Cuando comenzamos éramos un grupo de amigos de la universidad, de entre 20 y 22 años. Formamos una cooperativa pero tres años después, en 1980, decidimos hacer algo más formal, fundando Aplicaciones Electrónicas Quasar (AEQ) como sociedad anónima”, explica Rogelio de la Fuente, director general y cofundador de la compañía. La empresa empezó fabricando equipos de alta fidelidad domésticos, que se vendían esencialmente en la calle Barquillo, conocida popularmente en Madrid como la calle del sonido, debido a la cantidad de tiendas de audio existentes.
El negocio pronto evolucionó hacia la fabricación de aparatos profesionales para discotecas, teatros, estudios de grabación, etc. Tuvieron la suerte de estar en el momento y lugar adecuado. Su local se ubicaba junto a la plaza del Dos de Mayo, en pleno barrio de Malasaña, donde empezaron a aparecer como setas montones de pubs. Por ejemplo, AEQ equipó el mítico La Vía Láctea. Y en ese entorno tuvo lugar la eclosión cultural de la movida madrileña, donde la música tuvo un papel protagonista. Grupos como Los Secretos, Radio Futura o KK Deluxe compraban sus aparatos.
Este negocio fue perdiendo peso a favor de los equipos de sonido para radio y televisión. “Teníamos que centrarnos en algo con mayor valor añadido, donde se valorase más el diseño y desarrollo electrónico”, reseña De la Fuente. Así llegaron clientes como Radio Nacional, Cadena Ser, Cadena Cope, etc. Y una vez más, volvieron a estar en el momento apropiado. En los años 80 asistimos al nacimiento de las radios y televisiones públicas y AEQ ‘cogió la ola’. “Instalamos prácticamente todas las radios autonómicas: Canal Sur, Canal 9, ETB, Onda Madrid, etc.”, apunta. Y poco después nacieron las televisiones privadas, colocando sus equipos de sonido en Antena 3, Telecinco, etc. Fuera de España tiene clientes como la BBC (Reino Unido), CBS (EE UU), Televisa (México); RAI (Italia), CCTV (China), Mediaset (Italia) y Radio France.
A finales de 2013 adquirió Kroma, una compañía española especializada en vídeo. “Cuanta más economía de escala tengas, mejor. Era una buena oportunidad porque se trataba de una empresa complementaria, dedicada a vídeo. Habíamos hecho un par de productos conjuntamente y se habían vendido muy bien, así que planteamos su integración. Además, Kroma lo estaba pasando mal con la crisis”, explica el director general.
La compañía no descarta nuevas alianzas o compras. “Estamos con los ojos abiertos por si alguna empresa quiere colaborar. No tiene por qué ser una compra, sino que puede tratarse de una alianza tecnológica o comercial”, indica.
Inicios complicados
Pero no todo fue siempre tan bonito. En sus comienzos, la compañía tenía que hacerse cargo de la fabricación íntegra de sus productos. “Éramos ingenieros, así que hacíamos el diseño electrónico; la parte mecánica porque apenas había subcontratistas en España que hicieran serigrafía, pintura, etc. Lo hacíamos todo”, señala De la Fuente.
La llegada de grandes grupos, como Alcatel y Ericsson, trajo consigo la puesta en marcha de talleres de subcontratación, permitiendo a AEQ centrarse en el diseño y el ensamblaje final, que realiza en sus instalaciones de Leganés (Madrid), donde también están el departamento comercial y el de I+D.
Otro aspecto complicado fue la financiación y tesorería. “Empezamos con la ayuda de nuestros padres y al principio los socios no cobrábamos. Y nunca dejamos a deber a nadie. A medida que fuimos creciendo, fuimos contratando empleados. Todos ganaban más que nosotros y cobraban todos los meses”, señala el director general. De los ocho fundadores de la cooperativa, sólo quedaron tres.
Con la consolidación, la empresa pudo ir consiguiendo financiación de los bancos. A mediados de los 80, AEQ logró algunos proyectos importantes y empezó a trabajar para la Administración y con el CDTI, accediendo a los préstamos a bajo interés que concede esta institución. Además, disfrutó de algunas subvenciones del Ministerio de Industria, del IMADE y de instituciones europeas.
