La idea de crear Hydra Space surgió en 2016, cuando Eduardo Alonso dejó su trabajo en Reino Unido y regresó a España con motivo del nacimiento de su primer hijo. Hasta entonces, Eduardo había desarrollado una carrera muy intensa en el sector aeroespacial en Europa, participando en proyectos como Galileo o Gaia.
Eduardo unió fuerzas con Félix Páez, presidente del capítulo español de AMSAT-EA, asociación para la construcción y difusión del conocimiento de los satélites de radioaficionado. El sector de pico-satélites como alternativa de comunicación para IoT estaba desarrollándose con intensidad en EE UU, pero en Europa era algo más incipiente y en España no existía todavía ninguna empresa.
El entusiasmo de los dos ingenieros y el apoyo de algunos colaboradores, fructificó con el lanzamiento de los dos primeros pico-satélites de diseño y fabricación propia, bajo el paraguas de AMSAT-EA. Animados por el éxito de esta primera operación, se constituyó la sociedad en 2021. Desde entonces, se han realizado un total de seis lanzamientos, en los que se han podido testar los distintos sistemas desarrollados por el equipo de la empresa para poner a punto su solución.
«Nuestro objetivo es extender el mundo de Internet-de-las-Cosas (IoT) a zonas donde los operadores de telecomunicación no llegan»
Pablo Durbán, CEO de Hydra Space
“El objetivo es desarrollar una tecnología propia que permita dar conectividad en zonas remotas a industrias como la agricultura de precisión, la monitorización del mar, del clima y del medio- ambiente, etc. En definitiva, extender el mundo de Internet-de-las-Cosas (IoT) a zonas donde los operadores de telecomunicación no llegan”, explica Pablo Durbán, CEO de Hydra Sapace.
Hablamos de permitir el envío de datos como humedad, temperatura, salinidad… Esta información y servicio puede ser clave para permitir a industrias como las mencionadas, saber lo que está ocurriendo en zonas donde ahora mismo no tienen visibilidad: optimizar sus procesos, hacerlos más sostenibles y obtener mejoras en productividad y eficiencia.
“Nuestros satélites permiten la conectividad de manera muy eficiente y a costes muy reducidos, en zonas en las que nadie llega o lo hacen con unos costes elevados. El 85 % de la Tierra no tiene cobertura de telecomunicaciones. Si esto cambia y hay un precio competitivo, se abren multitud de nuevos modelos de negocio y posibilidades”, añade Durbán.
El equipo perfecto
Del recorrido que llevan hasta ahora, el CEO de Hydra Space destaca como momento clave el de la constitución de la empresa: “Al principio, en el equipo todos eran ingenieros muy experimentados, con un elevado componente técnico. Era necesario incorporar experiencia de gestión y financiera. Y así es como me incorporé yo mismo y, posteriormente, nuestro CFO, con experiencia en desarrollo de startups tecnológicas en fases iniciales”, señala el experto.
Una vez dado este paso, cerraron su primera ronda con business angels y tres empresas del sector de las comunicaciones que “creyeron en el proyecto desde el principio”. Esto les permitió solicitar el apoyo de ENISA, que resolvió en un tiempo muy ajustado. “ENISA representa, no sólo la obtención de la liquidez en sí, sino también, el referendo por parte de un organismo especializado en apoyar el desarrollo de iniciativas empresariales. Pasar su filtro supone un aval para el proyecto empresarial”, indica Durban.
Además, están optando por una estrategia que combine la inversión privada, las ayudas públicas y la realización de proyectos para clientes en el corto plazo. Aunque todavía no ofrecen servicio de conectividad IoT, ya están ejecutando proyectos llave en mano para distintos clientes que necesitan una forma rápida y eficiente de llegar al espacio (para probar un concepto, investigar una tecnología, probar componentes en entorno de microgravedad…). “Cuando tienes la capacidad de llegar al espacio en seis meses y por menos de 100.000 euros te surgen múltiples oportunidades. En ese sentido somos un habilitador para otras empresas”, asegura el directivo.
