In Store Media sigue mirando al futuro. Y en él observan nítidamente un concepto que ya se hace notar: interactividad. Con ella las empresas, y también ésta, pretenden llegar a un cliente concreto, con nombre y apellidos, y con un perfil de compra definido previamente. “Nuestras herramientas serán la pantalla interactiva y el teléfono móvil”, anuncia Vilá. De hecho, ya han comenzado a utilizar las primeras en una campaña de L’Oréal y en la planta joven de El Corte Inglés han lanzado otra a través del bluetooth del móvil, “para comunicarnos con el chaval de forma directa y que él valore el trato que le da la tienda”, sostiene Vilá. Mediante las pantallas, el cliente tiene opción de navegar y acceder a información de valor añadido sobre el producto.
Y precisamente en este target, tan de-seado por las marcas como infiel, es donde más cabida tiene el márketing móvil aplicado al punto de venta. Su propio mecanismo se convierte en su principal ventaja: permite ofrecer la información buscada sobre un produ-cto en el momento justo en el que se decide su compra.
No obstante, el márketing móvil tiene muchos riesgos. ¿El principal? El de siempre, un uso excesivo. “Si el cliente va a comprar a una tienda y le llegan al móvil 30 mensajes por bluetooth, al final eso se vuelve en contra”, aclara el consejero delegado, quien ofrece una posible solución: “Que el propio centro comercial regule el envío de mensajes publicitarios por este canal”.