Salto al mundo
La compañía empezó pronto a exportar. En 1984 asistió en Alemania a una feria del sector de la música y el sonido, consiguiendo los primeros contactos y clientes para su internacionalización. “Entendimos desde el principio que nos teníamos que expandir”, afirma. Así empezaron a vender en Europa, esencialmente en Alemania, Francia y Reino Unido.
En este momento, alrededor del 85% de sus ventas procede del exterior, vendiendo en más de 90 países. Estados Unidos, Brasil, Rusia, Francia, Italia, China e India son algunos de sus principales mercados por volumen de negocio.
Tiene oficinas comerciales propias en EE UU, Reino Unido, Portugal, México y Brasil, y espera abrir pronto en la India. Para el resto de mercados, cuenta con distribuidores locales. “Mandamos los equipos y ellos los venden y dan servicio posventa”, señala.
Uno de los aspectos más llamativos de su internacionalización es la importante presencia en eventos deportivos. “Hemos estado haciendo la parte de audio de los Juegos Olímpicos desde 1988. Esperamos estar en Río de Janeiro. También nos metimos en los Mundiales de fútbol y de atletismo. Todo el audio que se recibe por radio y televisión en estos eventos pasa por equipos nuestros: desde el micrófono hasta las consolas de mezcla, los procesadores…”, puntualiza De la Fuente.
AEQ ha alquilado sus equipos y ha prestado sus servicios en los JJ OO de Sidney, Atenas o Pekín, los Mundiales de fútbol de Estados Unidos, Francia y Corea y Japón, etc.
¿Pero por qué las más prestigiosas radios y televisiones y los organizadores de estos grandes eventos deportivos apuestas por una pyme como AEQ? Su director general destaca la calidad de los aparatos y su posición de liderazgo. “Hacemos equipos que están funcionando 24 horas todos los días del año y que en algunos casos pueden durar hasta 20 años sin haber tenido ningún problema”, asegura.
La proyección internacional de la empresa no pasó desapercibida a los inversores. “En 2001, cuando estábamos en plena expansión, entró el fondo 3i para darnos cierto respiro financiero y apoyarnos en la expansión, creando redes internacionales en Asia, EE UU, Canadá, etc.”, señala el director general. 3i salió en 2006, dejando un buen sabor de boca. El fondo adquirió el 35% de las acciones por cinco millones, pero De la Fuente se guarda la información acerca del precio de salida.
Volumen e innovación
Aunque las cosas le están yendo muy bien a AEQ, se enfrenta con algunos retos:
El tamaño importa. “Si quieres vender en el mundo hay que tener recursos económicos y humanos. Las pymes españolas y europeas lo pasamos mal sin una mínima economía de escala”, señala. La compra de Kroma y la búsqueda acuerdos tecnológicos y comerciales o posibles adquisiciones responde a esa necesidad de volumen.
Frenesí tecnológico. La tecnología avanza a pasos agigantados, obligando a hacer enormes esfuerzos para no quedarse atrás. “Hay que renovarse cada poco tiempo. Los equipos duraban 14 o 15 años sin estropearse. Ahora, la duración media es de 6 o 7 años, pero porque se quedan antiguos. Ahora gran parte de sus esfuerzos se dirigen al software. “Cada día hacemos más equipos informáticos que controlan por software y desarrollamos más aplicaciones informáticas”, precisa.
Líderes en soluciones profesionales de audio y vídeo
AEQ ha conseguido liderar en un nicho de mercado muy especializado, donde no hay grandes compañías, conocidas por el público ajeno al sector. Sus principales competidores están en Estados Unidos y, en menor medida, en Alemania y Reino Unido. De momento, tampoco se ve amenazada por los competidores asiáticos, aunque siempre está latente la amenaza de China o India.
Casi desde sus comienzos, ofrece consolas y mesas de mezcla de audio profesionales, destinadas a radios, televisiones, eventos deportivos, estudios de grabación, teatros, etc. “Tenemos una gama muy amplia, desde consolas de 20.000 a 30.000 euros hasta productos de 3.000 a 5.000 euros”, precisa el director general. Además, vende equipos de codificación de señal, destinados a transmisiones deportivas, ruedas de prensa, etc.; así como híbridos telefónicos, que permiten la conexión telefónica sin retardo ni eco. Completa la gama de audio con sistemas de automatización de la emisión.