Aunque heladerías hay muchas, el yogur helado aún es un producto joven en el mercado español. En verano de 2010, Smöoy decidió aprovechar su experiencia previa en la fabricación y venta de helado para reorientar la actividad y convertirse en una de las enseñas pioneras en este mercado. Lo novedoso es que no ofrece helado tradicional a base de leche, sino yogur helado, bajo en grasa, rico en fibra, sin gluten y fabricado al instante. Además, este producto se diferencia del helado ‘de toda la vida’ en que es totalmente personalizable. “El cliente es el protagonista absoluto, ya que puede crear el smöoy que más le gusta. Se puede escoger entre tres tamaños y cuatro sabores, uno de los cuales cambia cada semana, y añadir hasta 36 toppings, como trocitos de frutas de temporada, conguitos, lacasitos, frutos secos, salsas de sabores, turrón líquido…”, explica Nuria Martínez Sirvent, gerente de la empresa. El yogur helado presenta una estacionacionalidad menos acusada de las ventas, ya que su temperatura de consumo admite cierto margen de maniobra para adaptarse a cada estación. Además, la firma cuenta con una carta de invierno que incluye bebidas y combinados calientes, sticks de chocolate belga y dulces típicos de Europa. Y completa su oferta con batidos hechos al instante, granizados y twisters –combinación de varios de sus productos–, con lo que aumentan las posibilidades de elección durante
todo el año.