Amorino propone unos helados artesanales italianos en forma de rosa sin límite de sabores.
El titular contiene la máxima que siempre les ha guiado. “Las tiendas son boutiques del helado artesanal, elaborado de la forma más natural posible, donde se sirve un producto de calidad, atemporal y que fomenta la compra por impulso”. Como factores competitivos, el hecho de ser un negocio fácil y limpio con un sistema innovador: el producto llega preparado para servir desde un único obrador central, de ahí que no se necesita ser maestro artesano. Con un concepto que combina el helado con la cafetería tradicionalmente italiana, su oferta engloba una amplia gama de referencias “para abarcar todas las horas y las distintas necesidades del cliente”.