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Democratizar la innovación

¿Qué relación guarda una enrevesada traducción de William Faulkner con una compleja arquitectura software? En apariencia, ninguna. En realidad, estos dos universos tan alejados se hermanaron para alumbrar Agencia de ...

28/12/2009  Redacción EmprendedoresCasos de éxito

¿Qué relación guarda una enrevesada traducción de William Faulkner con una compleja arquitectura software? En apariencia, ninguna. En realidad, estos dos universos tan alejados se hermanaron para alumbrar Agencia de Ingeniería.

Veinticinco años y licenciado en Matemáticas, Diego Méndez montó una firma de traducciones recién estrenada la veintena, algo lógico, si tenemos en cuenta que habla seis idiomas. Ingeniero de Telecomunicaciones y con 32 años, Víctor Méndez ha venido trabajando como consultor informático independiente en la última década.

Impulsados por su espíritu inquieto, estos dos hermanos se plantearon en 2006 la posibilidad de embarcarse juntos en una aventura emprendedora. La idea consistía en trasladar el modelo de gestión de la empresa de Diego al segmento de la ingeniería, concretamente al del software, del que Víctor es experto.

“En el sector de la traducción, el único sistema viable es el de una agencia con una red internacional de colaboradores. Resulta más sencillo encontrar, por ejemplo, a traductores al danés en Dinamarca que en una localidad española”, explica el pequeño de los Méndez. A partir de aquí, el siguiente paso parecía lógico: contactar con ingenieros freelance alrededor del mundo, con el fin último de ofrecer a las pymes soluciones tecnológicas a medida. Un concepto que se presentó en sociedad en noviembre.

UN MUNDO POR DESCUBRIR

La novedad de la propuesta radica en el público al que se dirige. “Las pequeñas y medianas empresas están en la actualidad mal preparadas para un mundo de innovación donde no se requieren grandes planes de I+D. Basta con múltiples actualizaciones tecnológicas que, de forma individual, no merecen la contratación de personal especializado ni de consultorías, centradas en actuaciones de mayor envergadura, por encima de 2.000 o 3.000 euros”, explica Víctor.

En este limbo tecnológico han encontrado su hueco estos emprendedores, lo que se traduce en proyectos de reducida dimensión, adaptados “a esa demanda y por un precio asumible para las pymes, tan necesitadas de innovación”.

La filosofía de trabajo anterior cristaliza en un método conocido como extreme division, importado de EE UU y que constituye el otro gran elemento diferenciador de Agencia de Ingeniería. Parte de la base de que cualquier proyecto, “hasta el más sencillo en apariencia, se puede implementar con más calidad y mejor coste si se sabe dividir en pequeñas parcelas, de las que se ocuparán profesionales de todos los rincones del planeta”.

Redacción Emprendedores