consumir contenidos: Netflix. Se creó en agosto de 1997 pero no como una plataforma de streaming tal y como la conocemos hoy, sino como un videoclub que enviaba las películas a domicilio.
En 2007 inicia su oferta de vídeos bajo demanda. Hoy las suscripciones a esta y otras plataformas como HBO, Amazon Prime, la española Filmin o Spotify y Apple Music en música, han acabado con un fenómeno que durante años ocupó muchos titulares: la piratería de contenidos a través de eMule y otras plataformas similares.
Ahora el 76% de los españoles consume películas en formato digital de pago, mientras que el consumo ilegal se ha reducido a un 26%.
Otro cambio fundamental es la aparición de la industria de podcasts o el contenido de audio en streaming. Un formato que ya atrae al 53% de la población española.
16.- Del servicio al cliente a la experiencia de cliente
Internet ha traído una visión del servicio al cliente que nada tiene que ver con el tradicional servicio limitado a la venta y postventa. Disponer de un mayor conocimiento del cliente ha permitido evolucionar hacia el customer experience o experiencia del cliente: un servicio personalizado y básicamente inmediato, a veces incluso anticipándose a sus necesidades.
Con este mayor conocimiento del consumidor que dan los datos se elimina el corsé de la segmentación demográfica y del poder adquisitivo y se destapa un consumidor que tiene exigencias y gustos distintos en diferentes momentos. Siendo el mismo consumidor. La experiencia de compra se sitúa así por encima del propio producto y el precio.
17.- La formación de los emprendedores
Si Emprendedores nace en un momento en el que no se habla apenas de emprender, resulta lógico que la formación para emprender también fuese minoritaria. En realidad, era una formación concentrada en dos escuelas de élite: IESE e IE, que figuran siempre entre las mejores del mundo.
En estos años hemos asistido al nacimiento de algunos centros especializados en la creación de empresas digitales, como ISDI (en 2009) y nuevos modelos informales de aprendizaje enfocado a la creación de startups a través de aceleradoras y de hackathones para programadores.
Con la omnipresencia de la tecnología en la creación de empresas hemos visto también cómo el centro que ha sido referente mundial en esta materia, Harvard Business School, cedía parte de su protagonismo a dos marcas con mucho glamour, Stanford y MIT. De estos tres centros proceden buena parte de los emprendedores más admirados: Elon Musk (Stanford), Bill Gates (Harvard), Zuckerberg (Harvard), Larry Page (Stanford), Steve Job (Stanford), Brian Halligan (MIT), Bill Hewlett (MIT) o Drew Houston (MIT), aunque realmente muchos de ellos no terminasen sus estudios.
18.- El nacimiento del euro, el MAB y las criptomonedas
En 1997 el ECU era la moneda europea, valía 162,99 pesetas y estuvo en el Sistema Monetario Europeo (SME) hasta el 31 de diciembre de 1998. En enero de 1999 lo sustituía el euro, aunque no entra en circulación hasta enero de 2002 como moneda oficial de los 12 miembros que componían entonces la Unión Europea.
En estos años hemos asistido también al nacimiento del MAB (Mercado Alternativo Bursátil), la bolsa de las pymes. Empezó a operar en 2009, en 2020 pasó a denominarse BME Growth, y ha sido testigo de éxitos rotundos como el de MasMóvil y caídas sonadas como Zinkia, Imaginarium y Gowex. Hoy operan en ella 117 empresas, con una valoración bursátil de 15.000 millones de euros.
Y como signo de los tiempos, lo que más titulares genera desde su aparición en 2008 son las criptomonedas. El bitcoin, principalmente, nos ha hecho familiarizarnos con inversiones en activos digitales que no están controlados por ningún organismo financiero internacional. Y desde su nacimiento ha experimentado muchos vaivenes: entre septiembre de 2020 y febrero de 2021, pasó de una valoración de 10.764 dólares a 58.734 dólares. Alcanzó su máximo de cotización en octubre 2021, con un valor de más de 61.000 dólares. Y a partir de ahí empezó una caída libre que se mantiene hasta hoy: hoy cotiza a menos de 17.000 dólares.
