Como buen profesor que también es, salpica su conversación continuamente de ejemplos y símiles con los que consigue hacer muy visual las lecciones que quiere transmitir. Y el primer mensaje claro es que la suya no es una inversión de grandes despachos ni caros maletines, sino de patear las aceras con mochila al hombro. “No me siento cómodo en los despachos porque las oportunidades están fuera y hay que estar en la calle. El emprendedor se está jugando la vida y no me parece propio aparecer como en las escenas de El Padrino. Es parte de mi filosofía, quiero ser cercano.”
EMPRENDEDORES. Y hablando de filosofías, ¿qué hace un licenciado en Filosofía convertido en uno de los principales inversores? ¿Esa formación le ha ayudado?
LUIS MARTÍN CABIEDES. Yo creo que sí, en este enfoque tan nuestro de asumir que el futuro es impredecible, que tienes que jugar en mundos inciertos y que hay límites en lo que sabes. Todavía hay una forma determinista de pensar que si un proyecto falla es porque alguien ha hecho algo mal y eso no se corresponde con la realidad. Todo proyecto es un experimento: el emprendedor hace un intento, sale bien o sale mal y no hay culpables. Ahora se habla mucho de aprender del error y eso es absurdo, no hay nada que aprender del fracaso. Estamos en lo que académicamente llamamos entornos de incertidumbre irreductible: no sabemos lo que va a ocurrir en el futuro y hay que disfrutar con ello. La trampa de todo inversor es creerse más listo que los demás, que ven algo que los demás no ven.
EMP: ¿Entonces es todo una cuestión de probabilidades?
L.M.C: Sí, se trata de jugar con un entorno probabilista. Yo hago unas 10 inversiones al año, más o menos, en las que ya sé de partida que el 80% va a salir mal y como mucho el 20% saldrán bien y cuando esto ocurre no es porque tú hayas tenido un ojo especial, sino porque has tenido suerte. Esto es como en una partida de póquer: pides cartas y, si te salen buenas, las juegas, pero hay mucho de aleatorio en esas cartas.
EMP: Entonces, ¿el fracaso no tiene qué ver con el equipo ni con el emprendedor?
L.M.C: En entornos de incertidumbre, no se puede plantear en términos de fracaso. Es como si a un investigador contra el cáncer se le muere la ratita, ¿qué culpa tiene la ratita? No hay recetas. Hay un emprendedor buenísimo, François Derbaix, que es socio mío en varias iniciativas, que dice que la única regla que hay es que no hay reglas.
EMP: Usted reivindica que el emprendedor pelee por su proyecto, pero que también sepa parar. ¿Hasta dónde debe llegar la perseverancia?
L.M.C: La perseverancia está sobrevalorada. El mercado responde o no. Y si no responde, no tiene sentido seguir empujando. Es lo que ocurre con los perros: por mucho que le pongas la comida delante, si no la quiere, no lo va comer. El mercado es igual, o se come lo que le das o no. Fallar no es lo malo. Lo importante es fallar pronto y barato, porque así te quedan recursos y tiempo para dedicarte a otro experimento. Cuando el mercado responde, se nota prontísimo, incluso cuando las cifras aún son pequeñas. Tiene sentido empecinarse contra la competencia, el entorno, la administración, pero no contra el mercado.
EMP: ¿Esa aleatoriedad del error no es un poco una rara avis, un planteamiento excepcional dentro del entorno empresarial español?
L.M.C: Esto se llama capital riesgo porque es gestión de riesgo y gestión de probabilidades y rentabilidades asociadas. No hay una inversión mala porque tenga mucho riesgo. Si el potencial asociado a ese riesgo lo compensa, tiene sentido hacerlo. Aquí en España tenemos una visión determinista del éxito y del fracaso, como si el futuro fuera predecible. Eso no es así: tú no puedes saber cómo irá el mercado. No hay riesgo malo: hay riesgos bien pagados o mal pagados.
Yo corro un riesgo enorme y me salen muchas mal, pero si pillas un Trovit y multiplicas por 60 la inversión, puedes equivocarte 59 veces. Por eso no hablo de fracaso sino de probabilidades.
EMP: Está considerado como uno de los mayoresbusiness angel de España, pero ahora mismo Cabiedes & Partners es una SCR (sociedad de Capital Riesgo), ¿cuál es la diferencia entre ambas formas de inversión?
L.M.C: Llevo 15 años haciendo lo mismo y lo he hecho con tres nombres, primero era uncorporate fund, luego unbusiness angel y ahora soy unventure capital. Cada cuatro años me paso por la escuela y pregunto qué es lo que soy y ellos me dicen. Ahora por lo visto soy unangel fund. Mitad BA mitad VC, un híbrido. Tengo deangel dos cosas: que la mitad del dinero que invierte Cabiedes & Partners es mío y de mi familia y que invierto en etapas iniciales. Y tengo defund que el resto del dinero es de terceros y que también invertimos en etapas más avanzadas del proyecto. Volviendo al ejemplo del póquer, no hay nada más triste que estar toda la noche jugando a las cartas y cuando te sale unfull no tener fichas para apostar. Eso lo vimos con Privalia. Inviertes y arriesgas en las primeras etapas y cuando va bien, se la regalas al capital riesgo. No quiero que me pase eso. Así que hacemos una primera inversión de 100.000 o 200.000 euros y si al año va muy bien, metemos un millón más, como si fuésemos un VC.
EMP: Habla de años buenos y malos como si se refiriese a un buen vino…
L.M.C: Este es un negocio estrictamente cíclico. Está dominado por las añadas. Hay años que son buenos para sembrar y años que son buenos para recoger. En 2009 se vendieron Privalia, ByVip, Tuenti y pasan tres años en los que no se vende ninguna empresa de ese tamaño. De repente llega el 2014 y se venden Milanuncios, Trovit o en 2015, La nevera roja.
