Pueblo Inglés, que comenzó a dar sus primeros pasos en julio de 2001, se ha hecho mayor. “Nuestro lema es Diverbo more than Pueblo Inglés, es decir, ya no somos sólo Pueblo Inglés, sino que llegamos a más idiomas, a más países, somos una comunidad”, explica Sonia Palacios, socia fundadora de esta compañía, que abrió su primer ‘pueblo’ para aprender este idioma en Valdelavilla (Soria).
Doce años después, con más de 700 programas y más de 30.000 alumnos de todas las edades y profesiones, Pueblo Inglés, ahora Diverbo, ha decidido apostar por ofrecer más idiomas, “que son los más demandados por la sociedad, como el español para extranjeros, el alemán, el francés y el chino”.
Los nuevos pueblos de Diverbo
El cambio responde a la evolución lógica de una compañía que ya cuenta con 10 enclaves estratégicos en España, además de una sede en Alemania y otra en Italia.
“A la apertura de Sevilla, el pasado mes de septiembre, con el objetivo de centralizar los centros que tenemos en Andalucía (Granada y Málaga), estamos cerrando un acuerdo para abrir en Colombia, como puerta de entrada al mercado latinoamericano”, apunta Palacios, que también señala otros países del continente europeo para crear nuevos pueblos de Diverbo.
“Pretendemos trasladar toda nuestra experiencia y bagaje de Pueblo Inglés al resto de los pueblos, que serán: Pueblo Español, Pueblo Alemán, Pueblo Chino y Pueblo Francés. Con la marca Diverbo lo queremos que, por ejemplo, un alemán que desee aprender inglés pueda hacerlo y para eso tenemos un enclave en Alemania, y si además quiere aprender español, también pueda conseguirlo. Lo que pretendemos es que nuestros clientes puedan aprender cualquiera de los cinco idiomas que ofrecemos en los enclaves que tenemos en España, Alemania, Italia y, próximamente, Colombia, y seguir creciendo en otros países de Europa y Latinoamérica”, añade.
Y todo eso sin perder la filosofía de su método de enseñanza: “Diverbo proviene de diverbium (conversación o diálogo entre varios), es decir, lo importante es la palabra, el verbo, la cercanía…, y de ahí la cercanía de la palabra, el querer estar cerca de la gente, la amistad, el juego, en definitiva, de comunidad. Y eso es lo que realmente queremos tener, una comunidad de idiomas”, sostiene.
Para Palacios, una de las claves del éxito de la compañía está en el sistema de enseñanza, “que es único y novedoso. Nuestra filosofía se asienta en la bondad de los profesores que acompañan a nuestros alumnos. Son voluntarios que vienen a los pueblos de manera altruista, que no conocen nuestra lengua, y que vienen para ayudar a los alumnos a sacar todo el idioma que llevan dentro a cambio sólo de una amistad. Y con la marca Diverbo pretendemos transmitir esa voluntad, de que somos una comunidad de idiomas, una familia. Porque no es lo mismo aprender un idioma con clases tradicionales en un aula que con nuestro sistema, donde se convive con otras personas y se aprende un idioma desde una comunicación real con personas de diferentes países, lo que ayuda a soltarte a hablar, a quitarte el miedo escénico, a vencer el sentido del ridículo”, explica.
Pensar en el idioma
Palacios piensa que ya no hace falta salir al extranjero para aprender un idioma, “porque en Pueblo Inglés se vive esa experiencia, ya que desde que llega el alumno hasta que se va está hablando constantemente en inglés, o en alemán, si es Pueblo Alemán, etc. Cada alumno tiene asignado un compañero-profesor y sólo se comunican en el idioma que se estudia. Concentramos 100 horas de ese idioma durante ocho días de manera constante. Lo que consiguen nuestros alumnos con este sistema es dar un salto cuantitativo en el idioma, donde aprenden a comunicarse en ese idioma, a entender y a que les entiendan, aprenden a pensar en ese idioma sin tener que hacer la traducción literal, además de coger confianza y seguridad en ese idioma. Y la única forma que existe para pensar en ese idioma es la inmersión total con personas de habla nativa”, completa.