En la sociedad de la información, es difícil encontrar emprendedores tan anónimos como Brian Armstrong, fundador de Coinbase. Estamos acostumbrados a conocer casi todo sobre la vida de los grandes emprendedores. Muchos de ellos, como Amancio Ortega o Elon Musk, incluso estrenarán en los próximos meses series de ficción sobre sus vidas.
Este emprendedor de 38 años es el cofundador de Coinbase, uno de los principales exchanges de criptomonedas del mundo. Su empresa basa su modelo de negocio en una plataforma virtual en la que los miles de inversores en bitcoin y otras criptodivisas pueden realizar sus transacciones y mantener sus activos en una billetera virtual.
Tras nueve años de actividad -se fundó en junio de 2012-, Coinbase opera en más de una treintena de países, donde cuenta con 43 millones de usuarios registrados, los cuales manejan unos activos en criptomonedas de más de 90.000 millones de dólares. Estos grandes datos son la principal causa de que la compañía cuente con una valoración de mercado de unos 100.000 millones.
En el caso de Brian Armstrong, el emprendedor también es el CEO de Coinbase. La salida a Bolsa de la compañía podría reportarle, según las estimaciones, alrededor de 15.000 millones de dólares, lo que le convertiría en uno de los grandes emprendedores del momento.
El misterioso cofundador de Coinbase
A pesar de ser el CEO de la principal empresa de compra-venta de bitcoin y otras criptomonedas en todo el mundo, la página de Wikipedia del cofundador de Coinbase está vacía. No hay muchos datos sobre Brian Armstrong, más allá de que tiene 38 años, se formó en la Universidad de Rice y comenzó su carrera trabajando para Aribnb. Ni siquiera su lugar de nacimiento es público.
Fuera de Coinbase y el mercado de las criptomonedas, nada parece importar a este emprendedor, que gestiona su compañía con mano de hierro. El pasado mes de septiembre, cuando el conflicto racial en Estados Unidos se encontraba en su máximo apogeo, Armstrong se dirigió a sus empleados para avisarles: nada de reivindicaciones políticas en el seno de la compañía.
Tras la advertencia, unos 60 trabajadores decidieron abandonar Coinbase con un provechoso acuerdo económico, de entre cuatro y seis meses de sueldo (en Estados Unidos el mínimo es mucho menor). En el mensaje de Armstrong para sus trabajadores, el emprendedor argumentaba que “la vida es demasiado corta para trabajar en una empresa en la que no te sientes a gusto”.
Estas actitudes -Armstrong también se ha mostrado en contra de la aparición de sindicatos en Silicon Valley– han motivado a una de las grandes inversoras de Coinbase, Serena Williams, a borrar toda la información sobre la compañía en la página web de su sociedad de inversión, Serena Ventures.
A pesar de todo ello, Armstrong sigue llamando la atención de los inversores por su capacidad de gestión. Los buenos resultados de Coinbase, sumados al creciente interés por las criptomonedas de otros grandes emprendedores como Elon Musk, han puesto a su misterioso cofundador en el centro de la información, y puede que le conviertan en la próxima estrella del ecosistema emprendedor mundial.