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Las técnicas ancestrales de los emprendedores que se sienten alquimistas

Alqvimia es una empresa de alta cosmética natural pionera en España en este sector del lujo. Con técnicas ancestrales de la perfumería tradicional unidas a modernos sistemas, elaboran sus productos ...

27/10/2020  Ana DelgadoCasos de éxito

Hace 36 años Idili Lizcano fundaba alqvimia, que entre otros fines aseguraba perseguir la transformación social y personal. Hoy la dirige su hija Drolma Lizcano que, siguiendo los pasos de su padre, asegura que “lo más importante para mí no es ganar dinero, sino hacer una cosmética natural transformadora, que no tenga sólo efectos a nivel físico, sino también personal”. Cuando empezaron eran él, su mujer y su maestro, y hoy son 50 trabajadores. No tenían muchos recursos pero sí ilusión. Entre sus máximas está la de no endeudarse. Y siguen sin deber nada a los bancos. 

Sin duda, Alqvimia es una empresa diferente. Y lo es no sólo por sus principios, sino por sus productos, su forma de elaborarlos y la forma de dirigir la compañía, basada en los principios de la holocracia, un sistema de organización donde la toma de decisiones y la autoridad en la empresa se distribuyen de forma horizontal. Lo cierto es que les funciona y hoy son un espejo donde mirarse las empresas que quieran trabajar bajo los principios de una economía humanizada, ser felices en el trabajo y por supuesto, ganar dinero.

Cosmética natural

La sede de Alqvimia está en una masía del siglo X cercana al pueblo de Tortellà, en Girona, donde elaboraban sus productos hasta el traslado a una nueva fábrica en Olot. Hace tres años invirtieron un millón de euros en la ampliación precisamente de esta planta. 

Alqvimia elabora cosmética 100% natural con una materia prima de alta calidad. “Cuando compro la materia prima no miro el precio, sino la calidad. Yo podría poner un aceite esencial mezclado con pepita de uva que es muy barato. El precio de fabricación de mi producto es más caro que el de mi competencia porque compro lo mejor. Nosotros buscamos los aceites esenciales allí donde se produce la mejor planta. Por ejemplo, utilizamos rosa de Bulgaria. Yo podría comprar rosa en Turquía o en China, pero la de Bulgaria es la mejor y esa es la que busco. Pero además la forma de obtener el aceite esencial también es importante. Es un ritual muy detallista, recogiendo a las 5 de la mañana, con una temperatura muy específica. Para conseguir una gota de aceite esencial de rosa se necesitan 30 flores. Por todo ello es tan cara”, explica Drolma. “Con el jazmín se utilizan técnicas diferentes, pues la temperatura los afecta. Sólo se puede macerar con algún tipo de grasa que se va impregnando de la flor. El aceite esencial se extrae de esta grasa. En cambio el aceite de naranja es mucho más fácil y económico” 

Otras plantas más humildes, como el romero, el hipérico o el tomillo, se tratan como lo hacían los alquimistas, primero recolectándolas en el momento óptimo desde el punto de vista astrológico. Después macerándolas a sol y serena durante 20 o 40 días dependiendo de las necesidades de la planta. “Otras empresas cogen los aceites esenciales y los mezclan simplemente. Nosotros los sometemos a un proceso de maceración para que los aromas y propiedades se mezclen y aporten más poder al producto. Nosotros le damos paciencia a todo lo que fabricamos”. 

Otros productos como el sándalo, la mirra o el incienso se maceran de forma similar en garrafas de vidrio 45 días a sol y serena (a la intemperie recibiendo el calor del sol por la mañana y el frío y la humedad de la noche).

Idili Lizcano es el encargado de diseñar las mezclas y posteriormente sus técnicos las elaborarán. Lizcano vivió en París y dice que de pequeño le gustaba entrar a las perfumerías y pedir bastoncitos impregnados en perfume. Los técnicos del departamento de I+D trabajan esencialmente en conservantes naturales y conseguir la estabilidad de sus productos. “Es muy fácil añadir química para hacer un producto más barato y estable. Nuestros productos duran menos porque son naturales. Nosotros investigamos en aquello que cuesta encontrar en el mercado”. 

Para el cuerpo y la mente

“Nuestro secreto es que no pensamos nuestros productos sólo para el cuerpo sino también para la mente”, dice Drolma Lizcano. Es un concepto holístico. Además del efecto sobre la piel, los aromas tienen un efecto sobre las emociones”. Y pone como ejemplo el aceite Body Sculpture, una de las estrellas de su catálogo. “Tiene aceite esencial de pomelo, que además de ser desintoxicante y drenante, a nivel emocional te impulsa a hacer nuevas cosas”. Se basan en este sentido en técnicas de aromaterapia. “hay aceites esenciales que son magníficas terapias contra el estrés y la ansiedad” 

En Alqvimia realizan talleres para el mayor conocimiento del cuerpo. “Son talleres de empoderamiento femenino”, explica Drolma. No nos los planteamos como una herramienta de venta y marketing. No me interesa venderle toda la tienda sino lo que ella necesita”. 