19.- Nuevas fuentes de financiación
En 1997 cuando se pensaba en crear una empresa casi la única fuente de financiación era la familia o la banca. Con el nacimiento de las startups, se han multiplicado los business angels, los fondos de capital riegos, las plataformas de crowdfunding para conseguir dinero de particulares.
La fórmula del crowdfunding, de hecho, nació en 1997 aunque hoy no la más común: en 2021 movió 220 millones de euros.
Hoy pymes y autónomos siguen recurriendo a la banca mayoritariamente, que todavía representa el 66% del total de la financiación, aunque va perdiendo peso por el mayor protagonismo del capital privado.
El capital riesgo comienza su despegue en España en 2005, con una nueva normativa y un volumen de inversión en torno a 4.000 millones de euros. Hoy mueve 7.494 millones de euros (2021) y se encuentra en el mejor momento de su historia (solo superados por los 8.521 millones de 2019).
20.- Nuevo vocabulario emprendedor
En estos años hemos asistido a un gran baile de modas emprendedoras. Cuando nacía Emprendedores se hablaba de las Opas de las eléctricas y del sector financiero. También de stock options, de bechmarking (copiar a la competencia) y del ombudsmen (defensor del cliente).
En 2006 se pusieron de moda los JASP (Jóvenes Aunque Sobradamente Preparados) y después hemos asistido a toda una nueva verborrea de términos para denominar a las generaciones siguientes: la generación X, los millenials, la generación Y, la generación Z… y toda esa suerte de tribus urbanas para identificar a los consumidores por su estilo de vida: singles, dinkies, bobos, hipsters…
Con la crisis financiera estuvimos pendientes de la prima de riesgo y de las Sicavs.
Pero lo que ha cambiado por completo el vocabulario emprendedor es el mundo de las startups, que nos ha obligado a aprender lo que significa pivotar, bootstrapping, diluirse, phantom shrares, producto mínimo viable, CEO, CTO, CMO, escalar, KPIS, exit, freemium… y un largo etcétera.
21.- El protocolo de Kioto y el consumo sostenible
1997 fue el año en el que se habla por primera vez de la necesidad de reducir los gases del efecto invernadero. El 11 de diciembre de ese año se adopta el protocolo de Kioto, aunque no entra en vigor hasta 2005. Los países más desarrollados admiten su “culpa” en este proceso de calentamiento y deciden tomar medidas para evitarlo.
Con el compromiso político más o menos serio del mundo desarrollado, surgen nuevas oportunidades de negocio y nuevas formas de gestión más sostenible: el boom de los negocios de segunda mano como Wallapop, las plataformas de economía colaborativa para compartir las cosas en lugar de comprarlas, como Blablacar, los movimientos de kilómetro cero, las marcas con propósito y los sellos que acreditan a las empresas sostenibles como Bcorp.
Hoy la sostenibilidad lo impregna todo y da lugar a marcas con propósito como Ecoalf, Cocunat o Auara. Y a negocios punteros como Climate Trade, que ayudan a las grandes a ser más sostenibles compensando su huella de carbono con inversiones en proyectos eco.
22.- El boom del turismo low cost
En estos años hemos asistido también a la democratización del turismo bajo un nuevo concepto: el turismo low cost, que se basa en eliminar costes superfluos para revertirlo en el precio. El término se acuña con las compañías aéreas que reducen el billete al puro derecho a viajar, cobrando por todo lo demás: la comida, el asiento, el peso extra…
De la aviación de los 90 en EEUU se extiende a otros sectores como la restauración, la moda, los alojamientos turísticos… Es el triunfo del eslogan “Paga por lo que consumes”.
