Puede que el regreso de Bultaco –apostando por los motores eléctricos, e incluso atreviéndose a inventar un nuevo nicho de mercado– haya decepcionado a algunos de sus seguidores más fieles, fans incondicionales de motos míticas como la Metralla o la Sherpa. Aunque pueda parecer que esta revolución es una traición al espíritu de la marca, en realidad es muy coherente con su carácter original. Bultaco siempre fue una casa rompedora, que se caracterizó por innovar. Y hoy la innovación está en los motores eléctricos, llamados a revolucionar el mercado a medio plazo.
“Hemos hecho exactamente lo mismo que hubiera hecho Bultaco si hubiese seguido fabricando motos”, explica Juan Manuel Vinós, consejero delegado de Bultaco Motors. “No tenemos problema en hacer ingeniería inversa y sacar una motocicleta retro, pero eso aporta poco. La competencia está en una tecnología propia y avanzada. Y ahí Bultaco representa lo mismo que en su momento. Por ejemplo, Bultaco hizo que las competiciones de motocicletas fueran con motores de dos tiempos, cuando todas eran de cuatro. Antes, el motor de dos tiempos se usaba casi exclusivamente para sacar agua del pozo”, especifica. La firma también fue pionera en la utilización del freno de disco, frente al freno de tambor que se usaba tradicionalmente.
De la universidad a la carretera
Este carácter innovador es el hilo que une a la vieja y la nueva Bultaco, puesto que en realidad no tienen nada que ver desde el punto de vista empresarial. La antigua Cemoto, compañía creada por Francisco Javier Bultó, dejó de fabricar en 1983. La licencia de fabricación de la marca acabó en manos de Derbi, que a su vez pasó a pertenecer a Piaggio. El retorno de la firma corre a cargo de una Bultaco Motors, nacida en el seno de la Universidad Carlos III de Madrid.
“Esta empresa surgió de una spinoff, sin nada, y en plena crisis. Hemos sido capaces de atraer talento de fuera, pues la mitad del equipo de nuestra fábrica es extranjero”, puntualiza Vinós. Por este motivo, la vuelta de Bultaco no es un mero relanzamiento comercial, sino que el impulso proviene desde la ingeniería. “Nacimos como una compañía de ingeniería. Pensamos hacer soluciones para motocicletas de altas prestaciones pero con tracción 100% eléctrica”, señala el consejero delegado. Las primeras soluciones se empezaron a probar en competición y, cuando se vio que funcionaban, la compañía comenzó a desarrollar motores y una tecnología propia.
“Para que funcionase, las soluciones de ingeniería tenían que crecer al mismo tiempo que la compañía”, explica. Ya desde sus comienzos, la compañía contó con un importante respaldo. Junto al propio Vinós, los impulsores del proyecto fueron Jorge Bonilla e Indalecio Gil, procedentes del sector financiero; y los ingenieros José Gerán y Raúl Pérez. Además, pronto se sumaron Gerald Poellmann, que en aquel momento era director general del fabricante de coches Magna Steyr, o el fallecido Karl Heinz Kallfer, quien fuera vicepresidente de BMW y consejero de Rolls Royce, Alfa Romeo y Masseratti. Y en 2014 se incorporó el fondo de inversión español Attitude.
El valor de una marca
La empresa ya contaba con la tecnología y la estructura empresarial, pero faltaba una marca comercial con fuerza. “Con la marcha de Piaggio de España, tuvimos la posibilidad de recuperar una marca como Bultaco, que era el tercer pie de negocio que nos faltaba. Un pilar básico era la tecnología propia; otro, una estructura corporativa capaz de dar soporte financiero al desarrollo del proyecto; y la tercera pata, tener una marca potente”, comenta el consejero delegado.
En 2012 se llegó a un acuerdo para la adquisición de la licencia de fabricación de Bultaco, pero la empresa continuó trabajando sin dar publicidad al trato. En este proceso también fue importante la buena relación e implicación de la familia Bultó, que ha apoyado el proyecto en todo momento.
La nueva Bultaco Motors se puso a trabajar en sus prototipos y el 17 de mayo de 2014 presentó en Londres los prototipos de sus primeros modelos. Ni el lugar de la presentación ni la fecha se eligieron al azar. Se escogió la capital británica porque la compañía tiene vocación internacional. En cuanto al día escogido, es un homenaje a la antigua Cemoto, fundada el 17 de mayo de 1958.
Pero Bultaco no son sólo motos. La nueva empresa tiene la licencia de fabricación de las motos y también controla el 50% de los derechos comerciales de la marca, quedando el 50% restante en manos de cuatro miembros de la familia Bultó. “Que Bultaco vuelva a hacer motocicletas supone que todo el mundo de Bultaco vuelva a moverse alrededor, aunque nunca ha dejado de existir. Hay páginas web en todos los países, ropa, merchandising… Volver a hacer motos supone la potenciación de la marca”, afirma Vinós.
Además, la compañía tiene previsto un plan de acción para apoyar el relanzamiento. Uno de los puntos fuertes será la vuelta a la competición. En primer lugar, con su primer producto, la moto-bike Brinco. Y después podría regresar a las pistas con sus motos.
