Audaz, pero prudente. En el 2002, mientras lanzaba Blusens, José Ramón García siguió con su empleo de consultor en LKS, eso sí, por poco tiempo ya que al año siguiente la pequeña firma facturaba nada menos que tres millones de euros mostrando ya las maneras que la convertirían en ese milagro de la electrónica española a la que se rindieron los profesores de la IE Business School. Era sólo un aperitivo. En el 2005 cerraba con 25 millones y en el 2009, con 60. Los 3.000 euros puestos por este licenciado en Económicas y su socio, Miguel Silva, han dado, pues, mucho de sí: en el 2006 se alzaba ya con el liderazgo del mercado de mp3 en España, ¡por delante de Apple!
Pero, todo esto no ha sido un sueño sino el resultado de un minucioso plan, que ahora entra en su segunda etapa, marcado por la conquista de los mercados mundiales y la introducción de productos con tecnología propia como el Hogar Conectado, un concepto con el que aspira a ampliar sus líneas de negocio en torno al ocio digital con ofertas innovadoras como su reciente lanzamiento de un videoclub online a través de su canal de televisión por Internet. Una carrera impresionante que se explica por la cultura de rapidez y máxima capacidad de reacción que este joven empresario de 39 años ha imprimido a su empresa. “Otros como Apple pueden generar expectativas y mantenerlas durante meses”, reflexiona. “A nosotros no nos queda otra salida que lanzarnos a por todas”.
EMPRENDEDORES. ¿Qué le hizo pensar, al montar su empresa en el 2002, que podía tener éxito en un sector dominado por multinacionales poderosas?
José Ramón García. Nos decidimos precisamente por eso; vimos que el mercado estaba dominado por las grandes, muy lentas, lo que nos dejaba un hueco para empresas pequeñas, ágiles, con capacidad para reaccionar deprisa. Este en un sector en el que las tecnologías cambian a velocidad de vértigo y muchos se comportan como elefantes. Sony, que era la reina del walkman, no supo ver las posibilidades del mp3, una tecnología que fue ocupada por Apple y en la que Sony no está ni siquiera entre los primeros.
EMP. ¿Cómo pusieron en práctica esa ventaja?
J.R.G. Con nuestro primer producto, el DVD, que todos fabricaban en China y en el que no parecía caber cualquier innovación. Vimos que se estaba poniendo de moda bajar música y vídeos de Internet y los lectores existentes no lo permitían. Así que le pusimos unas placas específicas y modificamos el software, un proceso que a las multinacionales no se les ocurrió. Fue un boom. Las grandes tardaron más de un año en sacar productos similares.
EMP. Llegaron ustedes a vender más mp3 que Apple en España. ¿Utilizaron la misma estrategia?
J.R.G. La misma: aportar más prestaciones al producto. A nuestro mp3 le metimos radio, Bluetooth, Wifi, incluso música, lo que no hacían los demás. Llegamos a acuerdos con discográficas para incorporar discos de moda y dar incluso barra libre en el reproductor, lo que se hizo mediante un acuerdo con Universal Music. Igual pasó con el navegador. Todo el mundo daba cartografía en dos dimensiones y nosotros metimos fotografía real, procedente de una firma noruega y mucho más nítida que la del Google Earth.
