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Vídeo: Cómo diseñar mi modelo de negocio

Fundación ONCE e Inserta Empleo, con la financiación del Fondo Social Europeo, aportan las claves para diseñar tu modelo de negocio, uno de los primeros pasos imprescindibles antes de emprender.

13/09/2021  Redacción EmprendedoresDiscapacidad

Diseñar tu modelo de negocio es uno de los primeros pasos imprescindibles como emprendedor. En ocasiones, lo que puede parecer muy simple termina convirtiéndose en una tarea larga y aburrida, pese a que puede determinar el éxito o el fracaso de un negocio de manera anticipada.

Para ayudar en esta tarea, los consultores y dinamizadores de emprendimiento de Fundación ONCE Rita Sobrado, María Pilar Pozo, David Alonso, Raúl Ramos, Esperanza Fernández y Eliecer Gutiérrez, intentan aportar luz en este vídeo de Inserta Empleo, cofinanciado por el Fondo Social Europeo, para que puedas diseñar tu modelo de negocio con un mínimo de información.

Los 5 pasos para diseñar tu modelo de negocio

1. Define cómo llevar tus productos y servicios a tus clientes. La definición del producto es una de las primeras claves para diseñar tu modelo de negocio con éxito. En este sentido, Rita Sobrado recomienda “tener muy claro el modelo que vas a desarrollar porque es la forma en la que vas a llegar a tu cliente”.

Pero, ¿cómo conseguirlo? María Pilar Pozo recomienda utilizar herramientas como Business Model Canvas. “Es la evolución del modelo de plan de empresa que hace unos años existía y tardaba mucho tiempo. Aconsejaría la utilización de esta herramienta porque nos permite, en una simple cartulina, analizar todos los elementos claves que hay para dar el paso, ver si es posible y crear el producto mínimo viable”, explica.

Principalmente, esta fórmula para diseñar un modelo de negocio se centra en factores como qué vamos a ofrecer, cuál es la propuesta de valor, a quién se lo vamos a ofrecer –definir nuestro segmento de clientes, analizar si tenemos un solo tipo de cliente o más–, cómo nos vamos a relacionar con ellos, cómo vamos a comunicarnos con los clientes y, por último, cómo lo vamos a hacer: socios, socios clave, actividades clave necesarias, gastos e ingresos. “Con esto, tendríamos de una forma muy clara qué es lo que tenemos identificado y qué es lo que nos falta para poner en marcha nuestro modelo de negocio”, apunta Pozo.

2. Lánzate con lo mínimo para probar tu idea. Una vez se han puesto todas las ideas sobre la mesa, llega el momento de probar el producto en el mercado a través del Producto Mínimo Viable, una fase del diseño del modelo de negocio que David Alonso considera “fundamental”. Para él, es tan importante porque sirve a los emprendedores para “testar si hay gente interesada en ello y que estén dispuestos a pagar por aquello que tienen en la cabeza”.

3. Escucha a tus clientes y adapta el modelo si es necesario. Muy relacionada con la anterior, esta fase del diseño de un modelo de negocio consiste en recoger los resultados del lanzamiento del Producto Mínimo Viable, y encontrar los posibles fallos para moverse rápido y adaptarse al mercado. En este sentido, Raúl Ramos considera que deben ser “estas interacciones con los clientes las que te ayuden a reformular tu idea o tu modelo de negocio”.

4. Busca asesoramiento para diseñar el tuyo. Emprender un negocio es un momento muy importante de la vida, y los emprendedores no siempre tienen por sí mismos las herramientas para empezar su modelo de negocio. Sin embargo, Esperanza Fernández explica que “es un proceso que pueden hacer acompañados de personal especializado en estos temas, que les ayude a sacar esas ideas y a plasmar lo que necesitan”.

5. Un modelo de negocio viable (y rentable). Por último, otra de las claves de un buen modelo de negocio es la planificación financiera en el corto y medio plazo. Este factor, que a menudo es una asignatura pendiente para algunos emprendedores, es una de las partes más importantes del proyecto, por lo que debe recogerse de la forma correcta. Como premisa clave, Eliecer Gutiérrez concluye que “los ingresos que yo vaya a plasmar para el segundo, tercer, cuarto año, así como los siguientes, deben ser equivalentes a las inversiones y gastos que estoy haciendo cada año”.