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Público familiar y urbano

Partiendo de estas premisas, la plataforma tiene un target muy definido. “Nuestro público objetivo son sobre todo mujeres, que son quienes se encargan mayoritariamente de la compra en las casas. ...

23/11/2011  Redacción EmprendedoresCasos de éxito

Partiendo de estas premisas, la plataforma tiene un target muy definido. “Nuestro público objetivo son sobre todo mujeres, que son quienes se encargan mayoritariamente de la compra en las casas. Además, es un público de 30 a 50 años, más maduro de lo que se suele pensar. Creemos que tendrá más aceptación en familias pequeñas o parejas de recién casados, aunque quizá también entre singles. Donde tenemos un enganche perfecto es en los hogares de entre dos y cuatro personas, de clase media o media-alta y urbanos”, dice Somalo.

Hay que tener en cuenta que aunque en Internet es frecuente el consumidor ‘cazador de gangas’, éste no es el modelo que ofrece este club de compra. El presidente de la empresa considera que, dependiendo de la industria, en el comercio online unas veces se apuesta por el precio y otras, por la comodidad. Alice.es tiene clara cuál es su opción y, pese a que ofrece precios competitivos, no se trata de un lugar donde acceder a hard discounts. “Apostamos por la comodidad. El consumidor debería entender que el que te lleven estos productos a casa tiene un sobreprecio, pero el mercado no está preparado para ello. Por lo que nos tenemos que adaptar. Los precios van a estar en línea con el sector ya que no da para más. Aunque se ahorre en locales y personal de tienda, hay unos costes de logística, de preparar los pedidos uno a uno y de enviarlos a la puerta de cada casa. Es complicado encontrar una fórmula para que lleguen los productos a casa del consumidor sin costarle más”, señala. Por eso, la compañía ha optado por una política progresiva de gastos de envío.

El reto de la logística
Somalo reconoce que “varía la adaptación local del servicio que entregamos al consumidor, porque los usos y costumbres en Estados Unidos no son iguales. Por ejemplo, en la inmensa mayoría de los puntos de entrega, los repartidores ni siquiera llaman al timbre. Llegan, dejan la caja en la puerta y se van. Aquí es impensable. Esto implica bastantes cambios en la forma de operar. Incluso en la web. Además, vamos a tener más surtido por un motivo puramente logístico. Estas dos circunstancias condicionan la política de gastos de envío”.

Redacción Emprendedores