En 2020 las ventas globales por ecommerce se dispararon hasta alcanzar los 4.28 billones de dólares (trillions en USA), frente a los 3.35 billones de 2019. Un efecto equivalente al de añadir el volumen anual de ventas en USA y un crecimiento que continuará este año en un 14.3% al calor de China, con sus más de 710 millones de compradores online.
Tras la experiencia de pago online que hoy disfrutamos hay un inabarcable entramado de tecnologías y cumplimientos normativos sin los cuales sería imposible garantizar que las transacciones online sean legítimas, seguras y en tiempo real. Sobre todo si se trata de pagos internacionales, ya que la complejidad se dispara.
“Cada región tiene medios de pago específicos que son aceptados por los bancos y los comercios”, explica Josep Pocalles, fundador y Growth Director de Realisto. “En algunos países es posible incluso pagar con una cuenta de dinero móvil. Sería el equivalente a que en España se pudiera pagar las compras a partir de un monedero virtual Movistar, Orange o Vodafone, pero se trata en realidad de operadores que aquí no conocemos, por ejemplo, de América Latina”.
Ayuda para cobrar transacciones complejas
¿Qué puede hacer una empresa española que necesite cobrar pagos realizados con este tipo de métodos de pago, que no son reconocidos por nuestros bancos? Es ahí donde entra Realisto, un servicio para pymes que ayuda a empresas locales a cobrar transacciones complejas, provenientes de empresas o métodos de pago que nuestro sistema financiero no contempla.
“No sólo eso” –aclara Pocalles- “ayudamos también a empresas extranjeras que no cuentan con la infraestructura necesaria para cobrar por sus ventas en Europa”. Realisto se encarga de cumplir con los requisitos necesarios en nombre de sus clientes, incluyendo la creación obligatoria de una filial en la UE y la gestión del NIE comunitario, además de ofrecer un reporting de las obligaciones fiscales contraídas por país.
Realisto lanza ahora en la plataforma Adventurees ronda de 400.000 euros (en dos tramos de 200.000 euros) como préstamo participativo convertible para seguir ayudando a sus clientes a procesar pagos complejos, en este caso con criptomonedas. “Desde 2019 el interés por pagar con criptomonedas se ha disparado” -dice Josep-, “simplifican los pagos internacionales, pero la infraestructura para que cualquier comercio pueda aceptar estos pagos no existe todavía”.
Pagos con criptomonedas
A Pocalles no le sorprende el reciente anuncio por parte del Reino Unido, que legalizará los pagos con criptomonedas (stablecoins que tienen paridad con monedas como el Euro o el Dólar). “Las ventajas de gestionar pagos con criptomoneda son tantas que el problema de fondo es que vuelve obsoletas porciones enteras del actual sistema de pagos” -afirma- “su implantación es inevitable”.
Por eso la empresa tiene filial en Estonia y licencia como Virtual Asset Service Provider (proveedor de servicios para activos virtuales), lo que le permite gestionar criptomonedas de sus clientes.
El regulador estonio exige, como garantía a los licenciatarios, un capital mínimo de 350.000 euros, que se podrá invertir únicamente en posiciones en activos como stablecoins, oro u otros securities… “El dinero no irá a gastos operativos, con lo que el inversor tiene la tranquilidad de saber que no va a perder lo invertido. Esta es una oportunidad de inversión muy segura”.