Alrededor del 60% de las personas con alguna discapacidad que se encuentran trabajando en este momento, podrían ver amenazado su empleo a consecuencia de la crisis sanitaria, social y económica desencadenada por el coronavirus y la temporalidad de los contratos que se aplican a muchos de ellos. Así lo pone de relieve un estudio realizado por el Observatorio sobre Discapacidad y Mercado de Trabajo, Odismet, con el título ‘Efectos y consecuencias de la crisis de la COVID-19 entre las personas con discapacidad’ cuyos resultados puedes consultar en este enlace.
El estudio ha sido presentado hoy, 10 de julio, por la Fundación ONCE, a través de su entidad Inserta Empleo. Luis Enrique Quifez fue quien expuso los principales resultados del estudio para cuya elaboración se remitió un formulario online a más de 14.000 personas usuarias de la base de datos de Inserta Empleo, y en redes sociales. En total, se han obtenido un total de 1.460 respuestas, lo que confiere a los datos un margen de error del 2,5% para un nivel de confianza del 95%, y convierte a la muestra, posiblemente, en la de mayor envergadura realizada para personas con discapacidad y su relación con el Coronavirus.
Situación laboral
En el momento de realización de la muestra, el 27% de los encuestados se encontraban ocupados, el 53% desempleados y el 18% inactivos. El 66% de los que estaban trabajando lo hacían con un contrato temporal, y el 61% de ellos llevaba menos de un año en la empresa. El temor ahora es que estos datos pierdan su vigencia ante una posible pérdida de empleo a raíz de la crisis actual.
Según abunda el mismo estudio, frente a la complicada situación económica, el 42% de las empresas en las que trabajan las personas con discapacidad encuestadas han aplicado un ERTE; un 17% ha optado por el teletrabajo y un 12% han aplicado una reducción de jornada. Tan solo un 2% ha considerado el despido de trabajadores.
De manera específica, hasta el 37% se han visto afectados por un ERTE y un 14% ha pasado a la modalidad de teletrabajo. (Para la población general y según los datos aportados por el Ministerio de Trabajo y Economía Social, el dato de ERTE se posicionaría en el 3%).
Respecto a los encuestados desempleados, un 47% afirma llevar ya tiempo en situación y un 12% señala haber perdido su trabajo a raíz de la crisis económica como consecuencia de la Covid 19. Los indicadores evidencian que se trata de un colectivo en riesgo que tiene una situación de parida compleja que se puede ver agravada por la pandemia y sus consecuencias.
Muestra de ello es el hecho de que el mes de abril acumuló el número de contratos específicos a personas con discapacidad más bajo desde hace 14 años, con una caída del 74% del empleo respecto al mismo mes del año pasado.
El análisis de sus puestos de trabajo anteriores a la situación de desempleo reitera un empleo incierto y oscilante, el 65,4% tenía un contrato temporal y el 58% llevaba en la empresa menos de un año.
Asimismo, se identifica en la muestra un pequeño grupo de emprendedores, principalmente con negocios jóvenes (el 67% tienen una trayectoria inferior a 3 años). El 28% han recurrido al ERTE como medida ante la inactividad y el 14% ha aplicado el teletrabajo.
Un 37% de los consultados, no dispone de ningún tipo de prestación. Si tenemos en cuenta que hay un 53% de desempleados, nos encontramos ante un importante segmento que no está recibiendo ningún tipo de ingreso.
Perspectivas de futuro
Cerca del 47% de las personas que han participado en el estudio considera que le resultará muy complejo encontrar un empleo. Ante la falta de ingresos habrán de enfrentarse a las siguientes situaciones: un 23% indica que tendrá que privarse de ciertos servicios y actividades de ocio, un 22% señala que no podrá hacer frente a créditos e hipotecas y otro 10% refiere que no podrá pagar suministros básicos. Un 60% considera que tardaremos más de un año en volver a la normalidad, incluso, un 5% apunta que nunca la recuperaremos.
La formación como chaleco salvavidas
La formación emerge como herramienta relevante para afrontar el complejo futuro socioeconómico al que aboca la Covid-19, así lo valora el 79% de los encuestados. Asimismo, un 28% de ellos afirma haber invertido parte del tiempo de confinamiento en formación.
En lo que respecta a las diversas materias en las que consideran que sería adecuado formarse, las personas con discapacidad apuntan principalmente las siguientes líneas: Informática, administración, idiomas, salud, seguridad, prevención, hostelería y electromecánica.