A la hora de ver qué podíamos preguntar a Bernardo Hernández, Premio Emprendedores 2012 a la Trayectoria Profesional, nos dimos cuenta de que siempre se habla con él sobre innovación, sobre cómo es el proceso de innovación en la empresa para la que ahora trabaja –básicamente se deja a los ingenieros que jueguen y pruebe, y que una selección natural darwiniana haga el resto con los productos que tengan más aceptación por los usuarios–, pero pocas veces se habla sobre su visión de las estrategias de marketing, que es precisamente su negociado. Sobre todo, para productos tecnológicos. “Ahí la mejor inversión en marketing que puedes hacer es asegurarte de que tienes un buen producto y de que genera valor para el usuario. La construcción de marca se hace sola”, resume Hernández.
“En Tuenti lo he vivido de forma directa. En Idealista también. Y, sí, es verdad, luego se hace marketing. Pero es algo secundario que ayuda al producto cuando ya está creado y desarrollado. Que el producto preceda a la marca es algo único, diametralmente opuesto a lo que habíamos venido viviendo en las economías occidentales donde la marca ha precedido siempre al producto. Las estrategias de marketing son muy distintas”, argumenta este directivo de Google.
“Google, después de catorce años de historia todavía se para a reflexionar sobre cuáles son los valores de la empresa. Eso dice mucho de una marca. ¿Cómo se estructura una marca en Internet? A posteriori, nunca a priori. ¿Por qué? Porque las empresas innovadoras en Internet tienen algo único: el valor que son capaces de crear para los usuarios es tan grande que ese valor en sí mismo es su estrategia de marketing y de marca”, apunta.
“Ninguna de las grandes marcas de Internet ha conseguido llegar hasta donde están con estrategias de marketing. Es un marketing muy estratégico, pensado para ayudar al producto cuando lo necesita, no para posicionar el producto antes de que esté desarrollado. Tú lanzas un producto y hay sitios donde tiene fuerza y sitios donde no, y ahí ayudas con apoyo, aprendiendo de donde tiene éxito”, concluye.
Jobs tenía que haberse fijado más en este español, que, por cierto, no le guarda rencor. En el bolsillo de su chaqueta descansa un reluciente iPhone. Lo que no sabemos es si comparte espacio con un Nexus 4.
CLAVES DE ÉXITO
Empleado, emprendedor e inversor
“Cuando entré en Google, tenía intención de estar un par de años y al final llevo ya siete. Cuando, de repente, fui a California y vi que no era el único que tenía un pasado emprendedor y que, además, mantenía la inquietud emprendedora. Casi todos los ejecutivos del valle tienen inquietud emprendedora. A mí me complementa. Por ejemplo, ¿por qué invertí en Tuenti? Porque en 2005 entendí de alguna manera que las redes sociales iban a ser la columna vertebral de Internet. Google no estaba haciendo nada en ese tema y decidí invertir para no perdérmelo. Aunque con intención financiera, realmente era más para no perdérmelo. Veía que acaba de salir Facebook en Estados Unidos y no quería quedarme fuera de ese fenómeno. ¿Y qué mejor manera de aprender que vivirlo de primera mano?”.
¿Qué problema soluciona tu producto/servicio?
“Visto ahora con perspectiva, tenía sentido que hiciéramos Gmail, Android, Google Docs, que entráramos en el cloud computing, que lanzáramos Chrome… Al cabo de los años, cuando el polvo se sedimenta, se ve una línea que tiene sentido. Creo que es lo que está ocurriendo con los productos nuevos. La preocupación última de los fundadores de Google es resolver problemas con el uso de la mejor tecnología que se pueda construir. Primero con un buscador. Luego con el correo electrónico…”.