Una alternativa a la conectividad actual
Lo que distingue a Hydra Space de otras empresas dedicadas a la conectividad vía satélite es, principalmente, que cuentan con tecnología propia al cien por cien (incluso han desarrollado su propio protocolo de comunicación específicamente diseñado para IoT). “La mayoría de las empresas del sector se centran en una parte de la cadena e integran tecnologías de terceros, esto resta agilidad, eficiencia e incrementa los costes. Nuestro valor diferencial es, precisamente ese control de la tecnología, integrar toda la cadena de valor del sector, desde la construcción del satélite hasta la prestación del servicio, y hacerlo de una manera muy eficiente. Esto tambiénnos permite adoptar los avances del estado del arte de una manera muy ágil”, comenta Pablo Durbán.
Hydra Space, además, quiere enfocarse en usos en los que el precio reducido permite el acceso de usuarios que de otra manera no pueden obtener datos de forma eficiente.
IoT es un sector en pleno crecimiento y seguramente, no hemos visto ni el 10 % de las posibilidades que tiene. Es un modelo de negocio que requiere ser muy eficientes y desarrollos tecnológicos específicos.
Pablo Durbán, CEO de Hydra Space
El experto también comenta, respecto a su modelo de negocio, que están combinando el desarrollo de su proyecto con la facturación a terceros de proyectos llave en mano. “Seleccionamos proyectos de terceros cuyo desarrollo potencia el nuestro. Por ejemplo, tenemos un acuerdo para el lanzamiento de un satélite educativo, lo que nos permite probar en el mismo algunas de las mejoras que nuestros ingenieros han diseñado. Tenemos contratados proyectos con universidades, organismos públicos de investigación y empresas privadas, que suponen una facturación importante que complementa muy bien la financiación obtenida de inversores y organismos públicos y, al mismo tiempo acelera nuestro desarrollo tecnológico”, explica.
El gran potencial del Internet de las Cosas
En cuanto a la evolución tecnológica, el hecho de que la tecnología de desarrollo y control del sistema, tanto hardware como software sean 100n% creados por Hydra, les permite integrarse con otros desarrollos que pueden tener un enorme impacto. Por ejemplo, están participando en los nuevos sistemas basados en Distribución Cuántica de Claves, que permitan afrontar con garantías el reto que la computación cuántica supone para los sistemas de encriptación actuales.
“IoT es un sector en pleno crecimiento y seguramente no hemos visto ni el 10% de las posibilidades que tiene. Es un modelo de negocio que requiere ser muy eficientes (en el uso de recursos como el espectro o la energía y por supuesto en los costes) y desarrollos tecnológicos específicos. Y en el caso del satélite estos factores son todavía más importantes”, afirma Durbán.
“Además, la cadena de valor de IoT es compleja y se está definiendo. Hay fabricantes de hardware y software, integradores, proveedores de inteligencia y Big Data, operadores de telecomunicaciones, usuarios finales… Nosotros estamos trabajando con clientes y partners, desarrollando casos de uso en los que el satélite realmente aporta valor. Cada escenario presenta condiciones determinadas. Tiene poco que ver conectar un vehículo, una boya a la deriva en el mar, un sensor de humedad en el campo… Cada escenario presenta requerimientos específicos que hay que resolver”, añade el CEO de la compañía.
Ocho satélites para empezar
Por el momento, entre los retos que se plantean están, en primer lugar, desplegar su primera constelación y un servicio mínimo para 2024. “Con ocho satélites podremos dar un servicio suficiente para ciertos casos de uso con los que estamos ya trabajando en pilotos. La escalabilidad comercial será consecuencia de la extensión de estos casos de uso. Sin embargo, la extensión de la constelación depende más de la disponibilidad de lanzadores. Por el momento, SPACE X representa la alternativa más fiable, pero estamos colaborando estrechamente con nuevos actores, especialmente en Europa, incluida la española PLD Space, que debería suponer a corto plazo una capacidad adicional de puesta en órbita”, cuenta Durbán.
Otra fórmula para aportar valor es integrar la tecnología IoT de la compañía con constelaciones dedicadas a la observación de la Tierra. Según el directivo, “esto permitirá crear casos de uso novedosos, en los que se combinen diversas fuentes de datos. Estamos en conversaciones con algunos actores de ese sector para explorar este camino. También queremos trabajar en la posible hibridación de nuestra solución con otras tecnologías. Precisamente, que la base del proyecto sea una tecnología propia es lo que nos permite mantener abiertas nuestras opciones a medio plazo”, concluye el experto.