Si algo no te gusta, cámbialo. Algo así debieron pensar Nacho de Pinedo, Javier Rodríguez Zapatero y Víctor Molero cuando en 2008 decidieron crear el Instituto Superior para el Desarrollo de Internet (ISDI) porque tenían claro que había muchas carencias en formación digital. Hoy, 13 años después, las estadísticas confirman que no andaban desencaminados. Según el estudio publicado en 2017 por Dell Technologies La próxima era de las relaciones hombre-máquina junto al Institute for TheFuture, el 85% de las profesiones del año 2030 serán completamente desconocidas hoy en día. Y desde entonces todos los informes que tratan sobre lo cuestión redundan en la misma teoría. Así que ellos están ahí para cubrir precisamente ese gap.
El pasado mes de agosto Magnum Capital adquirió el 70% de ISDI por 35 millones de euros. ¿El objetivo? Crear Digital Talent Group con la nada desdeñable intención de convertirse en “el mayor grupo mundial de educación y transformación digital”. Ahí es nada: “Siempre hemos sido muy soñadores”, bromea Javier Rodríguez Zapatero, presidente de la compañía. “El matiz digital es importante porque hay otras escuelas que están enfocadas en crear grandes grupos educativos, pero nosotros somos los únicos que buscamos crear el mayor grupo educativo para el entorno digital. Todo lo que se incluya en este grupo estará alineado con ese objetivo. Además, queremos que sea un grupo desde España, pero para el mundo”, dice Nacho de Pinedo, CEO de la entidad.
EMPRENDEDORES. Y trasladado al mundo real, ¿en qué se traduce?
NACHO PINEDO. Estamos pasando de ser una escuela de negocios puntera en el mundo digital a un grupo educativo puntero en el mundo digital. A través de compras, adquisiciones y lanzamientos vamos a generar una serie de empresas debajo del holding. Algunas de estas empresas son escuelas maisntream y nosotros vamos a ser el catalizador que las va a convertir en digital. Otras adquisiciones son directamente escuelas punteras en sus respectivas áreas del entorno digital que nos complementan a la perfección, como la reciente compra de Skylab. Queremos tener una fuerte implantación en España, Latinoamérica, en el mercado hispano de EEUU, Italia, Francia y Portugal.
JAVIER RODRÍGUEZ ZAPATERO. La educación tiene un poder de cambio de la sociedad espectacular. No hay un arma más potente que la educación para que una sociedad sea más justa, creativa, productiva y, al final, crezca. Y el paradigma de educación que hemos tenido no funciona en el momento actual. La educación del siglo XX no sirve para el siglo XXI. Estamos en una era digital y eso significa que la tecnología ha cambiado la manera en que suceden las cosas y se comporta la sociedad, pero, sobre todo, ha cambiado la velocidad a la que se innova y a la que se generan nuevas oportunidades empresariales y la única manera de que la sociedad sea productiva es educarla para que se mueva en este entorno. De todas las dimensiones que analiza nuestra capacidad de digitalización como país (innovación, capacitación, conectividad) donde tenemos la asignatura pendiente es en la capacitación: no tenemos a nadie preparado, ni la clase política ni la clase empresarial ni los estudiantes. Nosotros tenemos un modelo que funciona que apuesta por la empleabilidad y emprendimiento y estamos viendo que hay demanda de empleo que no somos capaces de cubrir.
EMP. ¿Es fácil crear una multinacional en un sector como el de la formación?
J.R.Z. La clave es que nos movemos en un entorno digital que es el más global que conocemos. La digitalización rompe las barreras. Nuestros alumnos de Alemania, EE.UU. o Inglaterra tienen las mismas necesidades que los que están en Pakistán o en España: quieren saber cómo tener presencia, cómo vender o cómo relacionarse a través de internet y utilizan las mismas tecnologías. Ahora mismo estamos dando clases en español, inglés y francés en programas que impartimos en Harvard, en Silicon Valley o en París, con lo cual somos muy internacionales. Tenemos más de 700 profesores en el sistema y más de la mitad son no españoles. Y aquí en la casa tenemos más de 120 empleados con 16 nacionalidades distintas.
N.P. Con nuestros programas, además de salir formados en todo lo relacionado con el mundo digital, nuestros alumnos también obtienen certificaciones internacionales (de Google, de Facebook, de Salesforce, de Amazon Web Services…), que les sirven tanto aquí como en EEUU. Hasta ahora nos habíamos enfocado en postgrado y en B2B, pero entendimos que, si queríamos llegar de manera masiva al mercado teníamos que bajar a los grados o a la formación más técnica. Por eso, hace unos meses creamos un Grado en Digital Business a través de una universidad americana en EE.UU que tiene lugar en España, en París y EEUU.
