La mayoría de los españoles conoce a Alberto Chicote por su aparición en el programa de televisión ‘Pesadilla en la cocina’. Delante de las cámaras, el cocinero ayuda a decenas de negocios a reinventarse para prosperar en el mercado de la hostelería. Detrás de ellas, regenta tres restaurantes y emplea a casi 100 trabajadores. Coincidiendo con la emisión de los nuevos capítulos de su programa, recopilamos las claves empresariales que han llevado a Chicote a ser un emprendedor de éxito y que puedes aplicar en tu negocio.
Transmitir y escuchar, las cualidades de un líder para Alberto Chicote
Para Alberto Chicote, el liderazgo es mucho más que un cargo. Desde luego, también es más complicado que no tener jefes y mandar sobre uno mismo. “Hay gente que dice soy capitán de barco porque llevo mi propio barco que yo mismo tripulo. Eso vale para ti. Pero el día en que el barco sea mayor y haya cinco de tripulación, ahí hace falta más que saber manejar el timón o arrancar el motor. Dejas de ser el capitán. Tienes que saber transmitir ese conocimiento y hacer que tu equipo funcione del mismo modo estando tú que sin estar. Que tu público pueda disfrutar de lo que tú haces, aunque tú no estés”, comenta el cocinero.
Para conseguirlo, una de las características fundamentales que para Chicote definen a un líder es la honestidad y el “predicar con el ejemplo”. “Cuando yo defiendo valores como el esfuerzo, el trabajo, la constancia, la determinación, tengo que demostrarlo. Si yo digo que valoro mucho el trabajo, pero luego no pego ni clavo, la gente no me creerá”, expone.
Un valor, el de la autenticidad, que va de la mano con crear buenas relaciones interpersonales con tu equipo. “Cuando una persona no es a quien te llevarías a tomar una cerveza, difícilmente vas a encontrar un camino de encuentro en un espacio de trabajo que es mucho más estresante, más duro, más complicado y más irritante”. De esta forma, la confianza emprendedor-trabajador puede llegar a ser tan buena que se produzca la simbiosis perfecta para el beneficio mutuo de las dos partes. “La empresa se tiene que beneficiar de que tú quieras trabajar aquí, pero tú te tienes que beneficiar de querer trabajar aquí. Si alguien no gana, la relación se rompe”, explica Chicote.
Innovar con el cliente en el centro de la ecuación
De forma independiente al sector o a la localización de una empresa, el valor añadido siempre se encuentra en la innovación. No obstante, el hostelero llama a la prudencia en este apartado. “Valoramos la novedad de una forma demasiado alta. Es decir, en muchos casos la gente te dice ‘es que esto no lo has visto nunca’ ¡Igual es que no deberías verlo! ¡Igual es por algo!”, destaca.
Por eso, Chicote aboga por innovar siempre con criterio, poniendo al cliente en el centro de la ecuación, aunque a veces esto pueda causar problemas dentro del equipo. “La clientela viene a tu casa porque espera algo de ti. Si tú lo cambias todos los días, perderás esa clientela. Independientemente de lo que hagas: hamburguesas, arroces, cochinillos… Muchas veces la conservación de la oferta por demanda del público supone un detrimento en el interés del equipo, pero tú tienes que respetar sobre todo el interés de tu cliente”. Son las palabras de un emprendedor de éxito.
El modelo de liderazgo y emprendimiento de Alberto Chicote le ha llevado a cosechar unos resultados excelentes. En los últimos seis años, el emprendedor ha abierto tres restaurantes en el centro de Madrid (Yakitoro Reina, Yakitoro Castellana y Puertalsol), que ofrecen una cocina de alta calidad con un tique medio de 25 euros por persona. “Hay gente que nos dice que deberíamos subir 5 €, pero preferimos atender a muchos clientes a un precio más bajo que a menos clientes a un precio más alto”, presume.