La Maleta Roja cuenta con una tienda en Palma de Mallorca o, tal y como la define Hoernecke, una boutique. “Un establecimiento a pie de calle refleja la filosofía de un negocio, por eso cuidamos al detalle nuestra expansión. Este negocio requiere una sensibilidad y un tacto especial para cuajar en una sociedad que aún tiene patrones de consumo arcaicos y le falta cultura y educación sexual”.
La idea es un crecimiento muy estudiado y sopesado, que requiere de un acompañamiento muy intensivo, preciso y dedicado de cada local para que acabe andando solo. “Muchas franquicias abren y en menos de dos años cierran. No nos interesa una expansión así. Podríamos ofrecer enseñas por 30.000, pero prefiero cuestionar quién lo lleva para que el proyecto sea de futuro”. Por eso, las primeras ofertas de apertura irán al propio equipo de ventas, “que conoce la filosofía. Aunque no estamos cerrados a inversores externos”. El objetivo es cubrir España con boutiques de 80-100 m2 y una inversión de 40.000-60.000 euros.