EMP. ¿La excesiva regulación europea es un freno a la formación digital?
N.P. El modelo de acreditación en Europa está basado en los procesos, de manera que es absolutamente rígido. Todo esto que hacemos nosotros de actualizar continuamente el contenido, de tener a los mejores profesionales como profesores, está en contra del proceso español que es el proceso de Bolonia. Y si no estás en esos procesos no puedes acreditarte. En otras palabras, esos procesos están capando la excelencia y la innovación. En cambio, el modelo americano es finalista: lo que le interesa es el resultado final. Si tú prometes que tus alumnos van a emprender o encontrar trabajo con tu programa, hacen una auditoría post a los alumnos para ver si están obteniendo aquello por lo que pagaron. El modelo educativo en Europa es prisionero de sus propios procesos.
J.R.Z. El USA Forced Education tiene un cupo para acreditar instituciones no americanas que aporten algo al sistema educativo americano. Es un proceso arduo, de no menos de dos años. Hablando con el acreditador me decía: ‘este proyecto es muy diferente, es lo más único que hemos visto por metodología, lo disruptivos que sois, el que no estéis tan pautados, el profesorado profesional, cómo dinamizáis los contenidos, cómo los actualizáis de forma tan rápida…’
EMP. Pero siempre se ha dicho que EE.UU tenía la tecnología, China las fábricas y Europa el talento…
J.R.Z. El talento está en todo el mundo. Es cierto que Europa tiene muy buen talento digital, pero posiblemente haya más talento por metro cuadrado en Asia. La lástima es que el talento europeo tiene que acabar marchándose a EE.UU. En Europa no hay un Google, no hay un Amazon, no hay un Tesla con lo fuerte que es la industria de la automoción aquí… Hay que reflexionar mucho sobre lo que estamos haciendo mal.
Startups con talento
EMP. No parece fácil que se vaya a generar un Google en Barcelona o Madrid, pero cada vez hay más unicornios, tipo Glovo o Cabify.
J.R.Z. Sí, pero hay ciertas cosas que cambiar. Tenemos la ventaja de contar con un mercado europeo de 400 millones de consumidores digitales que son los mismos que en EE.UU, pero para acceder a ellos debes pasar por unas 170 piezas regulatorias distintas, mientras que en EE.UU hay apenas treinta y tantos. Igual que tenemos un mercado único bancario europeo que funciona bien, no hay un mercado digital europeo único. El regulador no es capaz de crear un entorno de digitalización para que estos unicornios puedan probar su valor en un mercado como el europeo y al final lo que ocurre es que lanzan en España y el siguiente mercado es en EE.UU, de manera que será un unicornio español, pero habrá hecho su prueba de valor en EE.UU. Eso hay que cambiarlo.
N.P. Además, las políticas en cada país son diferentes. Cuando se planteó el Brexit, Francia se propuso ser el próximo hub de emprendimiento en Europa y empezaron a montar Station F que ahora es el primer centro de startups de Europa. Pero también comenzaron a cambiar las políticas relacionadas con educación. Ahora, por ejemplo, Macron está subvencionando todas las políticas de formación relacionada con tecnología.
EMP. ¿Qué opinión os merece el Plan de Transformación, Recuperación y Resiliencia que está trazando el Gobierno?
N.P. La clave está en la ejecución. El concepto de que ese dinero se emplee con esos objetivos a mí me parece magnífico. El secreto radicará en cómo somos capaces de ejecutar eso para que no se quede en las castas no productivas.
R.Z. Yo te diría que me repitas esa pregunta dentro de unos meses y te diré si ha funcionado. El pronóstico es bueno y el hecho de que vayamos a invertir 140.000 millones en tareas de cambio productivo también es buena idea. Es la primera vez que veo esto, pero mi miedo es que el dinero vaya a los de siempre para hacer lo de siempre. Pero es pronto. Estamos todos aportando ideas, poniendo nuestras capacidades sobre la mesa. Si hablas con el sector privado y con las grandes consultoras todas te dicen que el plan tiene mucho sentido en su planteamiento, pero como dice Nacho el secreto está en la ejecución, en que seamos capaces de encontrar colaboración pública-privada que lleve esto de manera rápida.
EMP. ¿Estamos preparados en España para hacerlo?
