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Instinto de protección

Hay ocasiones en que una idea puede dar para mucho. A Mikel Garrido le sirvió para crear dos empresas: Agotek y Kidy Froh. Todo surgió después de sentir la angustia ...

08/10/2008  Redacción EmprendedoresCasos de éxito

Hay ocasiones en que una idea puede dar para mucho. A Mikel Garrido le sirvió para crear dos empresas: Agotek y Kidy Froh. Todo surgió después de sentir la angustia de perder de vista a su hijo en un centro comercial. Pensó en lo necesario que era contar con un dispositivo que pudiera alertar a los padres cuando los niños se alejen de un radio de entre dos y siete metros. Así nació la pulsera Child Guard de la que llevan vendidas 7.000 unidades y, con ella, la empresa electrónica Agotek.

El desarrollo de Child Guard obligó a Mikel Garrido a convertirse en un experto en seguridad infantil. Constató que, después de los accidentes de tráfico, los que ocurren en la cocina y el baño son la principal causa de mortalidad infantil. Sin embargo, en España no había ninguna empresa especializada en este segmento de negocio. “Los únicos artículos que se comercializaban eran protectores de esquinas, protege vídeos y enchufes”.

Y se puso manos a la obra. Este joven bilbaíno de 37 años llegaba al mundo de los negocios con el bagaje de su etapa como director de Márketing en una cadena de perfumerías y un año como empresario con Agotek. En siete meses, y bajo la tutela de un programa de formación de empresas de la Diputación de Vizcaya, Garrido y dos socios más abren un punto de venta especializado en seguridad infantil, en Bilbao, al que bautizó como Kidy Froh (Niño feliz en alemán).

Pese a que no tardó en descubrir la gran variedad de productos especializados en seguridad infantil que se fabricaban, sobre todo en países nórdicos, el núcleo duro de su etapa de emprendedor fue la negociación con los proveedores.

“Teníamos claro que queríamos una tienda especializada, pero sin renunciar a algunos productos de puericultura, y ahí estaban los problemas. La competencia presionaba a los distribuidores para que no nos vendieran. A día de hoy todavía hay marcas con las que no podemos trabajar”, asegura Garrido.

Este obstáculo no fue una barrera insalvable. “Soy muy impulsivo pero contar con el apoyo y asesoramiento institucional te ayuda a reflexionar. Hice una previsión financiera de seis meses y pagué todo el stock inicial, algo que no había previsto. La negociación con los proveedores también supuso una atención especial con el fin de ver qué era más adecuado fiscalmente”. Sólo en almacenaje de material se gastaron 50.000 euros. El capital inicial con el que empezaron fue de 3.000 euros y la inversión final alcanzó los 90.000 euros. “Nos hicimos muy amigos de los bancos”, bromea Mikel.

Después de llegar a acuerdos con un buen número de proveedores extranjeros y reunir 800 referencias para Kidy Froh, la maquinaria comenzó a ponerse en marcha bajo la fórmula de una Sociedad Limitada. Ahora cuentan con 2.900 referencias entre las que se pueden encontrar desde camisetas protectoras de rayos ultravioletas, trajes de baño para bebes que son a la vez flotadores, protectores para el grifo de la bañera, alimentadores antiahogo, y un largo etcétera.

Innovación, esa mágica palabra
Otra clave de Kidy Froh ha sido creer en la innovación. “No sólo queremos vender productos de otros, sino que, si detectamos una necesidad, intentamos desarrollarla”. Y así ha sido: ya tienen cuatro productos propios. Kidy Froh cuenta con la patente europea del primer sistema de retención infantil para autobuses: Kidy Bus, silla que ya tiene la bendición de las Administraciones de varios países del norte de Europa, que prevén adquirirla.

Empresa de inventores. Otro invento con el que han triunfado es el chupete que se cierra cuando se cae al suelo. Y lo último, y que presentarán en breve, es una silla especial para transportar a niños en ambulancias.

Otro modelo de gestión. “Todas las trabajadoras son madres y tienen jornada continua pese a que el coste es mayor para la empresa. Nos está dando muy buen resultado porque entienden mejor el producto y la flexibilidad de horarios es muy valorada”, explica.

También ofrecen a sus clientes servicios extra que consolidan su imagen de apoyo a los padres. De este modo, algunos de los puntos de venta cuentan con una sala de lactancia de acceso libre para que las madres puedan utilizarla para amamantar a los bebés sin tener que hacerlo en lugares públicos.

El recurso de la franquicia. Mikel Garrido opina que el segmento de negocio infantil pasará a manos de grandes cadenas de distribución. Éste es otro de los motivos por los que se han apresurado a construir marca a través de las franquicias y a posicionarse en el mercado. La jugada no ha pasado desapercibida. “Empezamos a ser una golosina para algunos inversores. Business angel, sociedades de capital riesgo e inversores nos han contactado para comprar la sociedad”. Quién sabe si sucumbirán…

Redacción Emprendedores