Compra de Montero. “En 2007, vimos que montar una gran planta para fabricar un producto perecedero y distribuir a toda España era complicado. Pensamos que el modelo de oportunidad tenía que ser abrir pequeñas plantas en las que tuviésemos mejor logística para suministrar a nuestros clientes. Ahí fue cuando adquirimos la empresa malagueña Postres Montero”, apunta el director general.
Aunque otras empresas del sector (Duhl, Danone o Puleva) también estaban interesadas en esta adquisición, fue Reina quien ‘se llevó el gato al agua’. Y ha sido una apuesta que ha salido muy bien. “Montero estaba en una situación de pérdidas impresionante, con un ebitda de -27,5%. Le dimos la vuelta y en dos años la pusimos en positivo”, declara López.
Implantación en Portugal. El año pasado empezó a funcionar su nueva factoría en Pombal (Portugal), que sienta los cimientos de su estrategia internacional. “Fuimos a Portugal porque descubrimos que era un mercado donde la segmentación yogures/postres se situaba en una proporción 96/4. En España se encontraba en torno a 80/20; y en Francia, en 70/30. Estábamos convencidos de que había un recorrido enorme para la categoría de postres y que debíamos estar allí.