Este empresario asturiano emprendió su aventura exterior hace 30 años llevando los productos de Eolo Sport a los cuatro vientos. Y nunca mejor dicho, porque lo suyo es la fabricación y venta de cometas, a cuya cola se han sumado nuevos productos de ocio, deporte y juguetería, entre los que destaca las radsails o cometas de tracción: “Es la línea de mayor valor añadido a esta empresa”, justifica.
Sin fronteras
Hong Kong, Malasia, Taiwán, Sudáfrica, Singapur, Corea, Japón, Nueva Zelanda, México o Australia (donde la cometa espía o spysky, de Eolo, ha recibido el galardón del juguete el año) son parte de una larga lista de 50 mercados en los que comercializa sus productos a través de una tupida red de 170 distribuidores y agentes comerciales. Reconoce sin ambages que la compañía nació para exportar. Desde entonces no dejado de crecer en tamaño (“comprando compañías de la competencia cuando ha sido necesario”), en cartera de productos y en número de mercados.
Rafael no es un empresario al uso. “No soy de los que hacen clientes el primer viaje. Me gusta conocer primero el mercado, a la gente, valorar su capacidad adquisitiva, visitar tiendas y supermercados para estudiar a fondo los productos que tienen. Luego vengo a la fábrica, me siento con los diseñadores, les aporto esas ideas y ellos me las devuelven en un formato comercial, con el que elaboro nuestra propuesta al cliente”.
La conexión China
El presidente de Eolo asegura que el mayor impulso para la compañía ha sido la apertura de una oficina en Hong Kong (en la que trabajan tres personas), base de operaciones para el mercado asiático “y centro neurálgico de la venta de juguete”, comenta. “Gracias a nuestra presencia allí hemos cuadruplicado la venta directa a clientes de todo el mundo en estos últimos años. En la actualidad, el 80% de la producción la realizamos en China”, afirma. El mercado lo abrió Rafael, “con paciencia y muchas visitas al país”, al que continúa yendo, al menos, cuatro veces al año.
El resultado empresarial
En la actualidad, el 70% de la facturación (unos ocho millones de euros) procede del exterior. De hecho, la fuerte expansión exportadora ha colocado a esta pyme asturiana a la cabeza de su sector. “Hay que dar alas a la imaginación. A nadie se le podía ocurrir que pasásemos de una cometa de papel a una de tracción. Atrás queda innovación, investigación de nuevos materiales y muchos viajes”.
Habilidades: Extrovertido, don de gentes y creativo. Para Rafael Prieto, “las oportunidades sólo pasan una vez en la vida. Hay que aprovecharlas”. Habla inglés y francés. “Tengo facilidad para comunicarme enseguida con la gente. Por mi forma de ser, para mi todo el mundo es accessible”.
La peor aventura: “Todos los mercados tienen su complejidad, aunque consolidar Alemania nos costó mucho esfuerzo por las circunstancias del mercado. China, por las características del asiático, me exigió tiempo para ganarte la confianza de colaboradores y socios. Ahora tengo amigos en el país”.
Próximos destinos: Latinoamérica. Eolo Sport tiene la licencia de Disney para sus productos y la de Star Wars para Europa, “que queremos ampliar a México”. También tiene el punto de mira comercial puesto en Rusia, Kazajistán y Ucrania. Tras unos viajes exploratorios, “estamos sorprendidos de la respuesta de esos mercados a nuestros productos”.