¿Se puede considerar este punto de inflexión que supuso la transformación del Grameen I en el Grameen II como el resultado de un fracaso?
No, no fue un fracaso. Fue más bien el resultado de una madurez. La primera versión, en la que había créditos con plazos fijos de un año y pago semanal, fue bien hasta la gran inundación. Y cuando ocurrió el desastre comprendimos que había que hacer cambios, nos dimos cuenta de que los prestatarios también habían madurado y era necesario ser más flexibles, adaptar la realidad del cambio a la nueva realidad. Se trataba de hacérselo fácil a la gente, porque ésa es la clave: buscar la manera de ponérselo fácil a la gente. Hicimos créditos más flexibles, ya no había duración fija, podía ser un préstamo a cinco meses, a un año, a un mes… Ahora se podían renegociar los plazos de devolución, flexibilizar las condiciones de pagos… Las circunstancias habían cambiado y era necesario cambiar para adaptarse a las nuevas circunstancias de los prestatarios. Y así nació el Grameen II que se ajusta mejor a los nuevos tiempos.
¿Y qué éxito le estimuló más?
Cuando introdujimos los fondos de pensiones pensamos que iba a ser una tarea difícil y sin embargo cuando vimos la acogida tan favorable que tuvo y cómo han funcionado en todo el país, nos ha animado muchísimo. Además aporta muchos recursos financieros al banco. Los seguros de vida para los prestatarios también han sido un éxito rotundo: es una pequeña cantidad que cubre todos los riesgos de fallecimiento, tanto si muere la prestataria como si muere el marido de la prestataria.
Flexibilidad, innovación, afán de experimentación, búsqueda constante de nuevas necesidades que satisfacer… parecen las claves del éxito de Grameen Bank, ¿me dejo alguna?
Añadiría el dejar claro a todo el equipo hacia donde vas, los objetivos de la empresa. No puedes ir moviéndote de un lado a otro. Debes focalizarte en algo. Que entiendan la organización, el compromiso, que la gente no pierda el enfoque y que entienda que existe ese enfoque.
Y sin embargo, lo que empezó siendo un banco ha ido diversificándose y hoy ya aglutina a 25 compañías de los sectores más diversos, telefonía móvil, empresa textil, piscifactoría, fondos de inversión, formación, Internet…
Siempre hay algo que podemos hacer por mejorar la vida de la gente. Nunca me propuse ser empresario pero a medida que vas trabajando con los pobres te vas dando cuenta de otras necesidades que cubrir y cuando surge la oportunidad te preguntas ¿por qué no? Hagámoslo. Siempre hay un trasfondo que nos impulsa a lanzarnos a un nuevo negocio. Grameen Mobile nació, por ejemplo, porque en ese momento el gobierno iba a otorgar las licencias y decidimos aprovechar para ofrecérselo a la gente pobre. En el caso de la financiación de vivienda fue una oportunidad similar, de repente el Banco Central exponía el nuevo sistema de acceso a las viviendas y decidimos aprovechar la oportunidad. O en el caso de la energía solar, porque comprendimos que era el momento, que era la energía del futuro… Es decir, siempre ha habido algo que nos estimula a lanzarnos. En el caso de la piscifactoría, las autoridades nos persuadieron para que entrásemos porque corría peligro que el proyecto se desintegrase por las corruptelas locales y por eso nos metimos. En el caso de Danone, por ejemplo, yo fui a la reunión sin tener ninguna idea de hacer un negocio con ellos, pero surgió la oportunidad y la aproveché.
Pero esta dispersión de objetivos ¿no entra en cierta contradicción con la focalización que propugna como clave del éxito de Grameen?
Cada empresa funciona de forma completamente independiente, tiene su enfoque propio y muy específico y un área de actuación muy restringida. No dependen las unas de las otras, no tienen ninguna relación entre ellas. Lo que sí tienen en común es su filosofía de ser una empresa social, de buscar la manera de satisfacer una necesidad social de la gente y el estar englobadas bajo el nombre común de Grameen.
Usted define la empresa social como aquella a la que no le mueve un beneficio económico sino solucionar un problema social y que, por tanto, nunca va a repartir dividendos. Si todo el entramado Grameen está formado por empresas sociales, Muhammad Yunus, que es el presidente de todas, no cobrará beneficios de ninguna de ellas… ¿tiene un salario?
Soy presidente honorífico de todas las compañías, pero soy presidente probonos, sin contraprestación económica. Sólo tengo un salario asignado que es el que procede de Grameen Bank.
¿Hasta qué punto las empresas utilizan la RSC como marketing puro y duro? Denos un consejo para los emprendedores.
Yo quisiera invitar a los emprendedores a que piensen un poco cuando están haciendo dinero para qué lo están haciendo, porque verán que es una experiencia mucho más interesante y más rica crear una empresa social. El doctor Yunus está siempre dispuesto a hablar con todo aquel que tenga en sus miras el crear una empresa que piense en el impacto social, en el impacto que tiene en las siguientes generaciones, que luchen por crear un cambio. Yo les diría a los emprendedores que olviden el camino de hacer dinero para conseguir más dinero, que se planten hacer dinero para hacer el bien a otras personas y de esta manera crearán futuro.
La subida del petróleo, la crisis financiera mundial, la subida de los tipos de interés… Pinta mal el panorama económico mundial ¿no?
Muchas crisis pequeñas han surgido a la vez con orígenes diferentes en los diferentes países, la crisis de las subprime, las subidas de los precios de los alimentos, la crisis de la construcción… pero todas se han sumado para hacer una crisis global que afecta a ricos y pobres, aunque siempre los problemas más graves son para los pobres. El mundo está ahora en una gran crisis, pero es cierto que las grandes decisiones surgen de las grandes crisis. Hay que pensar a lo grande y afrontar los problemas. Es el momento de cambiar el sistema conocido, de crear un nuevo sistema global y luchar por introducir grandes cambios. Estos tiempos demostrarán qué líderes son sólo locales y cuáles son capaces de ser visionarios globales, va a hacer surgir la creatividad en la búsqueda de las mejores soluciones. Es un gran momento para un gran cambio.
Fue capaz de luchar contra las instituciones financieras tradicionales y triunfar. Fue capaz de luchar contra el papel tradicional de la mujer en su país y triunfar. ¿Se puede conseguir todo lo que uno se propone?
Se ríe, abre los brazos de par en par y exclama: «¡No se pierde nada por intentarlo! ¿No?»