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Así es el representante de España en la Copa Mundial de Emprendimiento

Se llama Alejandro Ruiz, es marbellí, tiene 26 años y es el CEO y fundador de Checktobuild, la startup seleccionada entre más de 500 nacionales para representar a España en ...

26/09/2021  Ana DelgadoCasos de éxito

En total fueron más de 550 proyectos españoles los que aplicaron para participar en la Copa Mundial de Emprendimiento y solo uno fue elegido, la startup Checktobuild, una tecnológica que ofrece un servicio autónomo de control e inspección de proyectos de construcción e industria. La idea competirá en la Copa Mundial de Emprendimiento que se celebrará el 16 de noviembre en Riad (Arabia Saudí) con la participación de  200.000 emprendedores de 200 países.

Como del proyecto de Checktobuild ya se ha hablado en reiteradas ocasiones en la web Emprendedores, toca ahora hablar del impulsor de la idea, Alejandro Ruiz Lara.

Cuenta que estudió Ingeniería de Software en la Universidad de Málaga porque no le quedaba otra escapatoria para ver cumplido su sueño: montar una tecnológica como había hecho su icono de la infancia, Bill Gates (Microsoft). También su padre tenía un hueco en la ‘cartelera’ de sus ídolos, como un hombre hecho a sí mismo que, sin apenas recursos ni formación, logró montar su propia empresa de construcción, hoy gestionada uno de los hermanos de Alejandro.

Pero lo cierto es que él, en la carrera, se aburría soberanamente, tanto que le sobraba tiempo para escribir novelas de ficción. Tres de ellas fueron publicadas como una trilogía por Ediciones Atlantis y le queda por publicar otra cuarta, esta una novela negra.

Antes de la ingeniería, trasladó su residencia a Madrid para estudiar aeronáutica. Una excusa para salir de casa “porque la verdad es que los aviones no me gustaban nada”. Así que, al año, reculo y regresó a Marbella.

No logró canalizar su energía hasta no ver la puerta de entrada al mundo de los negocios. Hizo el Master Internacional en Project Managemen en la EAE Business School y luego se fue a Silicon Valley. Fueron sólo 20 días, pero a él le cundieron como si hubieran sido dos años. Se pateó todos los foros de emprendimiento que pudo y se dedicó a ‘pitchear’ un proyecto de drones que en ese momento ocupaba su cabeza. En cada una de sus intervenciones terminaba con sudores fríos sabedor de que su inglés dejaba todavía mucho que desear. Estando allí es donde descubrió la tecnología BIM y se le ocurrió que podría ser una buena idea integrarla con inteligencia de drones.

Con esta segunda se volvió a España contando a todos que tenía una startup cuando ni siquiera tenía el power point. “A veces me llamaban ingenieros de construcción y otros expertos para consultarme la idea y yo me quedaba con la boca abierta porque no entendía el vocabulario que utilizaban. Mi relación con el mundo de la construcción se limitaba al oficio y la empresa de mi padre».

El tesón y el apasionamiento que forman parte de su carácter le ayudaron a ponerse pronto al día y adquirir los conocimientos precisos. Bueno, eso y saber escuchar “que también así se aprende mucho”. Gracias a ello conoció la tecnología BIM de boca de un ingeniero brasileño al que conoció en Estados Unidos. Se reconoce, además, muy organizado en la vida profesional, que no en la personal. 

Una vez armada la idea de negocio, Alejandro Ruiz retomó la costumbre de ir a ‘pitchearla’ allá donde quisieran oírle. En uno de esos eventos, Rebuild, conoció al que sería su primer socio, Wilde Ruiz, actualmente CMO de la compañía que cuenta ya con un equipo de 8 personas. La primera ronda de inversión la consiguieron levantar en marzo de 2020, en pleno confinamiento, y a los pocos meses de fundar la empresa cuyo éxito ha sido fulgurante.

El gran ‘pitch’ para el emprendimiento de Checktobuild

Dice Ruiz que él nunca dudó de que quedarían en el top10 de las startups seleccionadas para representar a España en la Copa Mundial de Emprendimiento y no se equivocó. A preparar el pitch llevaba unos días dedicándose cuando le sobrevino el Covid. Así que, al final fue su compañera Manuela quien defendió el proyecto “maravillosamente”.

El de Arabia Saudí sí que le gustaría pronunciarlo él y para ello se está entrenando. El texto, más o menos, lo tienen ya articulado para una duración de entre 3 y 5 minutos -aún no les han dicho el tiempo- y cuenta con el apoyo de un mentor y otros asesores para dar con el tono del discurso, amortizar los silencios y a moverse en el escenario. La vestimenta tampoco la tiene muy clara, pero sí que quiera algo informal pero elegante. “Date cuenta de que para nosotros es un día muy importante. Igual no ganamos, pero quién sabe si se deja caer por allí un jeque con negocios de construcción”, concluye.