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“Para triunfar dentro y fuera de nuestras fronteras, lo primero es no autolimitarse”

Dos películas, dos exitazos. Juan Antonio Bayona se ha convertido en brevísimo espacio de tiempo en el rey Midas del cine español. Es el director que mejor sabe aprovechar un ...

30/11/2012  Redacción EmprendedoresCasos de éxito

Con su primer proyecto, El orfanato, multiplicó por ocho el presupuesto invertido. Una película modesta, de tres millones de euros, y dirigida por un director novel superó en la taquilla nacional a la mayor producción española de la historia del cine, Ágora, de Alejandro Amenábar, que costó 50 millones de euros y recaudó 12 en España. El orfanato la duplicó: 24 millones.

Si te contamos todo esto en una sección de liderazgo de una revista de empresa es porque Juan Antonio Bayona se ha convertido en el ejemplo perfecto de que en momentos de crisis sigue habiendo financiación para los buenos proyectos. Lo imposible ha sido posible porque su director logró obtener en el mercado 30 millones de euros, cuando la media en España está en los tres millones de su primer film.

También porque esta película se ha convertido en una empresa internacional capaz de competir sin rubor en la meca del cine, con un presupuesto tres veces inferior al que tendría un producto made in Hollywood de estas características.

EMPRENDEDORES: Lo primero, una pregunta que le interesa a cualquier emprendedor. ¿Cómo convenciste a Telecinco para que te financiase un proyecto tan ambicioso?

JUAN ANTONIO BAYONA: Bueno, ya habían trabajado conmigo en El orfanato y estaban muy satisfechos. Tienes que tener sentido común a la hora de plantear el objetivo según tus posibilidades. Yo no me podría haber planteado Lo imposible como primera película. Mi primer proyecto fue mucho más modesto, que es lo que podía conseguir. Hay que ser realistas en cuanto a metas, posibilidades y medios. También tener claro que el fin de cualquier película, aparte de que sea buena, es que te permita hacer la siguiente. Sin el éxito de El orfanato, no podríamos haber levantado una financiación tan ambiciosa para Lo imposible.

EMP. Aquí seguimos pensando que el cine español vive de la subvención y que los directores de cine no piensan más que en la parte artística.

J.A.B. Yo siempre pienso en el presupuesto. Tengo una responsabilidad sobre él y no me gusta decir a quienes me financian que estoy gastando el dinero en cosas que no lucen en la pantalla. Hay una parte importantísima, que es el diseño del proyecto, en donde estableces qué es lo que realmente necesita la película. En mi caso, con Lo imposible empezamos la casa por el tejado. Necesitábamos 38 millones de euros para hacerla y en España es casi imposible levantar más de 30 millones. Empezamos a trabajar en la película sin tener el presupuesto necesario.

EMP. ¿Y la falta de dinero ha afectado al resultado final de la película?

J.A.B. Bueno, realmente, con más presupuesto, habríamos hecho la misma película. De eso no tengo ninguna duda. Hemos hecho la que queríamos hacer. Pero nos habríamos ahorrado mucha tensión. Tuvimos que hacer un trabajo de reelaboración del presupuesto muy intenso.

EMP. Pues entonces va a ser verdad que la necesidad agudiza el ingenio…

J.A.B. Sí, es bueno tener limitaciones. Cuando vas a hacer una película, necesitas cubrirte y tener seguridad. Y, si te cubres, buscas la forma de que el resultado final esté a la altura de las expectativas del gasto. Si estás limitado, tienes que pensar lo que realmente necesita y no necesita la película. No creo que fuese mejor con más dinero, pero, insisto, nos habríamos ahorrado mucha tensión. Fueron muchos meses de rodaje y es un desgaste emocional muy fuerte.

EMP. ¿Y no es mucho más caro y complicado empeñarse en recrear un tsunami de forma natural en lugar de hacerlo con efectos especiales?

J.A.B. No, todo lo contrario. En esta decisión hubo un condicionante económico. El agua es lo más caro y complicado de hacer con efectos digitales. Es carísimo. La película habría costado cinco veces más con efectos especiales. Y a nivel de resultados, el agua digital por muy bien que estuviese hecha no daría el tono realista que buscábamos. Nos lanzamos un poco de cabeza a la piscina y decidimos hacerla con agua real, pero nos costó un año de investigación llegar a los resultados que deseábamos. Fue un trabajo más elaborado, más artesanal, pero con mucho mejor resultado y mucho más barato.

EMP. Terminar la película os ha costado cinco años de trabajo. ¿En algún momento se te ha pasado por la cabeza que no podrías sacar adelante el proyecto?

J.A.B. Nunca. De hecho, si quieres hacer cine, debes estar convencido. El director es el líder de todo el equipo y para liderar no puedes tener dudas. El primero que debe creer en tu idea eres tú. Nosotros queríamos recrear un tsunami y nunca se nos pasó por la cabeza que no pudiéramos hacerlo. Pero debes creer en él con sentido común. Si planteas una película donde hay que recrear un tsunami, sin duda necesitas un mínimo de financiación para llevar el proyecto a la práctica.

EMP. ¿El presupuesto de una película ya condiciona el mercado al que se va a dirigir?

J.A.B. Sí, claro, evidentemente. Es un condicionante a la hora de abordar el mercado. En general, una película en español va destinada a un circuito de versión original que es mucho más limitado a nivel comercial que el de grandes cines. Pero con una película de 30 millones de euros, como Lo imposible, el mercado se amplía y entra en el circuito de las principales salas.

EMP. ¿Y crees que podéis llegar a multiplicar por ocho el presupuesto, como hicisteis con El orfanato? Porque Belén Atienza, la productora de la película, dice que no…

J.A.B. Bueno, hay que esperar a los resultados finales. Lo imposible es una producción de carácter internacional, aspira a unos números que están fuera del estándar del cine independiente europeo en versión original y entra en un mercado comercial mucho más competitivo con el cine norteamericano. Cuando haces El orfanato, una película de tres millones que recauda 25 en España, realmente has conseguido una rentabilidad enorme, difícil de repetir. Pero si haces Lo imposible, una película de 30 millones, que hace treinta y tantos en España, necesita un mercado internacional para tener el nivel de rendimiento de la anterior. Hay que esperar.

EMP. Vamos que tú sí confías en llegar a multiplicar por ocho la inversión inicial.

J.A.B. No es que confíe, es que existe la posibilidad. Es muy difícil, pero también lo era hacer 25 millones de euros con una producción en español que costó tres millones. Se puede hacer.

Redacción Emprendedores