Comienza la producción
La primera moto de la nueva Bultaco salió de su factoría en abril. “Hemos comprado el equipamiento de Derbi: bancos de potencia, tren de fabricación, etc. Lo desmontamos de su planta y lo instalamos en nuestra fábrica de Montmeló”, precisa Vinós. La compañía ya ha invertido más de 15 millones en el desarrollo de su proyecto.
El primer producto en salir de su cadena de montaje es un vehículo rompedor, que intenta abrir un nuevo mercado. Se trata de una moto-bike, híbrido entre ciclomotor y bicicleta.”Cubre un nicho nuevo. Es apasionante, agresivo y representa los valores de Bultaco. Cuando presentamos este proyecto a los fundadores de Bultaco nos dijeron ‘esto es Bultaco”, apunta.
En abril se lanzó una edición limitada de 175 unidades –homenaje a la fecha de fundación, el 17/5–. Lo más sorprendente es que la mayor parte se vendió sin ni siquiera haber visto o probado el vehículo, sólo con el anuncio del lanzamiento en su web. Y eso a pesar de que se trata de un producto premium, con un precio de 4.800 euros.
La compañía también ha diseñado dos modelos de motocicleta, Rapitán y Rapitan Sport. Uno de ellos se presentará a finales de año, aunque Vinós no especifica cuál se lanzará primero. “Nuestras motos deben ser capaces de ir desde el domicilio al trabajo, o a donde vayamos, y regresar. Necesitamos más de 150 kilómetros de autonomía”, anota.
Rapitán es una moto de carretera, mientras que Rapitán Sport presenta un diseño más deportivo y con más reminiscencias de la antigua Bultaco. Aunque la compañía no desvela el precio con el que saldrán al mercado, Vinós señala que estarán en línea con los productos premium del mercado, por lo que podría estar entre 12.000 y 16.000 euros.
Volver a ser referente mundialEn sus años de mayor gloria, la marca Bultaco tuvo un importante peso en el escenario mundial y en la competición. Todavía hoy es una enseña con gran arraigo más allá de nuestras fronteras.
“Es una marca importantísima en el mercado europeo, muy particularmente el británico, así como en el estadounidense. En Norteamérica sigue habiendo pruebas de competición con Bultaco. Es una marca totalmente viva fuera de España, más incluso que aquí. En sus mejores años, sólo vendía el 15% de su producción en España. Y en los años 70 era el segundo fabricante de motocicletas más importante de Europa”, puntualiza Vinós.La nueva Bultaco también quiere heredar ese carácter transfronterizo. “Queremos empezar a exportar este año a Europa y Estados Unidos, para después ir a Asia. Nuestra concepción es un proyecto global, por eso quisimos hacer la presentación en Londres. Estamos desarrollando la estructura de dealer europeo. Pretendemos que en España no se quede más del 15% ó 25% de la producción. Ya tenemos avanzado el cierre de concesionarios en Italia, Holanda y Bélgica, entre otros”, afirma el consejero delegado de Bultaco Motors. Además, sus objetivos son muy ambiciosos. “Nuestro plan contempla empezar con la venta de 2.000 ó 2.500 unidades al año y situarnos en un plazo razonable por encima de las 10.000 unidades, colocándonos en cinco años en una facturación cercana a los 100 millones de euros”, adelanta Vinós.
No sólo motores eléctricos
Con algo urbano, económico,verde… pero nada relacionado con los valores de emoción. Sin embargo, usar una motocicleta eléctrica de altas prestaciones supone un paso adelante en la sensación de conducir, en la capacidad de aceleración y de disfrute, etc. Tesla es el primer fabricante que ha tenido éxito con un automóvil eléctrico y no es un vehículo urbano, sino un coche de lujo. El precio que se paga es porque realmente lo sientes en la conducción. Y algo parecido estamos trasladando a las motocicletas. Estamos convencidos de que una parte muy importante de las motos del futuro serán eléctricas”, afirma el consejero delegado.
La empresa no sólo ha desarrollado motores con tecnología propia, sino que ha creado todo el equipo electrónico en sus laboratorios de I+D. Por ejemplo, dispone de ultracondensadores para reaprovechar la energía generada en la aceleración y el frenado, tecnología que aún no utiliza ningún vehículo de calle. Además, sus equipos electrónicos son capaces de trabajar en tramos de potencia de hasta 80 y 90 kW, que pueden usarse en automóviles, por lo que podría transferir tecnología a otros fabricantes. En cualquier caso, la compañía no cierra las puertas a la fabricación de otro tipo de vehículos. “Ya estamos trabajando en el desarrollo de motores híbridos para motocicleta y otros avances. Bultaco no vuelve sólo para hacer motos eléctricas, pero la tecnología que usemos siempre aportará algo innovador, que mejore lo que ya existe”, asegura. Tampoco descarta la posibilidad de fabricar en un futuro motos de aire retro, retomando la línea de sus modelos más admirados.