Y de nuevo gracias a la tecnología surge otro fenómeno que lo cambia todo: el alojamiento en pisos privados liderado por Airbnb, que nace en 2008. Según Exceltur, en 2016 había ya más viviendas de uso turístico que plazas hoteleras en las principales ciudades de España; exactamente un 9,76% más.
El boom del turismo se ha convertido ya en otro tema a revisar en el futuro, porque va en contra de los postulados de la sostenibilidad. Para hacernos una idea de lo que hablamos basta pensar que en 2019, antes del Covid, España recibía 83 millones de turistas al año. En 1997 eran 39.5, menos de la mitad.
23.- Una sociedad centrada en la salud y el bienestar
En estos 25 años hemos asistido al nacimiento de una sociedad preocupada por la salud y el bienestar como nunca. La dieta sana, los gimnasios, la prevención en temas de salud, etc. no habían estado tan en boga nunca en las sociedades desarrolladas, que son las que tienen más recursos para ello.
Esta nueva sociedad del bienestar ha arrinconado a los fumadores con la Ley antitabaco de finales de 2005, endurecida cinco años después prohibiendo por completo fumar en bares y otros espacios públicos. Hoy se debate si prohibir fumar en las playas y espacios abiertos.
Con este cambio de mentalidad ha surgido oportunidades en torno a comida más saludable, las mil y una forma de estar en forma (pilates, yoga, body pump, zumba…), los gadgets para controlar en todo momento el estado de salud… Y todo ello con pandemias como el Sida, el Covid o la viruela del mono, que no hacen más que reforzar la idea de que hay que cuidarse.
Según un reciente estudio de McKinsey & Company, el valor del mercado del bienestar se estima en 1,5 billones de dólares en todo el mundo, con una tasa de crecimiento esperada del 5% al 10% anual. El covid, además, ha impulsado la inversión en el concepto de tecnología de la salud, el segmento con más futuro.
24.- Ciberseguridad: la nueva forma de delincuencia
Otro signo de los nuevos tiempos digitales son las amenazas cibernéticas. Según un informe de Deloitte, el 94% de las empresas ha sufrido al menos un incidente grave de ciberseguridad a lo largo de 2021. Un riesgo que ha aumentado con el impulso del teletrabajo y la conexión en remoto por parte de los trabajadores.
En estos años hemos tenido que aprender palabras como malware, ransomware y phishing, aunque muchos no sepamos exactamente la diferencia entre los dos primeros.
Los expertos en seguridad se han convertido en piezas clave de las grandes empresas y nos han enseñado que hay hackers buenos y hackers malos.
En estos años hemos conocido la filtración masiva de datos por un fallo de seguridad en empresas de todo tipo, desde Yahoo, una de las primeras y más notorias de la historia, hasta Amazon, eBay, Facebook, Sony, Linkedin… Uno de los ataques más dañinos ha sido Wannacry que infectó a más de 230.000 ordenadores de 150 países de todo el mundo para solicitar después un rescate por recuperar la información.
25.- ¿Hacia un capitalismo consciente?
Con todos estos cambios así ordenados cualquiera se atreve a hacer vaticinios sobre donde estaremos en otros 25 años. Quizás disfrutando del turismo espacial o buscando la felicidad en lugares más cercanos, en la línea de los postulados del capitalismo consciente, un término acuñado por el profesor Raj Sisodia que propugna la búsqueda del bienestar de las personas por encima del beneficio económico y que choca frontalmente con el neoliberalismo imperante.
Al fin y al cabo, el cambio de paradigma económico que propone basado en que las empresas generen un impacto positivo en las personas, la comunidad y el medio ambiente no difiere en nada de los propósitos de las empresas que entienden la sostenibilidad desde el cuidado medio ambiental, social y de gobernanza que se empieza a extender entre las grandes empresas. Veremos, si se produce un cambio real o todo queda en palabras.