EMP: ¿Qué hay que hacer falta en España para que se creen más empresas?
L.M.C: El emprendimiento en España está muy bien, el problema es que tenemos una tasa de paro juvenil del 50% y una de desempleo del 27%. El emprendimiento es un subproducto de un crecimiento sano, ordenado y acelerado, y en España tenemos una economía lamentable. Una empresa se hace para vender productos a gente que los compre y, si la gente no tiene trabajo, ¿cómo va a comprarlos? Toda esta burbuja que se ha creado en torno al emprendimiento es como una cortina de humo. Es un poco como lo de María Antonieta cuando le decían que el pueblo no tenía pan para comer y ella gritaba pues que coman bollos. ¿El pueblo no tiene trabajo?, pues que emprendan. A mí me enciende. Es un poco pan y circo para despistar de la corrupción, del desempleo…
[pullquote align=’center’]Toda esta burbuja que se ha creado en torno al emprendimiento es como una cortina de humo[/pullquote]EMP: Y es obligación del emprendedor buscar inversores?
L.M.C: Estadísticamente es una anomalía que una empresa tenga inversores profesionales. No hay nada mejor que te financie tu cliente, que no se llevaequity a cambio y te da los mismos euros. Soy un poco como Groucho Marx y jamás invertiría en un emprendedor que necesita inversores. Es decir: me gusta invertir en un emprendedor que usa inversores para crecer más rápido, pero que no los necesita para sobrevivir.
EMP: ¿Cuántos años tardarán los emprendedores españoles en alcanzar a los norteamericanos?
L.M.C: Nunca. Eso es imposible. Los emprendedores están a la misma altura, pero los mercados no, así que nunca tendremos el tamaño de ellos. Es decir, si un proyecto sale bien en España, va a vender 10 y si sale bien en Estados Unidos, 1.000. Es como si preguntas ¿qué podemos hacer en España para tener el mismo número de medallas olímpicas que en EE UU? Tenemos atletas tan buenos como ellos, pero somos muchos menos, con lo cual nunca alcanzaremos su número de medallas. O como si quisiésemos equipararnos a ellos en fútbol americano, nosotros tenemos el mejor fútbol europeo, pero nunca les alcanzaremos en el suyo. Somos ligas diferentes. Nosotros jugamos en tercera regional y Silicon Valley son las series mundiales.
EMP: ¿Qué precauciones debe tener un emprendedor frente a un inversor?
L.M.C: Los emprendedores consideran que ellos son muy especiales y que todos los inversores son iguales. Y eso no es verdad. Hay inversores buenos e inversores malos. Lo primero que el emprendedor debe hacer es unbackground check. Yo voy a hacerlo contigo como emprendedor, voy a pedir referencias, preguntar cómo eres, cómo te manejas… Tú tienes que hacer lo mismo conmigo: valorar qué experiencia tengo, qué inversiones he hecho, hablar con otros emprendedores en los que he invertido. Y dentro de los inversores buenos, los hay de dos tipos: los que te pueden ayudar a llevar tu negocio y los que te aportan una cosa distinta. Yo soy de esta segunda categoría. Nunca entro en la gestión del negocio. Si tú no eres mejor que yo para llevar tu negocio, es que me he equivocado al invertir. Me implico mucho en el momento de la entrada y en el de la salida y dejo que el que vaya conduciendo sea el emprendedor, porque si se la pega, se la pega él.
EMP: ¿Cómo diferenciar el business angel del shark (tiburón) business?
L.M.C:: Mirando la trayectoria y si no hay trayectoria me abstendría. Una startup tiene muchos altos y bajos y el inversor que no está muy puesto en ello, se pone nervioso a la primera. Son un poco ciclotímicos.
Cómo seducir a Cabiedes
Si un inversor tiene trayectoria, Cabiedes estudia cómo le ha ido con otras inversiones antes de tomar una decisión», afirma. Los criterios que utiliza para realizar la primera evaluación son:
El proyecto ha de ser viable: “Debe cumplir que tenga mercado y ventaja competitiva. Que haya competencia es bueno, lo que tienes que demostrar es por qué vas a ser tú el que va a ganar la batalla”.
El proyecto ha de ser factible: y ha de serlo por este equipo y ahora: “Has encontrado un mercado y una estrategia competitiva, pero ¿por qué es este el equipo capaz de desarrollar esta oportunidad? Para que lo sea tiene que ser diverso”.
El proyecto ha de ser invertible. Para ello tiene que cumplir dos criterios, escalabilidad y salida. “Como el 80% de los proyectos salen mal, necesito que el 20% que sale bien me compense los malos. De manera que necesito focalizarme en proyectos que sean muy escalables, que tengan una capacidad de crecimiento extraordinario. Y necesito poder salir. Muchos empresarios crean una empresa para poder dejársela a sus hijos como hizo mi padre (Europa Press), pero para mí no es viable. Para el emprendedor esto es un maratón, para mí es una carrera de relevos: yo entro para salir”, afima Cabiedes.
Difícil pero muy rentable. «Tengo fama de ser un inversor difícil, pero de que se gana mucho dinero a mi lado” y prueba de ello es el listado de algunas de las empresas en las que ha participado o participa. Desde las más antiguas como Olé, My Alert o Acceso.com, hasta las más conocidas como Privalia, Trovit o BlablaCar, pasando por las más recientes como Habitissimo, Bankimia, Offerum, Tiendeo, Kantox, Derecho.com, Chicfy, SocialCar y así hasta un total de 40 participadas que actualmente tienen en cartera. Desde que empezó su carrera inversora en 1998, ha ido duplicando, año tras año, tanto el volumen como el valor de sus inversiones.