J.R.Z. Sí. Yo creo que podemos trabajar con los sectores tractores de la economía y darles un cambio de giro para que la innovación vaya alimentando todo el desarrollo posterior de estos sectores muy amparados en la tecnología. La innovación va a venir de la mano de la tecnología y hay que plantearse qué vamos a hacer con el turismo, con la agricultura, con la automoción, el sector inmobiliario, el financiero, cómo imaginarlo en el futuro y ayudar a que esto se lleve a efecto.
N.P. Y todos estos sectores van a necesitar un socio disruptor en la parte de educación y aceleración digital y de transformación de empresa en el que somos especialistas. Si dentro de unos meses no estamos ahí es que el dinero se ha ido para los de siempre.
EMP. ¿Qué lagunas tienen los emprendedores españoles en formación digital?
N.P. Uno de los grandes problemas de la educación es que sigue siendo muy teórica. Tú estudias un master y te enseñan un método del caso teórico que ocurrió en Cincinatti hace 20 años y lo cuenta un profesor que nunca estuvo ahí. En nuestros masters las clases las dan profesionales digitales que explican cómo funciona la herramienta o la tecnología que están aplicando ellos todos los días. Nuestra versión del método del caso es lo que nosotros llamamos el proyecto troncal. Les ponemos en grupos y les damos empresas reales, normalmente pymes, para que las digitalicen y las hagan escalables a lo largo del programa y lo hacen aplicando las metodologías y conocimientos que damos. Y en paralelo les ponemos en otros grupos y les proponemos que lancen un ecommerce al mercado. Es lo que llamamos el challenge. Eligen su portfolio y el concepto empresarial, les metemos en una plataforma web, les abrimos una cuenta con un NIF y les damos una tarjeta de crédito de 1.000 euros para que empiecen a invertir en publicidad digital y arranquen con las ventas. Y al final del programa ellos deciden si cerramos la empresa y ceden los beneficios a una ONG o si hacemos un spin off y se la quedan ellos. Ahora mismo somos uno de los mayores creadores de ecommerces de este país. Hemos lanzado unos 50, unos 12 por edición. Esta metodología genera un toque de realidad. Es el learning by doing.
J.R.Z. El sistema educativo está roto de base. Para el 2030, se calcula que el 85% de los trabajos nuevos no existen actualmente, entonces ¿cómo preparamos a los chavales en unas competencias que van a ser nuevas? ¿Estamos preparados para hacer eso? No. La rigidez del proceso va en contra de un sistema educativo que fomente la creatividad, la flexibilidad, el trabajo en equipo y la colateralidad con las humanidades. Todo esto está viciado de partida.
EMP. ¿Qué profesiones y habilidades serán esas que todavía no existen?
J.R.Z. Sobre todo aquellas relacionadas con computación cuántica, con blockchain… Ahora mismo ya hay demandas de empleo que no se está cubriendo. Faltan programadores de todos los niveles, gente que trabaje en integración de nubes de CRM, gente relacionada con el ecosistema que se está creando ahora mismo en Google, en Amazon, en Salesforce o en Facebook, gente que domine el comercio electrónico… Y las habilidades que hay que desarrollar están muy ligadas a la manera de trabajar: flexibilidad, agilidad en la toma de decisiones, no solo de los profesionales sino de las propias empresas porque el consumidor está cada vez más cerca del mercado y las decisiones ya no las tiene que tomar sólo el jefe, sino cualquiera del equipo. Y agilidad en el aprendizaje: la tecnología está capacitando a los emprendedores para llegar más rápido y más eficientemente al mercado.
N.P. Es el concepto del longlife learning: dado que el mundo va a cambiar nos tenemos que adaptar y la manera de hacerlo es aprendiendo constantemente. Para mí una de las habilidades que más hay que desarrollar es la empatía: con sus clientes, con su mercado, con sus colaboradores, con sus partners…
EMP. Con el acelerón digital que ha traído el Covid, da la impresión de que quien no se digitalice está muerto…
N.P. Pero también era así antes. Posiblemente era una muerte más lenta, se estaban desangrando poco a poco y ahora directamente es como si les cortasen la yugular.
J.R.Z. Muchas empresas me dicen ‘estoy deseando que vuelva todo a ser como antes’ y yo siempre les digo ‘olvídate, porque no va a volver’. A partir de ahora, el modelo va a ser híbrido y, como no te pongas al día en materia de digitalización te vas a salir del mercado”.
Algunas cifras relevantes de ISDI
Facturación: 15 millones de euros
125 empleados
200 startups aceleradas en IMPACT E ISDI ACCELERATOR
650 profesores
20.000 alumnos
Acuerdos con Real Colegio Complutense en Harvard University (EEUU), Schiller University (EEUU, Francia y Alemania) y Tecnológico