Antonio Espinosa de los Monteros irrumpió hace tres años con un modelo de empresa social que buscaba mejorar el mundo a través de un proyecto económico. Hace dos años recibió el Premio Emprendedores-Educo a la Pyme con Responsabilidad. Hoy Auara es una realidad y su fundador un referente de esta nueva forma de entender el mundo de los negocios: emprender con propósito.
En estos tiempos en los que a tanta gente se le llena la boca con huecas buenas palabras y mucha RSC de fachada, hemos visto nacer y crecer proyectos sólidos y coherentes que realmente buscan cambiar la realidad económica de forma activa. Uno de los que más nos ha llamado la atención es el de Auara. Esta empresa social creada en septiembre de 2016 con el objetivo de llevar agua potable a los países en vías de desarrollo ha sabido pasar de la teoría a la práctica sin moverse un ápice de su compromiso. Tres años después, han aportado más de 21 millones de litros de agua potable en 50 proyectos de 15 países, abasteciendo a más de 28.000 personas. Y el objetivo, acabar 2019 alcanzando las 40.000 personas y el 2023, con 200.000. “Primero fue el propósito y después el modelo de negocio. La premisa era tener impacto social a través del acceso al agua potable. Y luego ya lo aterrizamos en una empresa social y en una marca de agua, que ahora también es una marca de refrescos, bajo la denominación de Planet Drinks”. Antonio Espinosa de los Monteros es el fundador, junto a Pablo Urbano y Luis de Sande, y el CEO de este proyecto y uno de los grandes adalides de este nuevo concepto que cada vez cala más hondo entre los emprendedores de nuevo cuño: el emprendimiento con propósito. Así que hemos querido que nos explique qué es y qué no es esta nueva forma de entender la empresa
EMPRENDEDORES. Primera pregunta obligada: ¿Qué es emprender con propósito?
ANTONIO ESPINOSA DE LOS MONTEROS. Para mí es lanzarte a desarrollar un proyecto porque tienes la convicción de que quieres que algo esté mejor. Lo fundamental es definir un propósito como algo positivo y constructivo y entender lo que significa y las consecuencias que tiene en el día a día y en las decisiones estratégicas de la empresa. La elección del modelo de negocio viene después. Diferenciaría entre los proyectos que surgen por solucionar una necesidad, mejorar una problemática o dar una alternativa mejor a lo que hay, de los proyectos que surgen para aprovechar un nicho de mercado para facturar y hacer dinero. Eso no quiere decir que tú no puedas emprender con propósito y ganar mucho dinero. Eso ni es malo ni es ilícito ni nada parecido. Hay ejemplos muy admirables de empresas que surgen y mantienen un propósito y que, precisamente porque aportan mucho valor a la sociedad, son capaces de generar mucho valor económico a toda su cadena de valor. Un ejemplo paradigmático de esto es Patagonia. Una empresa que factura miles de millones, cuyo fundador es uno de los hombres más ricos del mundo, pero que su propósito desde el primer día ha sido hacer más sostenible el sector textil y no se ha movido de ahí.
EMP. ¿Cómo hacer rentable una empresa de este tipo?
A.E. En realidad, es el mismo reto que para una empresa estándar. Es decir, debes llevar al mercado un producto que el cliente quiera comprar y esté dispuesto a pagar y, además, venderlo bien. Aunque tengas detrás un proyecto para mejorar el mundo, si no ofreces un producto competitivo, de calidad, bueno y diferencial, esto no es sostenible.
EMP-¿Qué ventajas tiene para un emprendedor emprender con propósito?
A.E. La ventaja es clarísima desde el punto de vista emocional. Pasamos una media de 8 horas al día trabajando, que en el caso del emprendedor sube a 10 o 12 horas. Eso son unas 75.000 horas en tu vida. Con lo cual la mayor parte de tu vida consciente, de tu tiempo de calidad, de tus ideas, de lo mejor que tienes se lo estás dando al trabajo. Y si todo ese tiempo se lo dedicas a algo en lo que no crees, que no cumple tu aspiración personal, si no consigues alinear mínimamente tu propósito personal con aquello a lo que estás dedicando tanto tiempo, estás muy cojo. He visto gente muy exitosa, altos directivos aparentemente triunfadores que se sienten muy infelices porque invierten gran parte de su vida en algo que no les gusta.
EMP. Y ¿para la sociedad? ¿No es suficiente con la labor de ONGs o fundaciones?
A.E. No, porque el mundo tiene muchos problemas y las empresas son las que mueven al mundo, más que los países y los políticos, porque son ellas las que mueven los flujos de personas y de materias primas. De manera que si queremos mejorar el mundo tenemos que mejorar las empresas y si queremos mejorar las empresas necesitamos que tengan un propósito claro, bueno, positivo y constructivo. Está muy bien que haya personas a través de ONGs y fundaciones que hacen cosas buenas, pero es mejor que esto sea cosa de una mayoría que de una minoría. En la medida en que podamos encontrar propósito y meterlo en el mayor número de empresas, carreras y personas posibles, el mundo irá mejor.
EMP. ¿Qué diferencia hay entre una empresa social y una empresa responsable?
