Una investigación de la organización independiente ProPublica afirma que grandes multimillonarios del mundo de los negocios, como Elon Musk, Jeff Bezos o George Soros, no pagaron ni un dólar en concepto de IRPF durante los últimos 15 años. La noticia ha vuelto a poner sobre la mesa el debate sobre los impuestos de las grandes fortunas del mundo, así como la legislación que puede resultar de estas prácticas.
Por ejemplo, según el informe de ProPublica, el fundador y, hasta dentro de poco, CEO de Amazon, Jeff Bezos, no tributó nada en concepto de IRPF estatal entre 2007 y 2011. Por su parte, el fundador de Tesla, Elon Musk, el emprendedor de moda se “escaqueó” de su obligación tributaria en el año 2018. Además, los emprendedores Michael Bloomberg, George Soros o Carl Icahn también dejaron de pagar el IRPF correspondiente durante algún periodo de tiempo en los últimos 15 años.
Según la organización, los datos «dan por tierra con las bases del mito fiscal estadounidense: que todo el mundo pague su justa parte y que los más ricos paguen la mayor parte”. Además, el Senado de Estados Unidos también se ha pronunciado sobre el impago del IRPF por parte de las grandes fortunas, a través de el presidente de la Comisión de Finanzas, Ron Wyden. “Las personas más ricas del país, que obtuvieron enormes ganancias durante la pandemia, no pagaron su justa parte», afirma.
Además del informe, ProPublica ha desarrollado una fórmula que mide la verdadera relación de impuestos de los multimillonarios americanos, en comparación con el crecimiento de su riqueza. Según este método, uno de los grandes inversores de todos los tiempos, Warren Buffet, apenas pagó un 0,10% de IRPF entre 2014 y 2018.
Del IRPF al Impuesto de Sociedades
El impago del IRPF por parte de los grandes emprendedores ha reabierto el debate sobre la fiscalidad de los multimillonarios y las grandes empresas, un tema del que se ha hablado en numerosas ocasiones durante los últimos meses, sobre todo a cuenta de la deslocalización fiscal que las tecnológicas hacen en países como España.
En este sentido, las autoridades de varios países han puesto el foco en las prácticas monopolísticas de las grandes tecnológicas, y en la ingeniería fiscal que realizan para pagar menos impuestos. A pesar de sus grandes facturaciones y sus salarios de escándalo, Netflix o Facebook desvían gran parte de la facturación a países como Irlanda, Holanda o Luxemburgo, con unas tasas más reducidas que en la mayoría de países de la Unión Europea.
Todo ello, propicia que las grandes tecnológicas hagan perder un 13,7% del tipo impositivo a la UE, según los datos que maneja el Parlamento Europeo. Sin embargo, los países del G7 acaban de llegar a un acuerdo para armonizar los impuestos a estas compañías, situándolos en el 15% de su facturación.