Justo antes del confinamiento motivado por el COVID-19 tenían previsto relanzar al mercado un producto que han vendido muy bien estos meses ya que tienen funciones antivíricas. Basado esencialmente en el árbol del té, tomillo y canela, es antivírico y estimula el sistema inmunitario. “Yo lo he tenido en mi casa con un difusor todo este tiempo”, comenta Lizcano.

Distribución selecta

Llevan varios años facturando alrededor de 4 millones y medio de euros. El 66% de las ventas se produce en el canal profesional. Spas y hoteles de lujo de gama media alta y alta son sus principales clientes. Han llegado a acuerdos con cadenas hoteleras de lujo como Oberoi de la India. “Queremos posicionar la marca e ir allí donde hagan terapias adecuadas”. Tienen además tres tiendas, dos propias en Barcelona y Madrid y una franquiciada en Tenerife. Desde hace diez años promueven la venta online que les funciona muy bien en algunos países como China. 

El 60% de sus ventas se produce en España y la otra mitad va a la exportación. El mejor mercado exterior es el asiático. Hong Kong fue el primero. “Nuestra marca es muy mediterránea, y eso a los asiáticos les gusta”. Exportan a más de 20 países. 

El 95% de las ventas es de productos femeninos. El resto para niños y una pequeña parte para hombre. En sus productos el 90% es aceite base vegetal y un 10% aceite esencial. En el caso de los niños por su piel delicada el aceite esencial es sólo del 5% 

Estrategia para el Kilómetro 0

Idili Lizcano creó una empresa tras estudiar los métodos de producción ecológicos en el sector cosmético. Entienden que deben trabajar con métodos que no contaminen el medio ambiente en ninguna fase del proceso. 

“Buscamos también los envases de pet reciclado o biodegradables. Cuidamos el packaging en cuanto al diseño, pero también que sea ecológico. Como criterio básico buscamos nuestros proveedores lo más cerca posible. Primero en la comarca de la Garrotxa donde estamos. Después en Cataluña, después en España y así vamos ampliando. Si puede ser, preferimos comprar a nuestro vecino”. 

La holocracia y la gestión empresarial

Desde hace unos años, en Alqvimia decidieron funcionar mediante el sistema de la holocracia. “Nos pareció una metodología de trabajo que va con nuestro sistema y nuestra forma de pensar. El resultado tras la implantación ha sido muy positivo. La gente se siente muy motivada por el trabajo, más implicados. Antes esperaban que se les diera una orden, ahora no”, explica Drolma Lizcano. 

En la holocracia se eliminan las estructuras verticales de organización. Se crean círculos con metas empresariales y a las personas se les asignan responsabilidades de acuerdo con sus habilidades e intereses. Hay un consenso inicial y unos objetivos. Incluso una constitución plasmada en un documento con las reglas fundamentales acordadas por todos. Una persona puede tener múltiples responsabilidades y los roles se flexibilizan. “Este sistema nos permite una total transparencia y  sacar lo mejor de las personas. Todos tienen claro sobre lo que pueden decidir y deciden sobre su trabajo. Como colectivo tenemos un propósito y todos trabajamos hacia ese propósito”. 

Por otra parte, entre sus principios básicos está el desarrollo de una economía humanizada. Creen en una economía inspirada en los valores éticos y morales, justicia, igualdad, comercio justo, cooperación y búsqueda del beneficio mutuo y el bien social. Idili Lizcano ha participado en diferentes iniciativas públicas para promover este tipo de economía entre las empresas. Como el Plan Nacional de Valores de la Generalitat de Catalunya, donde fue responsable de la parte empresarial. O Capitalismo Consciente. No les gusta el concepto de Responsabilidad Social Corporativa si sólo es un planteamiento de marketing. 

“Para que el mundo funcione mejor debemos potenciar los valores femeninos, la empatía, la honestidad. Nosotros practicamos la economía humanizada, pensando en el bien común, cuidando al equipo, al entorno y dejando libertad de pensar en el bien común como empresa y como sociedad. Para mí estos son elementos diferenciadores de nuestra empresa”. 

La empresa en cifras

4,1M de euros facturó la empresa en 2019 

50 empleados  trabajan en la compañía 

250  referencias  comercializa Alqvimia 

66% de las ventas provienen del canal profesional. 

Lidia Serra