A.E. Entre el for-profit puro y el non-profit puro, que serían las ONG o las fundaciones puras, hay muchos grises, aunque podríamos diferenciar dos tipos fundamentales: las empresas responsables y las empresas sociales. Técnicamente, si nos atenemos a las formulaciones hasta el momento aceptadas como la de Yunnus o la de Social Enterprise UK (a falta de una definición oficial en España), una empresa social es aquella que debe invertir más del 50% del dividendo o del beneficio (en definición de SEUK) o el 100% (en definición de Yunnus) en el fin social. Esto no quita que una empresa social sea además responsable dentro de su cadena de valor. En nuestro caso, que dedicamos el 100% al fin social, ¿qué sentido tendría invertir nuestros beneficios en proyectos de acceso al agua potable si la gente que trabaja aquí no es feliz, si no utilizamos materiales sostenibles o si no buscamos proveedores alineados con nuestros valores? Es decir, la empresa social además de social debe ser responsable con su cadena de valor. Pero, sí puede haber empresas que sean responsables y que no sean sociales. Ahí entra, por ejemplo, el concepto de BCorp: no certifica que tú eres una empresa social sino una empresa responsable, es decir analiza, audita y certifica tus prácticas en tu cadena de valor.
EMP. :Con tanta polémica laboral y legal en torno a los nuevos modelos de negocio tecnológicos, cabe preguntarse: ¿es imposible crear gigantes tecnológicos que se ajusten a este concepto de empresas responsables, con propósito, con compromiso?
A.E. Es una muy buena pregunta y no tengo claro si sé responderla. Me gustaría pensar que sí se puede. No hay ninguna limitación a priori para ello. Pero entiendo que hay dificultad porque pasas de competir a nivel local, regional o nacional, a un nivel internacional donde la tensión de la competitividad es todavía mayor y donde, además, gran parte de tus rivales no tienen estos propósitos. Yo lo veo en nuestro caso. Nosotros no podemos competir en precio con las grandes marcas por un lado por una cuestión de escala, algo que espero que sea temporal, pero también porque nosotros fabricamos botellas con plástico reciclado y eso tiene un sobrecoste; porque intentamos que en nuestra cadena de valor todo el mundo gane un precio razonable y eso también tiene un sobrecoste… Es decir, hacemos cosas que explican que nuestro precio sea más alto. Y esa es una realidad que extrapolada al sector tecnológico te limita porque compites por precio. El mensaje a transmitir a los responsables de estas compañías es que la responsabilidad es suya. En las empresas grandes, pequeños cambios tienen grandísimos impactos. Mientras la RSC de una empresa consista en un departamento, tenemos un problema. Es como si en tu vida real dedicas una hora a hacer las cosas bien, pero el resto del tiempo te da igual ser o no una buena persona. Es una cuestión de coherencia.
EMP. ¿El consumidor está sensibilizado para apoyar a las empresas con propósito?
A.E. Ése es un poco el punto. Al consumidor no le vas a vender un producto peor, más caro, sólo porque detrás haya un proyecto social. Es muy difícil hacer una empresa rentable y escalable sin un producto que el consumidor quiera comprar. Pero sí es verdad que, a igualdad de condiciones, cada vez más consumidores están buscando elegir opciones que les encajen dentro de su forma de ver el mundo y de sus valores.
EMP. ¿Y en el caso del inversor?
A.E. Cada vez hay más dinero y más fondos buscando invertir en empresas socialmente responsables y en empresas con propósito. Es cierto que es más difícil encontrar inversores para empresas sociales, básicamente porque no hay reparto de dividendos. Pero hay otras alternativas que te ayudan a crecer, como deuda, préstamos participativos…
EMP. En esto de emprender con propósito, ¿es oro todo lo que reluce?
A.E. Es cierto que hay cierta moda. Eso no es negativo por sí mismo. En la medida en que hacer las cosas bien se ponga de moda, es positivo. El problema es que ponerse de moda signifique frivolizar y hacer cosas de fachada. Veo una amenaza en disfrazar empresas sin propósito detrás de un propósito. Eso lo que genera es desconfianza en el consumidor. Al final, si hay muchas empresas que lanzan acciones sin creérselas mucho con el único fin de hacer ruido y tener buena imagen, el consumidor acabará pensando que el impacto social es un camelo. Y eso puede desembocar en que acabe aplicándolo a todo tipo de empresas lo hagan bien o lo hagan mal.
EMP. ¿Cómo filtrar quién lo hace bien y quién no?
A.E. Debes informarte sobre el propósito de la empresa. Y aquí la clave es la transparencia. Cuando en la web expones las caras de los responsables sin temor a que si hay algún problema les pueda salpicar a ellos, cuando hay un organigrama colgado, unos estatus, o, como en nuestro caso, una auditoría anual publicada… Cuando hay transparencia, se genera confianza.
EMP-Qué hace falta para que haya más emprendimiento con propósito? ¿Más apoyo fiscal, más apoyo de las instituciones, creérselo más…?
A.E. Hace falta regulación: que tengamos una figura jurídica que defina y pueda diferenciar lo que es una empresa social. Y también un poco más de control de las prácticas de competencia. Yo me he encontrado un mercado muy agresivo, incluso desde la pyme y de la startup. Y ahí lo dejo.
EMP-¿Qué tiene que hacer un emprendedor para emprender con propósito?
A.E. Primero encontrar un motivo, algo que le toque de verdad y que le apasione, porque el mundo de la empresa y del emprendedor es muy duro y si no tienes un propósito en el que realmente creas y por el que realmente merezca la pena dedicar mucho tiempo, tener mucho estrés y comprometer tu seguridad económica es más fácil perder el foco. Y, una vez que lo tienes definido, el siguiente requisito importante es no olvidar ese propósito a medida que vas creciendo. Es decir, el propósito no puede ser la llama inicial y ya está, sino que debe alimentar y estar presente en el día a día como prioridad estratégica de la empresa.