El joven mexicano Francisco Orihuela saltó a la fama con tan solo 15 años por la original forma de vender sus empanadas
“Imagínese usted, si yo no le vendiera mis empanadas, se quedaría esperando 86.400 segundos, que son los que conforman 24 horas de hoy a mañana, pensando en por qué no consumieron una empanada cuando ahora mismo tienen disponible las últimas 23 empanadas”, explica a sus clientes Francisco Orihuela, más conocido como Paco, un simpático y joven comerciante de empanadas de Acapulco, cuya forma de vender ha dado la vuelta al mundo.
Paco saltó a la fama en Internet con tan solo 15 años por su habilidad de expresarse para vender empanadas y sus conocimientos por el mundo empresarial. No hace falta estudiar en las universidades más prestigiosas para ser una persona talentosa, Paco, desde Acapulco, lo ha demostrado. Alcanzó tal notoriedad que Elías Ayub, el hombre de mayor confianza del multimillonario Carlos Slim, le ofreció una beca para que terminara sus estudios y empezara a convertirse en alguien importante, pero él la rechazó.
¿La rechazó? ¿Por qué? Tuvo la oportunidad de subir un nivel más en su carrera profesional, pero aun así dejó pasar el tren. Tanto él como su familia decidieron prescindir de la ayuda del millonario y buscarse la vida por su cuenta. Un acto de valentía y personalidad. Aunque su video se haya hecho viral, Paco sigue con los pies en la tierra.
Recientemente ha levantado su propio puesto de empanadas en la playa. Su historia sirve de inspiración para cualquier emprendedor que nace en lugares humildes y sin recursos. Paco es una persona humilde que, tras alcanzar la fama, continúa trabajando en el mismo lugar. “Como decía Martin Luther King: para subir una escalera hay que ir peldaño por peldaño”, dice el joven vendedor.
Comenzó recorriéndose la playa en busca de turistas a los que vender sus empanadas, producto que, por cierto, él mismo cocina. En el menú hay dos tipos de empanadas a degustar: de salchicha con queso y tiburón dietético, la especialidad.
La actitud: seña de identidad
¿Cuántas veces hemos ido a una tienda y el servicio no ha sido todo lo cordial que esperábamos? La actitud puede marcar la venta del producto y de esto Paco entiende bastante. “Si me compra una empanada apoyaría a la economía de un empanadero simpático de Acapulco que tiene el disfrute de finalizar la jornada a tempranas horas del día”, comenta a un cliente.
Orihuela encuentra la forma de empatizar con el cliente para conseguir su objetivo: la venta de las empanadas. Sus artimañas van desde juegos de palabras, chistes, empatía pura y dura, hasta verdaderos cálculos matemáticos. Eso sí, sus estrategias no son siempre las mismas, se adaptan en función del cliente. “Los analfabetos del siglo XXI serán aquellos que no tengan la capacidad de aprender, desaprender y reaprender. Lo único constante es el cambio”, dice. En paralelo, el acapulqueño no entiende de idiomas, es capaz de venderte la empanada en inglés, francés o alemán. Un chico con unos recursos ilimitados.
Pero, ¿dónde ha aprendido Paco estás nociones de comunicación y venta? Igual que Messi nació para jugar al fútbol, este chico puede que haya nacido para la venta. Cualidades innatas. Pero el joven cree que se trata de otra cosa: “Los libros pueden enseñarte muchas cosas, pero donde de verdad se aprende es cuando agarras tu producto y sales a venderlo”, explica en un videoblog que ha publicado recientemente en Youtube. La práctica hace al maestro.
El mexicano recurre a la estrategia de garantía previa de la venta. En otras palabras, si no te gusta el producto, no lo compras. Pero, finalmente todo el mundo acaba pagando. Pero Paco no vende sólo una empanada a los clientes, sino que intenta vender más de una, porque “matemáticamente no nos convendría, sé que usted tiene tan buen corazón que no va a permitir que el caballero se quede viendo como come usted una empanada y a mi se me separarían mis órdenes, la cuenta no saldría bien al final del día”, explica a sus clientes.
Él se define como «El Mercadólogo del Futuro», un futuro que de momento está fraguándose en las paradisíacas playas de Acapulco. Rechazó a Carlos Slim con el único objetivo de montar su propio imperio. Ganas y talento no le faltarán para conseguirlo.