¿Te acuerdas de cuando abrir la puerta de una habitación de hotel era algo innovador? Pues ya se ha quedado antiguo. Y ya ni hablamos de eso de abrir con una simple llave. Con nuestros móviles podemos hacer ya prácticamente todo y abrir la puerta no podía ser una excepción.
Aunque la apertura de la puerta mediante el smartphone todavía tardará en generalizarse en el entorno residencial, este tipo de soluciones cada vez cobran más fuerza en otro tipo de inmuebles, caracterizados por su elevada afluencia.
La startup catalana Akiles detectó esta oportunidad hace unos años y se puso manos a la obra. Borja Rossell, Darío Nieuwenhuis y Nicolás Salame, fundadores de la empresa, se dieron cuenta del boom que estaban teniendo los espacios de coworking, los coliving, los edificios built to rent o los alquileres turísticos.
Muchos de estos inmuebles son propiedad de grandes fondos de inversión o gestores profesionales, siempre interesados en aquellas soluciones que puedan generar un ahorro de costes y optimizar sus operaciones.
Gestión de accesos con el móvil
Ahí es donde aparece Akiles y sus soluciones para el control de accesos, que permiten la apertura y cierre de puertas y la gestión de los accesos sólo con utilizar el móvil, sin necesidad de hacer copias y entregar llaves o tarjetas a cada usuario.
Este sistema también tiene otras ventajas. Una de ellas es que para dar acceso a alguien o quitárselo no hace falta desplazarse para entregar las llaves o recogerlas. También permite recibir notificaciones de apertura en el móvil, mejorando la seguridad. Asimismo, se pueden definir restricciones de apertura en función del horario, por ejemplo.
Además, este sistema encaja muy bien con los principales usuarios de este tipo de inmuebles. “El usuario tipo de estos espacios suelen ser mileniales o de la generación Z, grupos de edad que incorporan la tecnología en sus vidas, que no quieren siete llaves para entrar en su casa”, explica Salame, en declaraciones recogidas en El País.
Akiles está instalando sus productos y sistemas tanto en oficinas y en espacios turísticos (hoteles, albergues, hostales, etc.) como en el sector residencial de uso colectivo, como residencias de estudiantes o viviendas en régimen de coliving. “Nos centramos en los que tienen entre 50 y 100 alojamientos, por ejemplo. Ahora el particular no está en el radar, aunque si lo pide se le atiende”, afirma el cofundador.
La compañía fabrica sus dispositivos en Barcelona y pueden ser instalados en cualquier puerta. Su manejo es muy sencillo. Una vez colocados, permiten que el usuario controle el acceso a través de la nube desde su móvil, pudiendo abrir y cerrar puertas, recibir notificaciones si se produce cualquier movimiento, dar o quitar permiso de acceso a un usuario e incluso enviar la ‘llave’ por WhatsApp.
¿Y si no hay cobertura o se va la luz? Con las soluciones de Akiles no hay problema, puesto que la cerradura también se puede abrir manualmente tecleando un código numérico.
Salame explica en El País que la empresa se puso en marcha la empresa con una inversión inicial de dos millones de euros, recaudados en varias rondas de financiación. El pasado año obtuvo una facturación de un millón de euros y ya fue capaz de generar beneficios. De hecho, el cofundador asegura que Akiles cuenta con fondos propios para acometer su expansión sin necesidad de financiación externa.
Actualmente, cuenta con más de 1.000 clientes entre hoteles, promotoras, residencias de estudiantes, colegios o centros logísticos. Y con la vista puesta en el futuro, la compañía espera multiplicar por diez sus ingresos gracias al desarrollo de nuevas tecnologías y la apertura de su negocio a nuevos segmentos, prestando especial atención al sector residencial.